Hernán Cortés: la masacre que se desató en Cholula por sospechas de canibalismo de un grupo de indígenas

El proceso de la conquista de México, a manos de los españoles invasores, liderados por Hernán Cortés, tuvo varios episodios, muchos de ellos, llenos de sangre y muerte.

Y es que a la llegada de Cortés y sus hombres a tierras mexicanas, pasaron por diversas batallas con los indígenas originarios, y poco a poco fueron derrotándolos, hasta llegar a Tenochtitlan, la ciudad más importante de la zona, la cual era gobernada por Moctezuma II.

Antes de llegar a la capital, Cortés se alió con diversos grupos indígenas, uno de ellos, tal vez el más importante, fueron los Tlaxcaltecas. Antes de su entrada a Tenochtitlan, los españoles pasaron por la ciudad de Cholula, en Puebla, en donde se llevó a cabo una de las masacres más atroces.

En aquella ciudad, miles de cholultecas fueron asesinados por las tropas españolas y sus aliados.

Y es que Cholula en aquél tiempo, era una de las ciudades más importantes de toda Mesoamérica. Se cuenta que a la ciudad llegaban cientos de indígenas para visitar el centro ceremonial de Quetzalcóatl. Algo similar a lo que se hace ahora en la Basílica de Guadalupe, lugar al que llegan peregrinos de diversos puntos del país para visitar a la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre.

Y es que los indígenas que visitaban la ciudad, lo hacían con la intensión de rendir culto a la Serpiente Emplumada. Los europeos equipararon a Cholula con Jerusalén y la llamaron “la ciudad santa de Anáhuac”.

En esta zona, la cerámica también ya tenía fama antes de la llegada de los españoles. Se cuenta que, incluso, el emperador Moctezuma II no comía en vajilla que no proviniera de Cholula y la influencia artística del lugar alcanzó sitios tan lejanos como Costa Rica, en la parte más al sur de Centroamérica.

Cholula, como ya se comentó, fue una de las ciudades más importantes de Mesoamérica, pues además de su vocación religiosa, fue un importante punto comercial. Los cholultecas construyeron pirámides superpuestas de las que lograron una de las construcciones más grandes en su tipo. Esa grandeza solo podía compararse con la de Tenochtitlan.

Bernal Díaz del Catillo, conquistador y cronista que acompañaba a Cortés, la describió de la siguiente manera: “Y es Tierra de mucho maíz y otras legumbres y de mucho ají (chile) y toda llena de magueyales. Que es donde hacen el vino (pulque). Hacen de ella muy buena loza de barro, colorado y prieto y blanco, de diversas pinturas, y se abastece de ella México y todas las provincias comarcanas, digamos ahora como en Castilla lo de Talavera Plasencia”.

Las grandes ciudades de Mesoamérica eran comparadas con las grandes ciudades europeas, y a Cholula la llegaron a comparar con Valladolid.

La entrada de las tropas conquistadoras a Cholula, en Puebla, ocurrió en 1519. El único requerimiento que hicieron los cholultecas a los españoles para dejarlos entrar a su ciudad fue que los tlaxcaltecas y totonacos, aliados de los europeos, estuvieran desarmados, pues eran unos de sus grandes enemigos. Cortés accedió a dejarlos a las afueras de la población.

Con el paso de los días, el ambiente de hostilidad fue creciendo poco a poco. Según los tlaxcaltecas y totonacos, los cholultecas conspiraban para atacarlos. Además, aseguraron que los lugareños habían mandado a sacrificar a cinco niños ante Huitzilopochtli, el dios de la guerra, para que les diera la victoria sobre los extranjeros.

Entre las cosas que levantaron las sospechas a los españoles de una posible traición, fue que vieron a los cholultecas preparar grandes ollas con tomates y chiles, en donde, según ellos, los locales pensaban cocinarlos.

El complot fue revelado por Malinalli, también conocida como Marina o la Malinche, a quien una anciana le propuso refugiarse en su casa, pues esa noche los cholultecas y aztecas pensaban atacar y matar a los españoles.

La anciana fue interrogada por los españoles, a quienes dio pormenores del supuesto ataque, y mencionó que Moctezuma II estaba apoyando la coartada contra los europeos.

Cortés y sus hombres se prepararon para el ataque, dejaron caballos ensillados y las armas preparadas. Sin embargo, los cholultecas no dieron señal de guerra.

A la mañana siguiente, Cortés llamó a los nobles, sacerdotes y mandos militares de los locales para hablar con ellos, y los concentró en un patio custodiado por sus hombres. Una vez con ellos, montó su caballo y les dijo que “ha venido de paz, como un amigo, y que ellos desean matarlo. Conoce sus planes y no ignora que tienen las ollas dispuestas para comérselos en salsa de tomate”.

Seguido de eso, se escuchó un disparo, que fue la señal para iniciar con una de las peores masacres vividas durante la conquista. Era el mes de octubre de 1519. Los hombres de Cortés no dudaron en masacrar por igual a ancianos, mujeres, niños, nobles, y todo aquel que se le pusiera en frente. Se habla de la muerte de 3,000 personas, sin embargo, hay fuentes que dicen que fueron unas 6,000 en realidad.

La artillería y el fuego consumieron la ciudad. Actualmente, poco queda de aquella gran urbe que fue de las más importantes de esa época. Sobre la pirámide se construyó la iglesia de los Remedios, y la grandeza de aquella construcción antigua, ahora se utiliza como el mirador de la ciudad para los turistas.

Se dice que los españoles se propusieron construir 365 iglesias, una por cada día del año. Hoy hay casi 300.

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