La tradicional celebración del Día de Muertos está a punto de comenzar en nuestro país, se trata del 1 y 2 de noviembre, fechas en que la mayoría de los mexicanos colocan ofrendas o visitan a sus seres queridos en los panteones.
Sin embargo, hay zonas donde la conmemoración se lleva a otro extremo y se realizan recorridos nocturnos, donde la gente se puede disfrazar o escuchar las mejores leyendas en medio de la noche.
En ese sentido, aquí mencionaremos algunos sitios o cementerios terroríficos para visitar en los próximos días.
Panteón Belén, Guadalajara
Se trata de uno de los cementerios más antiguos del país, además de que hace años fue un hospital para enfermos de lepra y ofrece uno de los recorridos más terroríficos y populares para los visitantes.
En este lugar rico en historias y leyendas extremas se acostumbra a ofrecer caminatas nocturnas acompañadas de aterradoras historias como la de “nachito”.
Y es que la tumba del pequeño Ignacio Torres, también llamado “nachito” es de las más visitadas por la gente. Se dice que Ignacio falleció de un extraño padecimiento conocido como nictofobia (miedo a la oscuridad).
Debido a ese terror que padecía, sus padres decidieron colocar antorchas en su habitación durante todas las noches, para calmarlo y pudiera conciliar el sueño; sin embargo, un mal día éstas se apagaron y le dio un infarto fulminante.
Tras su fallecimiento un 24 de mayo de 1882, la gente comenzó a creer que el niño estaba embrujado, ya que, según testigos, su ataúd apareció sobre la lápida durante las 10 noches posteriores al entierro. Fue entonces que los papás de Nachito decidieron modificar su tumba y colocar el ataúd por fuera, además hicieron grietas para que pudiera entrar la luz.
Sepultureros han relatado que se han encontrado juguetes a un lado de su epitafio, a pesar de recogerlos de manera constante.
Panteón de Santa Paula, Guanajuato
Otra de las ideas para los amantes de lo paranormal es el Panteón de Santa Paula, el cual se localiza muy cerca del reconocido museo de las momias en la entidad de Guanajuato.
El programa ofrece caminar entre las tumbas al tiempo que los organizadores del sitio irán contando historias relacionadas con él, tales como el muerto que no llegó a su entierro o cuáles fueron de las primeras momias halladas en la zona.
El Museo de las Momias, espacio de muerte y misterio se abrió al público en 1970. Según los relatos, desde finales del siglo XIX, se descubrió de una manera terrorífica que los cuerpos enterrados en este lugar se momificaban de forma natural al cabo de un tiempo.
Se presume que este inusual fenómeno se debe a la presencia de minerales en la zona, la alta salinidad y a la temperatura.
Panteón Dolores, CDMX
Más que un cementerio lúgubre, este sitio es admirado como una zona cultural del país, pues alberga La Rotonda de los Hombres Ilustres, donde se encuentran los restos mortuorios de al menos 104 personalidades mexicanas que en vida fueron parte de la música, poesía o arte.
Localizado en la tercera sección del Bosque de Chapultepec, y siendo uno de los más grandes que existen en la Ciudad de México, con más de siete millones de tumbas en alrededor de 200 hectáreas, en este lugar se pueden realizar visitas guiadas.
Según las investigaciones, una de las teorías dicta que su nombre “Dolores”, se debe a que se construyó sobre la “tabla de Dolores”, un espacio que era utilizado para cortar carne de res.
Panteón de Guadalupe, Nuevo León
Los recorridos en este camposanto también son un tanto culturales, pues los guías se dedican a hablar sobre los sepulcros de los personajes famosos que yacen ahí, así como su historia.
Se localiza en la Avenida Benito Juárez, en el estado de Nuevo León, donde también se podrá llegar disfrazado o simplemente pasar una noche agradable y cultural en familia.
Panteón Municipal Juan de la Luz Enríquez, Veracruz
Este cementerio se encuentra en Orizaba, Veracruz, Pueblo Mágico conocido por sus leyendas e historias tradicionales.
De acuerdo con algunas historias, este sitio era nombrado “el matadero”, pues se ocupaba para descuartizar y sacrificar reses de la región.
Alberga además un sinfín de tumbas que han sido nombradas monumentos históricos por parte del gobierno municipal.
Una de las zonas más visitadas es la de una pequeña que pereció a la edad de los dos años, ya que su peculiar tumba es de una niña recostada en una cama y un ángel en su cabecera cuida de ella, pues independientemente de donde se encuentre el sol, una de las alas de dicho ángel cubre el rostro de la nena.
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