La diversidad cultural, histórica y económica del Estado de México no sólo se encuentra en municipios de la zona metropolitana como Nezahualcóyotl, Toluca, Tlalnepantla, Naucalpan o Ecatepec, pues aparte de estos, existen otros 120 territorios que conforman a dicho estado y aportan numerosos beneficios y sobre todo, suman a la historia de la entidad, un ejemplo de este caso es Chiconcuac.
Esta demarcación se ubica al noreste del EDOMEX y está aproximadamente 38 kilómetros de la Ciudad de México. Colinda con los municipios de Tezoyuca, Chiautla, San Salvador Atenco, Texcoco y Chiautla.
De acuerdo con el filólogo mexicano Cecilio Robelo, el nombre original es Chiconcoac y la palabra se compone de las partículas Chicome que significa “siete”, coatl que quiere decir “culebra” o “serpiente” y de c que es “en”. La traducción general del nombre es “En siete culebras”. El historiador Javier Romero Quiroz afirma que el nombre alude a Chicomecoatl, diosa de la vegetación y de los mantenimientos.
Los orígenes de la localidad se remontan a la época de la prehistoria, esta información se supo desde 1980 porque mientras se realizaban excavaciones en un lugar llamado Calxiacatl del barrio de San Pedro, se encontraron los restos de un mamut que tenía una antigüedad de 10 mil años.
Estos hallazgos transformaron completamente la historia de la zona, ya que por mucho tiempo se creyó que los primeros pobladores habían sido los chichimecas. Aunque no fueron los primeros en llegar al territorio, si fueron la primera civilización en asentarse en el municipio y dejar su huella.
El Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED) detalla que aunque los teotihuacanos fueron pioneros en poblar las zonas aledañas a la demarcación, fueron los chichimecas quienes, gracias a su guía y caudillo Xólotl, lograron formar los primeros grupos que más tarde darían identidad histórica a Chiconcuac.
Posteriormente llegaron los toltecas y comenzaron a mezclarse las culturas del lugar. Asimismo, la especialista Martha Ortega Cantabrana realizó una serie de investigaciones que revelaron que los habitantes de los pueblos de San Miguel, San Pedro y San Pablito son descendientes de los chichimecas, en tanto que los habitantes del pueblo de Santa María son descendientes de los tlailotlaques, “aquellos artistas que llegaron en el reinado de Quinatzin. Al llegar los chichimecas y repartirse estas tierras, Chiconcuac quedó en el perímetro territorial de Tepetlaoxtoc bajo el poderío de Yacanex”.
Tiempo después con la llegada de los españoles, se transformaron todas sus costumbres y se destruyeron varios centros ceremoniales debido al procesos de evangelización impuesto por los frailes franciscanos. Una de las construcciones que más resalta en el municipio es la Parroquia de San Miguel Arcángel, uno de los símbolos religiosos más importantes por su valor histórico, cultural y artístico que se ubica en el centro del pueblo.
Desde el siglo XVI se introdujo fábricas de tejidos y se impulsó la elaboración de cobijas con telares. Fue el virrey Antonio de Mendoza quien promovió los obrajes para tejer paño en la región. Además, el INAFED detalla que el fraile Pedro de Gante aprovechó la habilidad y “sensibilidad que tenían los tejedores de petates de Chiconcuac, para enseñarles a preparar y tejer la lana (sayal) en el telar de pedal”.
Esta etapa marcó el comienzo de Chiconcuac como municipio líder en la fabricación de ropa y cobijas, pues su característico mercado y su tianguis son el lugar preferido de muchas y muchos comerciantes para conseguir todo tipo de ropa y accesorios con excelente calidad y a un buen precio.
Debido a su ubicación geográfica, los habitantes vivieron muy de cerca varios movimientos armados como la guerra de Independencia, la Intervención Francesa y la Guerra de Reforma. En ésta época los barrios de San Miguel y Santa María pertenecían a Chiautla y el de San Pablito a Atenco.
La formación oficial del municipio ocurrió el 17 de octubre de 1868, sin embargo, sólo estaba conformado por el pueblo de San Miguel. Más tarde, en 1879 se anexaron los barrios de Santa María y San Pablito, “quedando de esta manera constituido definitivamente”. Desde ese momento se eligió a su cabecera municipal y se le agregó el apellido de Juárez en honor al expresidente de la República.
Actualmente el territorio tiene un superficie de 7,57 km² que alberga a un total de 27 mil 692 personas, siendo 14 mil 144 mujeres y 13 mil 548 hombres.
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