El pulque y su glorioso pasado que involucra a los dioses aztecas

Hoy en día se conoce como pulque a la bebida que se obtiene mediante la fermentación del aguamiel que produce el agave; sin embargo, el nombre es el resultado de una variación corrupta por parte de la lengua española, quienes apoyados en la cultura arahuaca bautizaron de esta manera lo que en su momento fue conocido como octli en el idioma náhuatl.

El ixtac octli, licor blanco en su traducción literal al español, tiene una rica historia prehispánica, pues aunque no hay una fecha exacta de su nacimiento, sus primeros orígenes se remontan entre los años 100 y 200 d.C. en territorio mexicano.

A pesar de que distintas tradiciones señalan su creación a la cultura Tolteca, una de las historias más populares relacionan al octli como producto de la muerte de Mayahuel, diosa mexica del maguey y como tal de embriaguez.

“Cuenta la leyenda que una joven y bella Diosa llamada Mayahuel, que vivía encerrada y lejos de los demás dioses debido que su abuela la cuidaba celosamente, tenía en su poder una planta mágica que daría alegría y otros dones al ser humano”, señala el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México.

Los dioses encomendaron a Quetzalcóatl la misión de poseer dicha planta para que se compartiera con los seres humanos. Este Dios con sus suaves palabras la convenció, sin importar el riesgo de la furia de la abuela.

“En la huída, los dioses se enamoraron y decidieron vivir su amor eterno, sin embargo, dicha felicidad terminó cuando se dieron cuenta que los hermanos de Mayahuel los perseguían y para no ser encontrados, Mayahuel decidió que tanto ella como Quetzalcóatl tomaran la forma de su planta mágica.

Sus hermanos solo vieron plantas y piedras, pero identificaron una planta diferente reconociendo a su hermana a la que cruelmente destrozaron. Quetzalcóatl, que se había salvado, recobró su forma, tomó los restos de su amada y cuidadosamente la sembró, regándola todos los días con su llanto.

Con el tiempo resurgió la planta mágica, pero Mayahuel no pudo recobrar su forma, quedando para siempre en el sagrado Maguey o Agave”.

Esa es la leyenda oficial que se lee por parte del Gobierno Mexicano, que hace primera referencia al origen divino que tiene la planta del agave, de donde se obtiene una gran cantidad de destilados alcohólicos, entre los que se encuentra el pulque y que también era muy popular entre los dioses aztecas.

De acuerdo con la antropóloga Sonia Iglesias y Cabrera, la cultura azteca que se asentó en el centro de México rindió culto a esta bebida y a los efectos de embriaguez que provocaba, pues se apoyaron en la leyenda de la diosa Mayáhuel, quien junto a Patécatl, dios de las medicinas, dieron origen al pulque.

El significado de esta bebida trascendió como místico para una gran cantidad de pueblos mesoamericanos, pero que era digno exclusivamente para los dioses y utilizado en escenarios políticos y religiosos.

De acuerdo con Iglesias y Cabrera, su consumo estaba dirigido a la nobleza, sacerdotes y ancianos; sin embargo, en festividades especiales los niños también podían probarlo.

Quienes también podían beber este producto fermentado eran aquellos que iban a ser sacrificados en el templo de Huitzilopochtli, de acuerdo con México Desconocido, quienes incluso podían consumirlo hasta embriagarse sin penitencia ni castigo.

Debido a su origen relacionado con el dios de las medicinas, Petécatl, también era administrado a quienes padecían males, aunque podía ser combinado con distintas yerbas curativas.

Tras la Conquista Española, la producción del pulque se popularizó y perdió paulatinamente su significado divino. Se convirtió en un importante activo para la economía local, en especial dentro del Valle de México, hasta convertirse en una bebida tradicional para un gran sector de la población mexicana.

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