Sobre las 15:30 horas del domingo, suena el móvil de las autoridades municipales de San José de Gracia, Michoacán: “Ya valió madre”, escuchan a través de la bocina. En cinco horas llegaron junto a varios elementos de las Fuerzas Armadas a la escena de un crimen que apunta a un nuevo ajustes de cuentas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). No hay sangre en la pared ni en el suelo; sin embargo, hay restos orgánicos de los balazos.
El 27 de febrero, San José de Gracia se encontraba semi vacío: una parte de la población había acudido a la peregrinación de la virgen de Talpa, y la otra parte se encontraba en el velorio de la señora Elisa “N”, quien un día antes había muerto de cirrosis en el Hospital de Sahuayo, Michoacán. Lo peor estaba por venir.
Una caravana de hombres armados, con un nivel de armamento impresionante, arribó al lugar buscando a un sujeto identificado como Alejandro García, alias el Pelón. Surgieron minutos de ruido e incertidumbre. Algunos de los asistentes se refugiaron dentro de un inmueble, los menos afortunados fueron capturados por la célula delictiva dirigida por Abel “N”, apodado el Toro, quien mantenía rencillas con su ex antiguo socio, el Pelón.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informó este martes que el operativo desatado por el crimen organizado tenía como fin asesinar a Alejandro García, identificado como jefe de plaza del CJNG. Ambos, según los documentos oficiales, habían estado matándose mutuamente a familiares y hermanos y esta sería la masacre final.
Antes de morir, el Pelón pidió hacer una llamada de arrepentimiento, que en realidad se trataba de una orden para pedir refuerzos a sus sicarios. La acción del líder tuvo una respuesta fatal, pues fue asesinado a tiros por su propio enemigo.
Las cámaras de seguridad muestran a varias personas alineadas contra una pared con las manos en la nuca. A su alrededor hay siete hombres armados distribuidos en semicírculo. Entonces comienza el estallido de las balas.
Aunque todos vieron entrar a los sicarios nadie los vio salir. Cinco horas después del multihomicidio, las Fuerzas Armadas ingresaron al sitio, sugiriendo que los sicarios habían limpiado la sangre y recogido los cuerpos. Hasta el momento se desconoce el paradero de los occisos.
Alejandro “N”, el Pelón, empezó como delincuente a los 18 años, uniéndose al grupo criminal de Los Zetas. Más tarde pasó a ser parte de la Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y finalmente en 2011 se unió a las filas del CJNG como jefe de plaza de Tizapan y Mazamitla, Jalisco.
Un año antes de su liderazgo conoció a Abel “N”, alias el Viejón y/o el Toro, quien durante algún tiempo fue su sicario en los Caballeros Templarios. El 17 de julio del 2014, el Pelón fue detenido en Mazamitla por una traición del Toro, quien se quedó al mando.
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