De 6 mil a 90 mil pesos: cómo los altos costos de las rentas reflejan la desigualdad en CDMX

De acuerdo al punto 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), todo ser humano tiene derecho a habitar en una ciudad o comunidades sostenibles, por lo cual, es obligación de todos los Estados lograr condiciones de inclusión, seguridad y resiliencia para toda su ciudadanía.

Sin embargo, pese a los esfuerzos de la comunidad internacional y de los gobiernos, la desigualdad sigue estando presente en las principales urbes del planeta. La Ciudad de México no se escapa de este fenómeno, pues la segregación social sigue siendo un problema que persiste y dificulta las condiciones de vivienda digna para sus habitantes.

El Dr. Máximo Ernesto Jaramillo y la Mtra. Alma Luisa Rodríguez, ambos egresados del Colegio de México (Colmex), hablaron en exclusiva para Infobae México sobre la modificación que ha sufrido la capital del país en su composición geográfica, espacial y social, con especial énfasis en lo que se ha suscitado desde marzo de 2020 cuando se presentó la pandemia por COVID-19.

Y es que la contingencia sanitaria colocó sobre la mesa de debate la importancia de generar políticas públicas a favor del derecho a la vivienda digna, tan solo en el censo del 2020 que organizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se reportó que a nivel nacional más de 5.2 millones de personas habitan inmuebles de alquiler, de los cuales 680 mil se encuentran habitados en la Ciudad de México.

Hablar de la Ciudad de México es hablar de una de las metrópolis más grandes del mundo y una de las ciudades con mayor índice de desigualdad social, hecho que se puede sustentar tan solo con observar la diferencia de los costos de alquileres por alcaldías.

Comparando los precios en fuentes como Vivanuncios, Inmuebles24, así como datos que otorga año con año el Instituto de Vivienda de la CDMX (Invi), se pudo establecer que la mayoría de los promedios de alquiler rebasan los 10 mil pesos llegando incluso hasta los 90 mil, cifras elevadas si se toma en cuenta que el trabajador promedio mexicano recibe entre 6 mil y 8 mil pesos mensuales, de acuerdo al INEGI.

Ante lo cual, el doctor Jaramillo Molina explicó que la ciudadanía capitalina se está enfrentando a un problema grave, puesto que “no es sostenible para ninguna persona que la mayor parte del ingreso se destine a la renta”, debido a que se dejan a un lado otros rubros como la alimentación, la salud y el ocio, mismos que son fundamentales para el desarrollo integral de una persona.

No obstante, dichas cifras no solo responden a la demanda de la ciudadanía por vivir en los puntos céntricos de la ciudad, ya sea por cercanía con el trabajo o escuelas, sino a los cambios que se ha dado al interior del mercado inmobiliario capitalino.

Es ahí donde el académico del Colmex quiso centrar el punto de interés, pues destacó que en la Ciudad de México se han generado “burbujas inmobiliarias”, mismas que han provocado que los costos sigan aumentado por encima del valor y la inflación, dicho en otras palabras, que los precios sean superiores -más allá de la plusvalía- a su valor real.

A la par, la especulación de los precios ha provocado que, pese a que muchos mexicanos perdieron su empleo o vieron reducido su salario por la pandemia, los costos de habitaciones, departamentos o casas hayan mantenido su valor o, incluso, hayan aumentado.

Es ante este panorama de aumento de los alquileres que muchos trabajadores o estudiantes capitalinos tuvieron que mudarse a las periferias al interior de la ciudad o en aquellas pertenecientes a otras entidades federativas, como lo son el Estado de México, Querétaro, Puebla o Morelos.

Profundizando un problema de segregación social en donde sólo el 10% de la población de la CDMX puede permanecer en el centro, mientras que el resto del grueso poblacional tiene que volver a la casa de sus padres, vivir con más personas para compartir costos de alquiler o mudarse de estado.

Por lo cual, la maestra Alma Luisa Rodríguez señaló que en todo el país, no solo en la capital, se ha hecho más evidente el fenómeno de los anillos concéntricos, los cuales generan centros y periferias al interior de una misma demarcación, generando así mayores rasgos de desigualdad incluso en una misma colonia.

Ante un panorama habitacional desalentador para los jóvenes, es que han surgido voces al interior de la sociedad civil organizada, así como grupos a favor del desarrollo social, para impulsar desde de los partidos políticos leyes o políticas públicas a favor de la vivienda digna.

Sin embargo, ambos académicos destacaron que se necesitan mayor presión social para poder emular las reglas que tienen naciones como los Países Bajos o Alemania sobre la regulación de los costos de alquiler, mismas en las que se impide que el precio sea superior al 25% del salario promedio del trabajador.

No obstante, destacaron que es la capital del país en donde más se han observado trabajos a favor de una ley sobre este tema, pero poco han prosperado debido a muchos intereses, ya sean políticos o económicos, que han impedido que las propuestas pasen de las comisiones al pleno en el Congreso de la Ciudad de México.

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