Con América y Pumas como artífices, una de las mayores rivalidades en el fútbol mexicano cumple 60 años de historia. Ambos equipos son enemigos naturales desde su concepción. Uno creado a partir de esfuerzos genuinamente universitarios y otro por el respaldo económico que lo ha caracterizado.
El también llamado Clásico Capitalino es uno de los partidos que temporada tras temporada levanta los ánimos en la Liga MX. A lo largo de la historia, ambas escuadras se han enfrentado en tres finales de campeonato, lo que ha llevado a generar (junto a otros elementos) una gran expectativa cada que se enfrentan.
Los duelos responden a un nivel mediático que empuja a jugadores y aficionados a quererlo ganar a como dé lugar. Es tanto, que en diversas ocasiones el entusiasmo de seguidores ha sido mal canalizado generando episodios de violencia fuera de la cancha. De hecho, las autoridades de la Liga y del gobierno de Ciudad de México tiene catalogado el juego como “de alto riesgo”. Pero ¿cómo nació esta rivalidad?
El origen de la rivalidad entre equipos no pudo empezar de otra forma que con el estreno de los auriazules en la primera división ante los azulcremas. A diferencia de América, los Pumas hicieron su debut en la máxima categoría del balompié mexicano casi de dos décadas después (a partir de la conformación profesional del torneo).
El primer enfrentamiento se dio de manera oficial el uno de julio de 1962 con victoria para los entonces millonetas por marcador de dos goles a cero. En aquel juego anotaron Francisco Moacyr Santos y Antonio Jasso. El escenario fue el Estadio Olímpico Universitario que, curiosamente, era casa administrativa de la Águilas en ese momento.
Lucha por títulos
Fue en la temporada 1984-85 cuando los equipos se disputaron el primer trofeo de liga entre ellos. La final es recordada por ser una de las más polémicas y por la tragedia ocurrida en el túnel 29 del EOU donde ocho aficionados perdieron la vida.
En lo deportivo, la serie quedó marcada por haberse resuelto en tres partidos. El primero de ellos en el Estadio Azteca y el segundo en Ciudad Universitaria. El tercero y definitivo tuvo como escenario el Estadio Corregidora en Querétaro, donde finalmente el campeón fue el América.
Tres años más tarde se volvieron a encontrar en una final. En la 1987-88 la historia volvió a registrar a los azulcremas como los campeones sobre los auriazules. Las Águilas se impusieron en el marcador por global de cuatro goles a dos tras una remontada (en la ida perdieron uno a cero, en la vuelta ganaron tres a uno).
De nueva cuenta con tres años de diferencia, 1990-91, llegó la tercera edición del duelo en instancias definitivas. Esta vez, el balance en el historial obtuvo un contrapeso con la victoria de Pumas. A pesar de no haber ganado por goles (empataron a tres), el factor de desempate le dio el título a los universitarios.
Actualidad
Es así que con seis década de historia, ambas escuadras son protagonistas de en enemistad deportiva icónica del fútbol nacional. Y aunque los universitarios continúan con caracterizándose por no contar con exorbitante presupuesto, ahora las diferencias económicas se han reducido de manera importante al grado de no ser más un factor determinante.
América es hoy el máximo ganador de títulos de liga con trece trofeos de liga, mientras que Pumas cuenta con siete y se ubica como el quinto que más (misma cantidad que Tigres). A niveles internacionales, las Águilas han sido siete veces campeón de Concacaf, por las tres ocasiones en que los universitarios lo han sido.
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