José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Pancho Villa, fue uno de los grande héroes nacionales en México, y la historia del país, pues fue uno de los personajes más destacados de la Revolución Mexicana, movimiento armado con el cual se logró quitar del poder al expresidente y dictador Porfirio Díaz.
El movimiento comenzó en 1910, y algunos de otros personajes importantes de este fueron Francisco I. Madero, Emiliano Zapata y Venustiano Carranza. Durante la Revolución pasaron muchos hechos importantes, como la Decena Trágica, el asesinato de varias personalidades de la política mexicana de ese tiempo, e incluso una invasión a los Estados Unidos.
Esta fue llevada a cabo por Pancho Villa y sus tropas revolucionarias, el 9 de marzo de 1916, cuando invadieron el poblado de Columbus, en Nuevo México. Fueron cerca de 600 militares pertenecientes a la División del Norte quienes cruzaron la frontera hacia Estados Unidos para invadir el poblado fronterizo de EU.
El Centauro del Norte, como también se le conocía a Villa, es considerado el único mexicano, y latinoamericano, que ha invadido a los Estados Unidos. Como represalia a dicha invasión, el gobierno estadounidense envió a más de 5,000 soldados para cazar al revolucionario mexicano, y aunque el número de militares se duplicó en pocos días, Villa no fue atrapado por los soldados del país vecino.
Esta fue la segunda invasión en suelo estadounidense en su historia, pues la primera fue en 1814, cuando la marina británica desembarcó en la costa oeste del país. Dicho ataque contribuyó a crear un mito alrededor del Centauro del Norte, alentado por una conflictiva relación de México con su vecino del norte.
Antes de este incidente, habían ocurrido dos invasiones estadounidenses en territorio mexicano, el primero en 1847 y el segundo en 1914. En la primera fue en la que México perdió la mitad de su territorio, con estados como Texas, Nuevo México y California.
Así fue que la expedición de Villa se convirtió en un ícono. Según especialistas consultados por la BBC, la decisión de atacar al pueblo estadounidense aparentemente no existió ánimo de venganza.
Villa pensaba que el presidente Venustiano Carranza pretendía firmar un acuerdo de colaboración con el gobierno de Estados Unidos que, según el revolucionario, ponía en riesgo la soberanía de México. Y aunque el pacto nunca existió, el “Centauro del Norte” estaba convencido de que sí.
Esta historia de la invasión al país más poderoso del mundo, es solo una de las miles que rondan alrededor del revolucionario, sobre quien se construyeron mitos y leyendas, pero que más de un siglo después es un ícono para los mexicanos.
Doroteo Arango nació en 1878 y murió en 1923, y fue un bandido que pasó gran parte de su vida huyendo de la justicia mexicana, pues desde adolescente fue asaltante de caminos y ladrón de ganado.
El escritor y actual director del Fondo de Cultura Económica (FCE) Paco Ignacio Taibo II, explica en su libro “Pancho Villa. Una biografía narrativa” que el Caudillo del Norte “solía despertarse, casi siempre, en un lugar diferente del que originalmente había elegido para dormir”.
Una costumbre de sus años fuera de la ley. “Tenía miedo de que la debilidad de las horas de sueño fuera su perdición”. Para 1910 se unió al Plan de San Luis, que fue promovido por Francisco I. Madero, con el que llamaba al país a levantarse en armas contra el entonces presidente Porfirio Díaz.
El Plan fue la respuesta al fraude en las elecciones de ese año, donde Madero fue candidato. Ese fue el inicio de la Revolución Mexicana.
Villa era un personaje popular en el norte de México, especialmente en Chihuahua y su decisión de unirse al movimiento armado fue apoyada rápidamente por miles de personas. Por ello, decenas de pueblos de ese estado se quedaron prácticamente vacíos pues todos los hombres –y muchas mujeres- se unieron a la División del Norte.
El “Centauro del Norte”, coinciden especialistas consultados por la BBC, era un hombre iletrado pero también un gran estratega militar. De hecho la División del Norte, formada por más de 30,000 soldados, fue decisiva en la derrota del ejército de Díaz y su decisión de abandonar el país para siempre. Su eficacia en el combate es parte de la leyenda, dice Taibo II.
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