El presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), nuevamente insistió que la polémica por la “casa gris” de su hijo, José Ramón López Beltrán, se trata de una “campaña mediática” contra su Gobierno.
Bajo ese sentido, el mandatario agregó que el escándalo detonado por la investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus ya figura como “una lucha de poder” en la cual, dijo, se disputan las concepciones de la Cuarta Transformación (4T) y el bando conservador.
“Es una campaña mediática porque nosotros tenemos una postura política y estamos enfrentando a un bloque conservador, a una mafia del poder (...) Entonces ni siquiera es un asunto personal o periodístico. Es una disputa por la nación”.
Aunado a ello, explicó que el proyecto perteneciente a su administración concibe al poder como un potencial para “convertirse en virtud”. En tanto, arremetió, la de las y los conservadores “es acumular dinero por los medios que sean sin escrúpulos morales”.
“El propósito es dañarnos. El que puedan desacreditarnos. Nada más que no lo han logrado ni lo van a lograr porque tenemos autoridad moral”, aseveró en su conferencia matutina.
Asimismo, volvió a lamentar por la presunta intromisión del gobierno de Estados Unidos que, señaló, financia a “grupos de la oposición”. Una actitud que, días atrás reprobó por “injerencista” y potencial para planteársela ante su homólogo, Joe Biden.
“Desde hace tiempo se ha venido dando. Qué me puede sorprender que sigan con esa postura o que pertenezcan a un grupo que reciba dinero del gobierno estadounidense. Lamento que el gobierno de Estado Unidos no cambie su política exterior, que sigan practicando la política de hace dos siglos”, expresó.
El posicionamiento de Andrés Manuel surgió luego que se le cuestionara sobre el pronunciamiento de Baker Hughes ante los señalamientos de corrupción entre ésta y Petróleos Mexicanos (Pemex), en los cuales descartba un conflicto de interés.
Esto, sucedió el pasado 21 de febrero: en una conferencia de prensa, Bob Pérez, vicepresidente de esta última en México y Latinoamérica, aseguró que la compañía estadunidense nunca tuvo trato directo con la mexicana, ni con ningún funcionario del actual gobierno.
Además, indicó que para la auditoria interna se contrató al ente independiente McConnell Group, especialista en inteligencia corporativa, mismo que se dedicó a examinar contratos, actividades y relaciones de todos los integrantes de la compañía durante el tiempo del presunto delito; sin embargo, destacó que los resultados negaron alguna actividad ilícita.
Asimismo, se detuvo a explicar cuáles fueron los cargos que desempeñó Keith Schilling, el exdirectivo que presuntamente rentó la casa al matrimonio López-Adamas, durante su paso como ejecutivo. En primer lugar refirió que él se encontraba en el departamento de Norteamérica, en el cual no se encuentra México, debido a que el país pertenece a la zona latinoamericana.
En segundo, estableció que se desenvolvió como líder de ventas en los Estados Unidos (EEUU), por lo que, refirió, en ningún momento tuvo algún contacto con los negocios en México ni con ningún funcionario o empresario mexicano.
La firma fue tajante al aclarar que no tuvo ninguna participación en la transacción de arrendamiento mencionado, puesto que la residencia en cuestión nunca ha sido propiedad, ni ha sido gestionada directa o indirectamente por la empresa.
Sin embargo, sí refirió que nunca le fue consultada ni tuvo conocimiento de la transacción de arrendamiento, ya que tuvo conocimiento del contrato hasta que la noticia apareció en los medios de comunicación al “ser una operación entre privados”.
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