Antonio López de Santa Anna es, sin duda, uno de los personajes más controversiales que la historia de México nos ha dejado. Esta en el imaginario de la sociedad como la persona que “vendió” a Estados Unidos más de la mitad del territorio, pero ¿fue esto cierto?
La realidad política que se vivió durante el siglo XIX fue muy distinta a los rumores sobre la supuesta traición de Santa Anna. Esta leyenda le ha valido el odio de miles de mexicanos que asocian la imagen de Antonio con la de un “vende patrias”.
Si bien es cierto que desde el inicio de su carrera política acostumbraba cambiarse de bandos o “chapulinear”, al pasar de los grupos liberales a los conservadores y de los monárquicos a los insurgentes, también fue uno de los principales opositores y vencedores al Imperio de Agustín de Iturbide.
De acuerdo con la historiadora Blanca Gutiérrez García, una de las razones principales por las que se comienza a encasillar la imagen de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, como traidor se debe, en parte, a los intelectuales mexicanos Justo Sierra, José María Mora y Lorenzo de Zavala.
La autora explica que fueron ellos quienes le dieron una interpretación a los hechos que habían ocurrido en la historia del México independiente. Sus conclusiones se vieron influenciadas por su ideología republicana y liberal de aquel momento, la cual definitivamente no veía con buenos ojos a Santa Anna por los conflictos que tuvo con Benito Juárez.
Por otro lado, la investigadora alemana Ute Seydel habla del papel central que tuvieron los gobiernos priístas al difundir la identidad histórica desde la “versión de los vencedores”, la cual implicaba dar a conocer una lista de héroes mexicanos como Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Emiliano Zapata, entre otros; y antihéroes, donde figuraba el nombre de Antonio López.
También, Blanca Gutiérrez explica que durante el sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964), la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos de la Secretaría de Educación Pública se encargó de actualizar y reelaborar los libros de historia.
En las modificaciones se exaltó el patriotismo de los héroes y se subrayó los errores y “traiciones” de los antihéroes, dejando de lado sus victorias y la importancia de su papel en la historia mexicana. Como menciona Blanca, se pasó por alto que este militar ganara varias batallas contra los españoles, “pese a que estos triunfos fueron decisivos para que México lograra su independencia”.
Incluso, en los libros de historia de sexto grado, se hace énfasis acerca de “la acostumbrada falta de constancia y de responsabilidad” del veracruzano. De hecho, según Seydel, en los textos se responsabiliza indirectamente a Santa Anna de la pérdida de casi la mitad del territorio nacional.
La idea poco a poco se fue colectivizando en los niveles básicos de educación mexicana y gradualmente se quedó en la memoria nacional la leyenda de que él había sido el culpable de que México perdiera un total de 2 millones 400 mil kilómetros cuadrados.
Uno de los aspectos principales por aclarar, es que el político y militar no vendió el territorio a nadie, simplemente le tocó perder batallas decisivas contra Estados Unidos en diferentes momentos que provocaron la pérdida de Texas, la Mesilla, Nuevo México, Arizona, entre otros.
Sin embargo, a este polémico personaje le queda bien la expresión popular de “cría fama y échate a dormir”, pues su carácter ególatra, grosero y altanero fueron la prueba perfecta para señalarlo como “un traidor de la nación”.
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