Vicente Guerrero Galena es un personaje clave en la consumación de la Independencia mexicana, puesto que dio continuidad a la lucha armada una vez que las cabecillas del movimiento fueron abatidas y logró formalizar las negociaciones con el ejército realista al mando de Agustín de Iturbide para dar conclusión a una guerra que azoló México durante una década.
Guerrero era de ascendencia africana e indígena, nació en 1872 en el pueblo de Tixtla y fue arriero de profesión hasta que 1811 se unió a Morelos. Para 1812 ya era capitán por su valentía y destreza. Destacó rápidamente en los años siguientes, incluso cuando la esperanza se perdió con la muerte de José María Morelos y Pavón en 1815.
Ya obtenida la independencia y derrocado el imperio de Iturbide, para 1828, Vicente Guerrero contendió en las elecciones presidenciales contra Manuel Gómez Pedraza quien salió victorioso. Ante esta situación Antonio López de Santa Anna se pronunció a favor de Guerrero desde Veracruz y tras un motín en la cárcel de La Acordada, se eligió a Guerrero como presidente en 1829.
Su gobierno estuvo inclinado por las ideas liberales del momento y se eliminó el fuero militar y eclesiástico, se vendieron los bienes de la iglesia y la inquisición para poder resarcir las arcas públicas. Además se suprimió la esclavitud a través de un decreto con la promesa de indemnizar a los dueños de esclavos cuando “las circunstancias del Erario lo permitan”, de acuerdo con el artículo La abolición de la esclavitud en México, 1810-1917.
Pero su gobierno fue corto, puesto que en 1830 los opositores de Guerrero firmaron el Plan de Jalapa con el que lo desconocieron. Estas inclinaciones liberales y su ascendencia fueron mal vistas por sus opositores. Él mismo decidió liderar la batalla contra los insurrectos por lo que José María Bocanegra fue nombrado presidente interino.
El general, camino a Xalapa, después se enteró que la situación había cambiado: Anastasio Bustamante, que también despreciaba a Guerrero por su origen, regresó para quedarse con el poder por medio del Plan de Jalapa. Guerrero no pudo hacer gran cosa pues las tropas que comandaba también lo desconocieron y se retiró a Tixtla dejando que el Congreso decidiera quién ejercería el cargo.
Por otro lado, se presionó al Legislativo para que declararan a Guerrero incapaz de gobernar.
Con Bustamante al frente, los estados vieron en peligro el pacto federalista, por lo que surgió el Plan de Codallos, con el que se buscaba la restitución de Guerrero, sin embargo, a pesar de unirse al plan para dirigir las fuerzas revolucionarias del Sur por el creciente acoso del gobierno de Bustamante hacia él, no quiso volver a la presidencia.
Tras varios meses de batalla, las fuerzas de Bustamante se entrevistaron con Francisco Picaluga, un marino genovés dueño del barco el Colombo, quien se encargaba de trasladar provisiones al ejército suriano. Fue entrevistado por el Secretario de Guerra para participar en la detención de Guerrero. Al inicio le ofrecieron 20 mil pesos, a lo que el genovés se negó. La suma fue subiendo hasta llegar a 50 mil, con la que aceptó. Así inició la caída de Guerrero.
El 14 de enero de 1831, Guerrero, de acuerdo con el escritor Manuel Payno, fue invitado a una comida por Picaluga en el bergantín. El expresidente se dirigió al barco y una vez allí fue preso junto con sus aliados.
Se dirigieron a Acapulco con los presos y fueron entregados en Huatulco. Posteriormente los trasladaron a Oaxaca donde fueron sometidos a proceso. Se le interrogó acerca de su papel en la Revolución del Sur, acerca de diversas acusaciones de conspiración las cuales fueron negadas por Guerrero, quien se encontraba mal de salud.
Al final lo declararon culpable de delito “grave gravismo de lesa Nación”. Fue pasado por las armas el día 14 de febrero de 1831. Caminó calmado y dio un breve discurso acerca de la defensa de la patria y la independencia. Se vendó los ojos y se sentó. Los soldados dispararon contra el héroe independentista. Su cuerpo fue enterrado en el curato de Culiápam.
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