La Fiscalía General de la República (FGR) destruyó una docena de vehículos con blindaje artesanal, de los cuales, 10 eran conocidos como monstruos y empleados por células del narco en Tamaulipas.
De acuerdo con el reporte de la FGR, las 12 unidades están implicadas en 12 expedientes de investigaciones por delitos cometidos en el municipio fronterizo de Reynosa, donde se disputan el territorio células del Cártel del Golfo.
En un video compartido por la FGR se observa el uso de una grúa para romper la carrocería, desmontar los restos y aplastarlos en el proceso de conversión a chatarra. Las estructuras blindadas en la parte superior fueron retiradas, desde donde se apostan sicarios con armas de grueso calibre.
La destrucción de las camionetas estuvo coordinada con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) bajo el cumplimiento del Programa Destino de Bienes y Objetos del Delito, dispuesto en el Código Nacional de Procedimientos Penales.
Peritos oficiales, militares, personal del Ministerio Público Federal y del Órgano Interno de Control verificaron que las diligencias se realizaran en términos de la norma aplicable.
Los vehículos de combate del crimen organizado recibieron el sobrenombre de monstruos después de un camión de basura blindado que fue encontrado cerca de Camargo en el año 2010.
Alexei Chevez, consultor en temas de seguridad, ha explicado a Infobae México que este tipo de camiones son usados por cárteles de la droga para hacer una demostración de fuerza, ya que son grandes y pesados, lo que los hace difíciles de maniobrar y difíciles de esconder en cualquier territorio.
Se ignora si usan acero balístico; sin embargo, lo que sí es posible señalar es que las facciones delictivas modifican la suspensión y palanca de velocidades, entre otros. También añaden estructuras parecidas a las unidades del Ejército para proteger al tirador en la parte superior o transportar a más sicarios con orificios en que despliegan cañones de fusiles.
Reynosa es asediada por diversas células del Cártel del Golfo, principalmente los brazos armados de Ciclones, Escorpiones y Metros, remanentes de la organización criminal surgida desde mediados de 1980 y con bastión en Matamoros.
A inicios de este mes, el 3 de marzo, agentes de la policía de Tamaulipas se enfrentaron a balazos contra supuestos integrantes del Cártel del Golfo en la zona de la Ribereña, donde decomisaron dos de los llamados monstruos. Cuatro de los supuestos sicarios fueron abatidos en la colonia Vista Hermosa de la ciudad de Reynosa.
El enfrentamiento entre los sicarios y las fuerzas de seguridad estatales surgió tras diversos ataques a cámaras de seguridad del C5 de Tamaulipas, una ofensiva que el Cártel del Golfo ha tomado desde hace varios meses.
Autoridades locales atribuyeron la embestida a la captura de José Alfredo Cárdenas Martínez, el Contador, uno de los líderes de la organización delictiva, quien cayó en la Ciudad de México el pasado 27 de febrero y enfrenta procesos judiciales por narcotráfico. La Corte del Distrito Oeste de Texas está en espera de su extradición.
Tamaulipas se encuentra asediada por las disputas territoriales de remanentes de los Zetas y el Cártel del Golfo. Al tiempo que las facciones de los dos grupos también se enfrentan entre ellos. De ese modo, el Cártel del Noreste y su brazo armado, la Tropa del Infierno, pelea contra los Zetas Vieja Escuela y Los Talibanes, así como atacan a los Escorpiones o los Metros.
Si bien, los Zetas padecieron un proceso de fragmentación desde 2012, tras independizarse del Cártel del Golfo de 2007 a 2010; el grupo criminal de la última letra ha destacado en al menos 13 entidades de México con remanentes que ascienden de tres a cinco, desde 2019 a 2021; además de su presencia en Colombia y Estados Unidos.
Ambas organizaciones se han visto disminuidas y dependen de ilícitos a nivel local como la extorsión, el narcomenudeo o secuestros. Con balaceras y ejecuciones, los grupos criminales están arraigados en la entidad y son el terror cotidiano de la población.
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