Corrupción en los penales y violación a los derechos de la infancia fueron algunas de las atrocidades que reflejó el hallazgo de Tadeo, el bebé de tres meses, en un contenedor de basura al interior del penal de Puebla, el pasado 20 de enero.
La noticia indignó a todo México especialmente con el avance de las investigaciones, así como las lagunas e incógnitas que al día de hoy, 24 de enero, aún circulan en la opinión pública.
Cuestionado por ello, el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aceptó que se trata de un “hecho lamentable”, el cual “no debería suceder”, no sin antes responsabilizar a la tan reiterada “política neoliberal” del cruel suceso. Sin embargo, el tabasqueño no informó acción alguna para hacer frente a las irregularidades dentro de los penales.
“Es fruto podrido de la descomposición social. Son hechos lamentables que no deberían suceder, pero tienen que ver con el pasado reciente. Eso es lo que nos dejó la política neoliberal”.
Este pronunciamiento reitera las críticas que arremeten a López Obrador - y a gran parte de Movimiento Regeneración Nacional (Moreno) - por adjudicar los males de la actual administración a las acciones emprendidas en los pasados gobiernos.
El menor de solo tres meses había fallecido el pasado 05 de enero a raíz de problemas intestinales. Tras el deceso, fue enterrado en un panteón en Iztapalapa, Ciudad de México (CDMX) y del cual fue exhumado y posteriormente trasladado al penal de San Miguel.
Es en esta fase del relato donde tanto la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, así como la capitalina, no han dado respuesta a las incógnitas que más aquejan el caso: ¿Quién desenterró a Tadeo? ¿Cómo pudo ingresar un bebé muerto al penal? ¿Quién lo ingresó? ¿Para qué propósito?
Estas preguntas volvieron a dejar de manifiesto la corrupción en los reclusorios, así como la carencia de protocolos y espacios seguros para que menores convivan con sus familiares de manera segura, declaró la fundación Reinserta.
La organización atrajo el caso a penas se informó la noticia, siendo su fundadora Saskia Niño de Rivera, quien exhortó a Ernestina Godoy, Fiscal general de la CDMX, a informar sobre “cómo se pudieron haber robado un bebé de un hospital para que acabara en un basurero de Puebla”.
Incluso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) intervino al solicitar a la Fiscalía poblana colaborar con la investigación, así como proporcionar la información pertinente para su propia investigación.
Los restos de Tadeo fueron trasladados de regreso a la Ciudad de México (CDMX) en la noche del 22 de enero, en donde se le volverán a dar sepultura.
Así lo anunció la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJCDMX) en su cuenta de Twitter, luego de confirmarse el parentesco con la pareja que denunció la exhumación del recién nacido ante las autoridades.
Respecto a la investigación aún en curso, la Fiscalía puntualizó que ese mismo día del traslado, personal ministerial, peritos y detectives de la Policía de Investigación (PDI) llevaron a cabo una inspección en el campo santo del cual fue sustraído.
Durante el operativo, detalló, se entrevistó a personal del lugar, con el objetivo de ahondar en los hechos ocurridos - esto, en apoyo con la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, cuyo fiscal, Gilberto Higuera, aseveró que ya se ha identificado a la persona que depositó al bebé en el contenedor de basura.
Asimismo, el órgano poblano descartó que se haya extraído algún miembro funcional del cuerpo tras desenterrarlo; aclaró que la herida en su abdomen correspondía a la de una operación efectuada a raíz del padecimiento intestinal que causó su muerte el pasado 05 de enero.
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