La universidad más reconocida del país, y una de las mejor calificadas en Latinoamérica, es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde se han graduado grandes personalidades del mundo la ciencia, la cultura, las artes e incluso la política. Además, considerada la institución educativa más grande de Iberoamérica, por algo es llamada la “Máxima Casa de Estudios”.
La UNAM, como la conocemos ahora, se fundó el 22 de septiembre de 1910, por lo que hace apenas unos días conmemoró su “cumpleaños” número 111. La institución se fundó en el marco de los festejos del Centenario de la Independencia de México, y solamente se le dio el nombre de Universidad Nacional de México, pues aún no tenía su autonomía. La ceremonia de inauguración fue encabezada por el entonces presidente Porfirio Díaz Mori, y el ministro de Instrucción Pública, Justo Sierra, fue el encargado del discurso de apertura.
El decreto de la Universidad se emitió el 26 de mayo de 1910, y se fundó con seis escuela nacionales: la de Preparatoria, la de Medicina, de Ingenieros, de Jurisprudencia, de Altos Estudios y de Bellas Artes. La matrícula en ese entonces no llegaba ni a 2,000 alumnos, sin embargo, poco a poco fue creciendo, y 20 años después era de 9,000. Hoy en día es de más de 345,700 alumnos con una oferta académica de 130 licenciaturas.
El primer rector de la Universidad Nacional de México fue Joaquín Eguía Lis, quien estuvo al mando de la institución por tres años, pero fue el rectorado de José Vasconcelos, en 1920, cuando se puso el escudo, un águila mexicana y el cóndor andino, que protegen el despliegue del mapa de Hispanoamérica y el lema Por mi raza hablará el espíritu.
Fue en 1929 hubo una revuelta estudiantil que provocó una gran huelga y tuvo como resultado, la autonomía de esta. Sin embargo, la UNAM, como la conocemos ahora, tiene un pasado que tiene sus inicios hace 500 años.
Y es que desde los primeros años que siguieron a la Conquista de México por parte de los españoles se notó que tanto los criollos, como los mestizos y los indios tenían disposición para ilustrarse y adquirir conocimiento. En la época del virreinato de la Nueva España las primeras instituciones educativas a nivel superior fueron los seminarios donde se preparaba a los hombres para ser sacerdotes.
Fray Juan de Zumárraga y el virrey Antonio de Mendoza fueron quienes iniciaron las gestiones para la fundación de la primera Universidad de la Nueva España. Se decía que dicha institución sería creada para educar a los recién convertidos a la religión católica, sin embargo, esto no se cumplió en su totalidad, pues la universidad se centró en educar a las clases privilegiadas.
La universidad se creó por una cédula real de Carlos V y comenzó sus clases el 25 de enero de 1553 bajo el nombre de Real Universidad de México, y se organizó a imagen y semejanza de las universidades europeas de tradición escolástica, en particular, la de Salamanca.
La denominación de “Pontificia” se agregó unos años después por ordenes del Papa Clemente VIII en reconocimiento a los estudios con orientación religiosa que se impartían ahí.
Durante sus primeros años, estuvo ubicada en diversos recintos, iniciando sus cátedras en el lado oriente de lo que hoy es la Catedral Metropolitana, justo donde es la entrada al museo del Templo Mayor. Posteriormente se trasladó al interior del Palacio Virreinal, hoy Palacio Nacional, ubicado en la Ciudad de México.
Las carreras se organizaban en facultades mayores que incluían teología, leyes, cánones y medicina; y una facultad menor, que era arte. También existían algunas cátedras sueltas como astrología, matemáticas, retórica, gramática y lenguas indígenas. Se otorgaban los grados de bachiller, licenciado, maestro, doctor. El idioma de estudio era latín.
La universidad impartió clases por poco más de 300 años, hasta que cerró sus puertas por ordenes del emperador Maximiliano de Habsburgo, el 30 de noviembre de 1865, luego de varios intentos de cierre por las luchas entre liberales y conservadores que azotaban al país en ese tiempo. A pesar de estas luchas, la institución fue indiscutiblemente el cuerpo científico más respetado que existió en América durante los tres siglos de la Colonia.
Se considera que la UNAM es la heredera de la Real y Pontificia Universidad de México.
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