A lo largo de las últimas semanas diversas desapariciones de mujeres han alertado a la población en varios estados de la república mexicana, pero ¿son casos extraordinarios o una terrible cotidianidad que forma parte del imparable abismo y crisis de lo cerca de 100 mil desaparecidos?
Las desapariciones de niñas y mujeres tienen componentes muy diferentes a las del género masculino, lamentablemente detrás de muchas hay abuso sexual.
Siete mujeres han desaparecido en promedio cada día, en lo que va de 2022 en México.
Entre el 1 de enero y el 14 de abril se han reportado 748 mujeres desaparecidas por el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
El 46% de todos los casos se concentran en el Estado de México, la Ciudad de México y Morelos.
Si se suma con Jalisco, Nuevo León y Zacatecas, la proporción se eleva a 71.5%.
De acuerdo con el registro oficial de mujeres desaparecidas en lo que va de 2022, 320 víctimas tienen entre 10 y 19 años de edad.
Dicha estadística corresponde a las mujeres reportadas como desaparecidas en lo que va del año y que permanecen en esa condición, pues en el mismo periodo han sido localizadas 729 en todo México, 12 de ellas muertas.
En el más reciente informe sobre México, el Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas alertó sobre un incremento en los casos de mujeres.
“Hay un incremento notable de casos de niños y niñas a partir de los 12 años y mujeres indicó el organismo. Dichos casos corresponderían a desapariciones vinculadas con la sustracción de niños y niñas, dentro o fuera del ámbito familiar; a desapariciones como medio para ocultar la violencia sexual y feminicidio, al reclutamiento y a las represalias. Las víctimas y las autoridades también reportaron desapariciones que tenían por objetivo la trata y explotación sexual”, alertó.
Las Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) constató que cada día, 14 personas de entre 0 y 17 años de edad fueron reportadas como desaparecidas, no localizadas o localizadas durante 2021. Esto con basa en los datos proporcionados por el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) con corte del 11 de abril de 2022.
Según los datos consultados, desde que se tiene registro (es decir desde 1964), 82 mil 328 niñas, niños y adolescentes han sido reportadas en esta situación y una de cada cinco de estas personas continúa desaparecidas o no localizadas hasta el 11 de abril de 2022.
Si bien la mayor parte de los casos (el 80.1%) son localizados, la ONG señaló que por cada 100 personas de 0 a 17 años localizadas, una fue hallada sin vida.
El crimen de Victoria Guadalupe fue aberrante, la pequeña de sólo seis años desapareció tras ir a la papelería alrededor de las 17:15 de la tarde del miércoles 6 de abril.
La madre de Victoria salió en su búsqueda a la cual se sumaron los vecinos, sin embargo la pequeña no fue hallada dos días después envuelto en plástico en el mismo fraccionamiento. El presunto culpable fue ubicado ya que una sandalia de la pequeña fue encontrada en su departamento, el hombre de 26 años era originario de Oaxaca.
<b>“Al rato regresa, debe ser berrinche”: autoridades no buscaron a Rosa</b>
La desaparición de Rosa María López, de 15 años, se registró el pasado 21 de marzo. De acuerdo con la información oficial, la menor originaria de de la localidad de Cuapech, Cuetzalan salió a trabajar y no regresó, razón por la que su familia comenzó su búsqueda inmediatamente.
Uno de sus tíos realizó una publicación en su perfil de Facebook en la que compartió que al solicitar ayudar con un agente policial, este respondió que no se podía hacer nada y que habría que esperar que la niña regresara por sus propia voluntad “hasta que se le pasara el berrinche”.
Tres días después, su cuerpo sin vida fue localizado cerca de su domicilio. Hasta el momento no hay detenidos por su crimen.
<b>28 desaparecidas en San Luis Potosí en un mes</b>
Durante el mes de marzo, el estado de San Luis Potosí generó alerta entre los habitantes debido al incremento en los casos de secuestro y desapariciones de mujeres.
En el periodo comprendido entre el 1 y el 31 de marzo, el perfil de Twitter de la FGESLP difundió 64 fichas para la búsqueda de personas que no han podido ser localizadas. Del total, 28 son mujeres que incluso han sido reportadas como menores de 18 años. La situación se volvió más alarmante a mitad del mes, cuando los casos tuvieron un aumento considerable.
Al ser cuestionado acerca de este tema Miguel Gallegos, vocero del Sistema de Seguridad Estatal de San Luis Potosí, negó que la situación deba generar alarma entre la población, a pesar del considerable aumento en la cifra de personas desaparecidas y no localizadas, así como el modus operandi de los perpetradores que ha llegado a ser captado por cámaras de seguridad.
“Cada caso es una investigación y una responsabilidad por parte de las autoridades del estado para esclarecer los hechos. Hoy ha sido una temporada difícil. Unos días difíciles o una semana complicada. Hoy también quiero hacer un llamado a la sociedad de que no se alarmen. San Luis Potosí no deberá estar alarmado. El gobierno trabaja insaciablemente para alcanzar la paz social”, dijo Gallegos a los micrófonos de la estación radiofónica Factor 96.1.
Brenda fue secuestrada y una cámara grabó todo
Una cámara de seguridad ubicada al interior de un domicilio captó el momento en el que Brenda Magdalena González Ibarra fue secuestrada en el estado de San Luis Potosí. De acuerdo con el informe de la Fiscalía General del Estado (FGE), el crimen fue cometido en el Fraccionamiento Los Álamos, unidad habitacional muy cercana al Parque Tangamanga, uno de los más populares de la capital potosina.
En las primeras horas del sábado 26 de marzo comenzó a difundirse en redes sociales el video de la escena. Brenda se encontraba al exterior del domicilio de un par de vecinos suyos de la tercera edad, con quienes entabló una conversación acerca de una bomba de agua que corría el riesgo de hacer un corto circuito. En ese instante, el perpetrador del crimen irrumpió. Hasta el momento no se ha vuelto a saber el paradero de Brenda.
Nayeli desapareció y fue encontrada muerta: le arrancaron toda la carne
Una semana después de que la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí (FGESLP) emitiera una ficha de búsqueda por la desaparición de Nayeli Alfaro Silva, las autoridades reportaron el hallazgo de un cadáver que, según indicaron, corresponde al de la mujer de 25 años. Aunque el suceso fue reportado a los familiares, ellos señalaron diversas irregularidades como que no pudieron reconocer el cuerpo, así como la desaparición de la pareja sentimental de la víctima.
Según indicó la madre de Nayeli días después de su desaparición, fue alrededor de las 7 de la mañana del 24 de marzo de 2022 cuando su hija fue vista por última vez. Su pareja sentimental habría sido la última persona que estableció contacto con ella.
“Quedé impresionada porque es un esqueleto. No estoy viendo ni un solo pedacito de carne (...) No aceptamos eso. Esperamos los resultados de las pruebas de ADN”, declaró Lorena Silva, madre de Nayeli, sin embargo díoas después las autoridades le confirmaron que las pruebas habían sido positivas y que era el cuerpo de su hija, posteriormente el esposo fue detenido tras haber estado prófugo.
<b>Debanhi sigue desaparecida</b>
María Fernanda Contreras Ruíz, desapareció y su cuerpo sin vida fue encontrado el pasado 7 de abril en la colonia Exhacienda de Santa Rosa, de Apodaca, tras su caso, se dio a conocer que tan sólo en el primer trimestre del año, al menos 18 desapariciones de mujeres en Nuevo León, de las que se han podido localizar a por lo menos 10.
Días después Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, joven de 18 años, también desapareció, fue vista por última vez el pasado 9 de abril en el municipio de Escobedo, Nuevo León, tras asistir con dos amigas a una fiesta en una quinta ubicada en la colonia Nueva Castilla.
La ficha de búsqueda de Debanhi, emitida por la Comisión de Búsqueda de Personas en Nuevo León, señala que la última vez que la vieron vestía una blusa de tirantes blanca, falda oscura y tenis de bota tipo Convers, color negro.
Como características físicas se detalló que es una mujer de complexión delgada, tez blanca y cabello castaño, claro, lacio y largo. En tanto, en señas particulares se describe que tiene una cicatriz en la barbilla y en la mano derecha, además usa brackets.
Impunidad, revictimización y banalidad de crímenes
La violencia de género por parte de las instituciones deriva en altos índices de impunidad en los delitos que afectan a las mujeres; de acuerdo con Marcela Lagarde, “la atención insuficiente e inadecuada por parte de las instituciones además de ser inaceptable, agrava la problemática y la propicia”; mientras para Dalia B. Carranco “poner en duda el delito mismo o la extensión del daño que tuvo ya es, por sí mismo, un impedimento para las mujeres que buscan obtener justicia” (2020, p. 3) y “el hecho de que muchas de las denuncias de delitos contra mujeres y niñas no sean procesadas debidamente o queden impunes nos muestra ya una enorme traba: se banaliza y minimiza el problema de la violencia contra las mujeres”.
Al respecto, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, en su Informe sobre las violencias de género en la procuración de justicia en la Ciudad de México indica:
“Las mujeres que enfrentan violencia frecuentemente no tienen acceso a recursos institucionales efectivos que les permitan no ser víctimas de ningún tipo de violencia por el hecho de ser mujeres, hacer que cese cuando están expuestas o sometidas a ella, tener protección cuando están sujetas a la violencia, que exista una adecuada investigación cuando ésta se ejerció, obtener justicia por los hechos sufridos, saber la verdad de lo sucedido, y sobre todo no ser revictimizadas y violentadas por las autoridades cuando acuden ante ellas. Lo anterior tiene como resultado que la gran mayoría de estos delitos quede impune; además de que se tiende a normalizar la violencia y se culpabiliza a quien la padece, sugiriendo que ésta sólo es ejercida por personas en situaciones límite o en casos marginales.
(…) “La información recabada permite observar que a pesar del rechazo social a las prácticas discriminatorias y violentas que enfrentan las mujeres, algunas de las cuales culminan en expresiones letales, la falta de perspectiva de género en la atención a las víctimas y l investigación de los casos contribuye a que la violencia institucional y su negligencia omisa mantengan la impunidad y sigan impidiendo el pleno goce y ejercicio de los derechos humanos de las agraviadas.”
(...) “Para las mujeres víctimas de violencia hay una doble victimización, institucional y social, que las obliga a ocultar el dolor y la vergüenza. Los efectos traumáticos perduran en el tiempo y para muchas víctimas no es sencillo encontrar apoyo en sus familias, parejas, o el personal de apoyo psicológico asignado por las autoridades, por lo que la víctima termina por dejar de hablar de la agresión para no avergonzar o no ofender. La búsqueda de justicia, que inicia con un proceso de denuncia que puede ser largo y doloroso, es una de las formas en que la víctima puede empezar a recuperar el equilibrio de su vida mediante la capacidad potencialmente reparadora de la condena.”
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