Sin duda alguna, Porfirio Díaz fue uno de los presidentes más recordados de la historia del país, pues fue alguien que logró un desarrollo económico y tecnológico sin precedentes en el país, sin embargo, también su gobierno se caracterizó por remarcar de manera muy notoria la desigualdad entre las clases sociales, haciendo más ricos a los ricos, y llevando a una miseria extrema a los pobres.
Además de esto, el gobierno de Díaz también estuvo marcado por la diplomacia que mantuvo con otras naciones, entre ellas Francia, con quien llevó una muy buena relación, al grado de poner un toque de afrancesamiento en la ciudad durante su mandato, el cual duró más de 30 años, por lo que fue considerado una dictadura.
Díaz, a lo largo de su vida, conoció a destacadas figuras de mundo político, cultural y hasta tecnológico de la época. Uno de estos personajes fue Thomas Alva Edison, a quien conoció en persona en una reunión que se asemejaba a las viejas fiestas europeas, en las que se compartían los logros, pero también, más que eso, servían para levantarse las solapas de los cuellos durante las pláticas, que no sobrepasaban la media hora.
El mundo de aquella época pasaba por inmensos cambios de todo índole, tanto culturales, como políticos y tecnológicos. Algunos importantes inventos tomaban la atención de las personas, entre ellos el ferrocarril y algunos más. Sin embargo, la marginación en la sociedad mexicana estaba recrudeciendo.
Para Porfirio Díaz abrir las puertas al extranjero no era considerada solamente una estrategia más de su gobierno, sino una acción evidente ante la transformación imparable que se vivía en otros países. Gracias a esto logró diversificar su círculo de amistades.
Thomas Alva Edison envió un regalo a Díaz, el cual recibió con gran gusto. Un fonógrafo fue el obsequio del inventor estadounidense. Tras esto, Díaz decidió devolverle el gesto, por medio de un mensaje en una grabación, la cual es resguardada actualmente en la Fonoteca Nacional.
En el mensaje, que dura menos de dos minutos, Díaz grabó el mensaje de agradecimiento el 15 de agosto de 1909, y recordó el cariño que le guardaba desde que comenzaron su amistad.
“A Edison, estimado y buen amigo, me refiero a su grata ocho de julio. Yo también, como usted, recuerdo con placer el tiempo aquel en que tuve la satisfacción de conocerle y conocer sus atrevidos experimentos, haciéndome participe de su fe inquebrantable en el grandioso porvenir de la ciencia empírica. Fue allá en su patria, en los primeros días de la luz eléctrica, en Nueva York, y desde entonces presentí en usted al héroe del talento, al triunfador del trabajo, al que más tarde habría de someter a disciplina el fuego arrebatado por Franklin a los cielos, para perpetuar acá en la tierra en sus maravillosos aparatos fonográficos la cariñosa voz de los seres amados, reproduciendo todos los ritmos, todos los acentos y todas las modulaciones del lenguaje humano. Me grato en complacerle, porque tengo en muy alta estimación a los grandes benefactores de la humanidad, y usted es uno de ellos, porque usted ha creado nuevas fuentes de felicidad, de bienestar y de riqueza para el género humano, utilizando las más poderosas fuerzas conocidas: luz, electricidad, trabajo y genio. Su amigo, que con orgullo estrecha su mano, Porfirio Díaz”, se escucha con la voz del expresidente.
La voz se escucha ya de una persona mayor, sin embargo, habla con fluidez, elocuencia, claridad y vitalidad en las palabras expresadas a Alva Edison.
Edison fue un inventor, científico y empresario de origen estadounidense. Desarrolló grandes inventos que han tenido una fuerte influencia en el mundo, como el fonógrafo, la cámara de cine, o la bombilla incandescente.
Fue uno de los primeros inventores en aplicar los principios en la producción en cadena y el trabajo en equipo a gran escala al proceso de invención, por lo cual se le reconoce la creación del primer laboratorio de investigación industrial.
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