Después de que el pasado 26 de enero se encendieran las alarmas en un terreno baldío del municipio de Escobedo, Nuevo León, por ser un probable “tiradero” de cadáveres del narco, hasta este martes 8 de febrero han sido localizados 10 cuerpos e identificadas ocho víctimas.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León (FGJNL) confirmó que las últimas dos personas en ser identificadas a través de estudios de ADN fueron Luis Ernesto Garza González, de 30 años, y Carlos Rosales Villarreal, de 22.
Garza González fue visto por última vez el 16 de enero en el municipio de Monterrey y se reportó como desaparecido el pasado 20 de enero. En el caso de Carlos Rosales Villarreal no se cuenta con ficha de búsqueda, por lo que se desconoce desde cuándo se encontraba desaparecido y dónde se le vio por última vez.
Ambos fueron identificados a través del protocolo pericial genético comparativo de ADN realizado por el Servicio Médico Forense de la Fiscalía en el Hospital Universitario de Monterrey.
Los dos cuerpos restantes permanecen oficialmente como “No Nombre”, aunque las autoridades ya cuentan con algunos datos y no se descarta que en las próximas horas sean reconocidos.
Las otras víctimas que ya fueron identificadas y entregados sus cuerpos a los familiares son Josué Isaí Limón Saucedo, Jesús Daniel Cepeda Ortiz y Alan Gerardo Pérez Gaytán, Naomi Elizabeth García Arámbula, Mario Parra Márquez y Brandon Eduardo Ramírez Carmona.
El terreno se encuentra ubicado detrás de unos campos de fútbol ubicados en el Camino a San José de los Sauces, a unos 400 metros al sur de la avenida Gasoducto, en la colonia Unión de Colonos Benito Juárez, y actualmente es vigilado por soldados de la Guardia Nacional (GN), agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones de Nuevo León y efectivos de la policía estatal.
Las autoridades localizaron el terreno después de la captura el pasado 19 de enero de Alan el Cano Ervey, presunto líder del Cártel de Sinaloa en la región, según informó la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León.
El Cano, de 35 años, afronta órdenes de arresto por los delitos de secuestro y homicidio. Fue detenido por elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones el pasado 19 de enero junto con siete de sus cómplices, mientras cenaba con su familia en un restaurante en el municipio de Guadalupe, en la zona metropolitana de Monterrey.
El operativo para efectuar el arresto de El Cano dejó un saldo de dos presuntos sicarios abatidos. El capo es señalado como presunto responsable de una ola de violencia que ha azotado en los últimos meses a Monterrey, la segunda ciudad más poblada de México.
Alan Ervey era un objetivo prioritario para el gobierno de Nuevo León, pues se le relaciona con diversas ejecuciones y amenazas a mandos policíacos. Se dice que la célula dirigida por éste, buscaba controlar la plaza de Nuevo León, lo que desató una escalada de violencia en los últimos meses.
De acuerdo con el portal de noticias Breitbart, la organización liderada por Ismael el Mayo Zambada y Los Chapitos, ha enviado grupos de choque a la entidad. El portal asegura que desde junio del año pasado, el Cártel de Sinaloa entró a la batalla por el control del estado (ahí también operan el Cártel del Noreste y del Golfo). Su base de operaciones, advierten, se encuentra en la ciudad de Montemorelos.
La captura de El Cano ocurrió en medio de una creciente presión sobre el Cártel de Sinaloa. En diciembre pasado, el gobierno de Estados Unidos publicó una lista en la que ofrece cinco millones de dólares por información que conduzca al arresto o condena de Ovidio Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán, Jesús Alfredo Guzmán y Joaquín Guzmán, hijos del Chapo Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa.
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