José Ramón López Beltrán, hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), rompió el silencio, dos semanas después, sobre la investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y LatinUs respecto a una lujosa propiedad en Houston, Texas, que le perteneció a un ex ejecutivo de la empresa petrolera Baker Hughes.
A través de su cuneta oficial de Twitter, López Beltrán compartió un documento en el cual señaló que desde 2018, año en el que su padre ganó las elecciones presidenciales, volvió a su trabajo como abogado hasta que, al lado de su familia, decidieron mudarse a Estados Unidos.
Tiempo después, en 2020, comenzó a trabajar como asesor legal de desarrollo y construcción de la empresa KEI Partners, con la que obtuvo su visa de trabajo TN para residir en EEUU sin ningún contratiempo.
Finalmente, afirmó ser un ciudadano privado que no tiene injerencia alguna con el gobierno de México, pues el total de sus ingresos provienen de su empleo. Por ello, sentenció que no existe ningún conflicto de interés con su domicilio en Houston, la empresa petrolera Baker Hughes y la administración actual.
“Soy un ciudadano privado, y no tengo injerencia alguna en el Gobierno de México. Mis ingresos provienen al cien por ciento de mi trabajo en Houston. No hubo, ni habrá conflicto de interés. Les pido respeten mi vida y la de mi familia”, sentenció José Ramón en el comunicado.
Fue al cierre del mes de enero cuando MCCI y LatinUs presentaron un reportaje sobre dos propiedades que le pertenecieron al hijo del presidente y su esposa, Carolyn Adams, en Houston. Una de ellas le perteneció a Keith L. Schilling, quien se desempeñó como un alto ejecutivo de Baker Hughes.
Múltiples fueron las reacciones. Desde Palacio Nacional, el respaldo total y la negación de los hechos. Por su parte, la oposición fue clara en su postura sobre un posible conflicto de interés, por lo que emitieron al menos cuatro denuncias entorno al caso.
Todas fueron emitidas por el Partido Acción Nacional (PAN). La dirigencia la presentó ante la Fiscalía General de la República, (FGR); mientras que la senadora Xóchitl Gálvez compareció en tres ocasiones: dos ante las autoridades de Estados Unidos y una frente a la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
No obstante, la molestia del presidente por esta investigación no se quedó sólo en la esfera política, también trascendió contra los periodistas que realizaron la investigación, entre los que se encontraba Carlos Loret de Mola, un férreo crítico del la Cuarta Transformación (4T).
Como parte de este enfrentamiento, durante la conferencia de prensa matutina del pasado 9 de febrero, el tabasqueño lanzó un reto al periodista y lo exhortó a revelar su sueldo mensual en “aras de la transparencia” que tanto pregonaría su medio, comentó.
“Así que le quiero pedir, en aras de la transparencia, a Loret de Mola si nos puede decir cuánto gana al mes y quién le paga. No quiero que se escude diciendo que es su actividad privada, porque no es así: es una actividad pública”, ahondó el mandatario.
Después de dos semanas hablando sobre el tema, López Obrador pidió una “pausa” a las relaciones diplomáticas con España, mismas que fueron rechazadas. Ante este nuevo escenario, el presidente fue duramente criticado por supuestamente generar cortinas de humo para desviar la atención al presunto conflicto de interés de su hijo mayor.
Ahora, con el posicionamiento de José Ramón López Beltrán, se espera una nueva ola de comentarios, desde ambos bandos, sobre el tema. Además, el PAN seguirá esperando el resultado de las demandas que presentó.
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