Qué lazos unieron a Emiliano Zapata y Benito Juárez

El destino es tan complejo que a veces se encarga de juntar historias de personas que no tienen planes de encontrarse, tal fue el caso de dos grandes iconos de la historia mexicana: Emiliano Zapata y Benito Juárez. Aunque nacieron en épocas distintas, hay un detalle en la historia que unió la vida de ambos personajes.

La respuesta respecto a cómo dos hombres que se llevan medio siglo de distancia pudieron relacionarse, se encuentra en el árbol genealógico de Zapata, también llamado Caudillo del Sur. Desde que éste era muy joven descubrió que dentro de su cuerpo corría sangre revolucionaria, pues el pasado de su familia estuvo caracterizado por participar en movimientos relacionados a la lucha agraria.

Emiliano creció escuchando las anécdotas de sus tíos paternos Cristino y José María, quienes le hablaron en numerosas ocasiones de Benito Juárez, el Benemérito de las Américas; “Milano”, nombre con el que llamaban de cariño al caudillo, siempre se maravilló de los logros del expresidente nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca.

Y es que pudo vivir los triunfos de sus batallas desde muy cerca porque fueron precisamente sus tíos quienes tuvieron el honor de pelear en el bando liberal que encabezaba Juárez. Según información del sociólogo e historiador Felipe Ávila, ellos participaron en numerosas batallas de la Guerra de Reforma, también conocida como la guerra de los 3 años (1858-1861).

Cabe destacar, que su papel como soldados fue muy importante, ya que debido a su talento en la milicia fueron enviados a enfrentar al ejército del emperador austriaco Maximiliano de Habsburgo. De esta forma, Zapata tuvo la oportunidad de conocer esta parte de la historia de México de dos exmilitares que vivieron en carne propia una de las etapas más decisivas para el futuro del país.

Según la misma fuente, el propio Benito llegó a reconocer las labores de Cristino y José, hecho que los dejaría marcados después de que en el año 1872 se anunciara el fallecimiento del mandatario.

Por este motivo, desde muy pequeño tuvo consciencia de la importancia de luchar por el devenir, más cuando se trata de defender causas sociales. Es importante mencionar que el pasado revolucionario de Zapata tuvo sus orígenes desde antes de que sus tíos nacieran.

Según un artículo publicado por la Cámara de Diputados, la raíz de esta historia comienza desde los tiempos de la Nueva España, cuando en Anenecuilco, Morelos -el lugar donde nació Emiliano- los habitantes empezaron a levantarse contra los terratenientes que querían las tierras de la zona.

Entre las personas que protestaban se encontraban Francisco Ayala y su valiente esposa Justa Zapata, bisabuela del Caudillo del Sur. Esta pareja se caracterizó por “someter a bandoleros y defender a los indígenas de los hacendados”.

Posteriormente, después del estallido de la Independencia sería el turno de su abuelo materno José Salazar, quien desde muy joven se integró al ejército insurgente de otro gran héroe nacional: José María Morelos y Pavón, para exigir a las autoridades de la Nueva España mejores condiciones de vida.

Por otra parte, su abuelo paterno siempre fue un “líder natural de Anenecuilco”. Se encargó de realizar peticiones al gobierno de Benito Juárez para esperar apoyo hacia los más pobres, no obstante, el país se enfrentaba a una complicada guerra civil y política que entorpeció los objetivos de su abuelo.

De alguna u otra manera, el destino siempre ligo a Juárez con el general Zapata a través de los lazos familiares del morelense; motivo por el cual, la figura del expresidente siempre destacó en la lucha zapatista, quien también dedicó la mayor parte de su vida, defendiendo a las minorías, tal y como en algún momento lo hizo el Benemérito de las Américas.

SEGUIR LEYENDO: