El 22 de diciembre de 2017 la suerte lo abandonó. José González Valencia, el Chepa, fue detenido en Brasil, mientras esperaba a su familia a la salida de un hotel en Fortaleza (al norte de la nación). Hasta entonces era conocido como Jafet Arias Becerra, un boliviano que viajaba al país sudamericano por tercera ocasión.
Pero ese sujeto, que aparentaba ser un turista común, ya era muy famoso en México bajo los alias El Chepa, Camarón y/o Santy. Según las autoridades, dirigía el sector financiero de Los Cuinis —brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación— . González Valencia comandaba las operaciones y los pagos desde la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia y era responsable de la seguridad de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, su cuñado y fundador del CJNG.
La policía le ha seguido de cerca los pasos desde 2009, cuando la familia Valencia, originaria de Michoacán en México, fundó el grupo criminal Los Cuinis. En 2015, tras la detención de su hermano Abigael González, huyó a Bolivia.
En aquel país del presidente Luis Arce Catacora (Bolivia), el Chepa vivía como un ciudadano de clase media sin grandes lujos ni ostentaciones. En su nación de origen; sin embargo, era un cacique respetado por todos.
Luego de su detención en Fortaleza su destino quedó en manos del Supremo Tribunal Federal, que el pasado miércoles 10 de noviembre entregó al narcotraficante mexicano a Estados Unidos.
En el país norteamericano enfrenta cargos internacionales de tráfico de drogas. Este jueves, el Chepa compareció por primera vez en la Corte Superior de Washington.
En 2005 —un año antes de que Estados Unidos lo señalara por conspirar para importar más de cinco kilogramos de cocaína al país — el Chepa vivió un episodio de película. El 1 de agoto de aquel año, en una pelea de gallos en el hipódromo El Carril, en Tonalá, Jalisco (al oeste de México) ocurrió un baño de sangre. Un comando armado con rifles AK-47 comenzó a disparar indiscriminadamente contra la multitud, donde se encontraba José González Valencia y otros miembros del extinto cártel del Milenio, ahora CJNG. Los atacantes, todos sicarios de Los Zetas hirieron a más de 20 personas y dejaron cuatro muertos. El Chepa logró escapar y doce años después fue capturado en Sudamérica.
El 26 de octubre de 2016, las autoridades estadounidenses emitieron una acusación contra este líder criminal. Afronta una imputación por distribuir cinco kilogramos de cocaína. Aunque su trabajo dentro de las organizaciones criminales fue más administrativo, también está relacionado con una serie de homicidios de agentes estatales y sicarios rivales.
En caso de ser declarado culpable, González Valencia enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 10 años en una prisión federal y una sentencia máxima de cadena perpetua. Un juez de un tribunal de distrito federal determinará cualquier sentencia después de considerar las Pautas de Sentencia de EE. UU. Y otros factores estatutarios.
Este caso es parte de la Operación Stir the Pot, que fue apoyada por el Grupo de Trabajo contra el Crimen Organizado y el Control de Drogas (OCDETF). La División de Campo de Los Ángeles de la DEA está investigando con la ayuda de la DEA Brasilia.
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