El Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y remanentes de los Zetas han empoderado a grupos criminales en Colombia al incrementar su capacidad de fuego con fusiles de grueso calibre a cambio de cargamentos de cocaína, lo que incrementa la violencia en el país sudamericano.
Una docena de funcionarios policiales comentaron para la agencia Reuters que los emisarios de los cárteles mexicanos pagan cada vez más los envíos de droga con armamento, en parte, para no mover grandes cantidades de efectivo por las fronteras.
Ese negocio ha causado que las células locales se mantengan en disputas sangrientas por el control del narcotráfico y de sus rutas. Al mismo tiempo, el arsenal suministrado pone en riesgo a los agentes de seguridad y podrían complicar aún más la implementación de un acuerdo de paz de 2016 con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La mayoría de las mil 478 armas de grueso calibre que fueron decomisadas entre 2020 y 2021 fueron fabricadas en el extranjero e importadas clandestinamente por los mismos pasos que se utilizan para sacar embarques de drogas, según fuentes militares y de la policía.
Uno de los factores que influye de manera notable en las operaciones que grupos del crimen transnacional asentados en México tienen fácil acceso al mercado de armas de Estados Unidos con traficantes que les proveen. Además han establecido relaciones comerciales con grupos armados colombianos durante décadas para adquirir la cocaína.
Lo mismo intercambian ametralladoras, fusiles de asalto y armas semiautomáticas, pero una de las recurrentes es la pistola FN Five-seveN de fabricación belga, denominada mata policías. Se trata de un calibre 5.7 con capacidad para penetrar chalecos antibalas.
“Lo que están haciendo los grupos armados ilegales en Colombia es utilizar a los mexicanos para igualar y tratar de superar en armamento a las Fuerzas Armadas del Estado”, dijo un funcionario del Centro de Información Antiterrorista y Rastreo de Armas (CIARA) de la Policía Nacional.
En el futuro, eso podría tener serias implicaciones, como un aumento de las hostilidades
Según un informe de inteligencia policial de 2021 revisado por la agencia Reuters, los representantes del CJNG, Cártel de Sinaloa y los Zetas están en 11 de los 32 departamentos de Colombia.
Actualmente, los sinaloenses mantienen el dominio establecido durante años y se encuentran en más regiones con relaciones profundas. Tras la captura de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, el imperio criminal fue heredado a sus hijos, los Chapitos y/o los Menores: : Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López.
Sin embargo, el máximo cabecilla sigue siendo Ismael Zambada García, el Mayo, quien nunca ha pisado la cárcel en más de cuatro décadas de estar involucrado en actividades del narcotráfico internacional. Al interior del Cártel de Sinaloa las huestes de este viejo cacique del narco representan las operaciones más consolidadas con clanes de familiares en sus rutas de trasiego.
Los enviados por cárteles mexicanos negocian las compras, pero también supervisan la calidad de la cocaína y las rutas de envío. En los últimos tres años han sido detenidos al menos 55 mexicanos que llegaron a Colombia para perseguir los intereses del narcotráfico, según el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.
Pagar a los proveedores de cocaína con armas, en lugar de dinero en efectivo, ayuda a los cárteles mexicanos a lavar las ganancias y a mover el dinero con mayor facilidad, dijo el general Fernando Murillo, jefe de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Colombia.
Cada día se ha vuelto más difícil estas negociaciones de narcotráfico a través del pago en efectivo. Entonces están utilizando diferentes modalidades, en este momento, un cártel mexicano puede pagar con armamento sofisticado
A medida que el narcotráfico se expandió y se volvió más lucrativo, los grupos armados se actualizaron a nuevos AK-47, M16 y AR-15 de fabricación estadounidense, así como a fusiles de asalto Tavor de fabricación israelí, dijeron funcionarios policiales a la agencia internacional. Algunas armas cuestan 500 dólares en el país sudamericano, pero las ametralladoras pueden elevarse hasta 5 mil dólares.
La batalla por el control del narcotráfico en Colombia la disputan exmiembros de las FARC que rechazaron el acuerdo de paz, guerrilleros del aún activo Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos criminales, incluido el Clan del Golfo, considerado como el cartel más grande del país sudamericano.
En su apogeo, este último grupo criminal llegó a enviar 20 toneladas de cocaína cada mes para sus clientes mexicanos, principalmente el CJNG y el Cártel de Sinaloa. Sus principales aliados se han establecido en la ciudad de Medellín y ahí han usado la matapolicías en disputas internas.
Las autoridades colombianas presumen que el arsenal ingresa por Venezuela, pues líderes disidentes como Iván Márquez, que dirige la Segunda Marquetalia, ahí ha mantenido encuentros con emisarios de los principales cárteles mexicanos que dirigen el Mayo Zambada y Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación.
*Con información de Reuters
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