La Conquista de México es uno de los episodios de la historia de México más sangrientos y dolorosos. Durante este proceso, murieron muchos indígenas originarios de tierras mexicanas, y se retiraron las tradiciones y costumbres que se tenían.
Uno de los personajes más controvertidos de este periodo fue la mujer conocida como Malinche, quien en realidad se llamaba Malinalli, y a quien los españoles bautizaron como Marina. Ella se unió a Hernán Cortés, quien lideraba las fuerzas españolas, y por eso, se le ha estigmatizado y se le ha calificado como una traidora.
La Malinche sirvió como traductora y consejera de Cortés, pues como no había quien supiera el idioma náhuatl entre sus hombres, ella, que sí lo hablaba, además de maya, sirvió para decir a los españoles qué hacer y qué le decían los mexicas.
Eduardo Matos Moctezuma es arqueólogo y fundador del proyecto Templo Mayor en 1978, fue director del Museo Nacional de Antropología de 1986 a 1987 y del Museo del Templo Mayor de 1987 al 2000, entre otros importantes cargos.
En un texto publicado en el portal Arqueología Mexicana, de la autoría de Matos Moctezuma, se explica que el término “malinchista” es atribuido a las personas que prefieren lo extranjero antes que a lo nacional. Este término proviene del nombre de la Malinche, por la acción que tuvo de apoyar a los extranjeros antes que a los mexicas. Es sinónimo de traidor/a.
Milinalli o La Malinche era, según Bernal Díaz del Castillo, “gran señora y cacica de pueblos y vasallos”, hija de los caciques de Painala, cerca de Coatzacoalcos, en Veracruz. Fue una de las mujeres que, junto con otras, le fueron entregadas a Cortés en Tabasco.
Cuando su padre murió, su madre de casó y tuvo un hijo a quien querían entregar el cacicazgo, por lo que entregaron la Malinche a unos indios de Xicalango, quienes a su vez la entregaron a indígenas de Tabasco, y estos a su vez, a Cortés a su paso por el lugar.
Algo de lo que no se habla mucho, y que forma parte del origen del mito de que traicionó a su pueblo, es que ella no era de origen mexica. Esto quiere decir que no traicionó a su pueblo, sino que al contrario, ella pertenecía a otro grupo que estaba bajo la amenaza que representaba Tenochtitlan y su acción expansionista para sojuzgar pueblos a los que se les imponía tributo.
Estas circunstancias la colocaron en la situación de ayudar a su pueblo ante la amenaza que representaba el mexica, al igual que lo hicieron los pueblos totonacos de la costa y la sierra, cuando informan a Cortés que estaban sujetos al señor Moctezuma, el capitán español promete ayudarlos en su contra, por lo que decide Cortés iniciar la Conquista de Tenochtitlan, al percatarse que estaba entre indígenas que lo apoyaban, como más tarde harían muchos otros pueblos que se le unen en contra del mexica.
El papel de la Malinche fue determinante para la guerra de conquista, y aún después. La mujer, como ya se mencionó, hablaba varias lenguas indígenas, entre ellas náhuatl y maya. Esto fue de gran ayuda para Cortés, pues la manera en que se entendían con los mexicas, que hablaban náhuatl, era de la siguiente: Moctezuma se dirigía a Cortés en náhuatl; la Malinche lo traducía al maya a Jerónimo de Aguilar, el náufrago que había llegado a las costas de Yucatán con Gonzalo Guerrero siete años antes, y Jerónimo lo traducía al castellano a Cortés.
Bernal Díaz del Castillo dijo que era “tan excelente mujer y buena lengua [...] la traía siempre Cortés consigo y la doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios en toda Nueva España”. Más adelante agrega: “He querido declarar esto porque sin doña Marina no podíamos entender la lengua de la Nueva España”.
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