Efraín Pérez, ex integrante del Cártel de los Arellano Félix y uno de los narcos más peligrosos, se encuentra en Estados Unidos pidiendo “piedad” a las autoridades de una corte. Así lo reveló la periodista Laura Sánchez Ley, periodista de Milenio Diario.
De acuerdo con información de documentos que tiene Milenio en su poder, en la Corte de Distrito Sur de California, desde el 26 de junio, el narcotraficante ha exigido su liberación tras cumplir 11 años de 26 que tiene de sentencia.
Por su parte, la Fiscalía de Estados Unidos le ha informado al juez que se le niegue la libertad al capo, esto debido a que no solamente participó en los envíos de droga, sino también en el asesinato de militares y uniformados que no cooperaban con el crimen organizado.
La investigación señaló que Efraín Pérez es la mente maestra detrás de Santiago Meza López, mejor conocido como “El Pozolero”, quien se dedicaba a disolver cuerpos.
Según declaraciones del Pozolero, Pérez le enseñó toda la técnica para disolver cuerpos, técnica que ha provocado que miles de mexicanos busquen a sus familiares desaparecidos.
El 25 de enero de 2009 es una fecha especial en la historia del crimen en México. La justicia tenía ante sí a un hombre en apariencia pacífico. Vivía en Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, donde se dedicaba a la albañilería.
El en mundo criminal, sin embargo, era conocido como Santiago Meza López, “El Pozolero”, un apodo que recibió por ser quien se dedicaba a disolver los cuerpos de los enemigos del Cártel de los Arellano Félix en tambos llenos de soda caustica a cambio de un pago de 600 dólares a la semana.
Durante años, la familia de los Arellano Félix fueron los amos de Tijuana. Ellos controlaban la plaza.
En México, el pozole es un platillo local altamente apreciado en la cultura nacional, que se prepara con maíz, chile y carne de cerdo.
Meza López tenía una receta muy peculiar: a una tina con capacidad para 200 litros, lo llenaba hasta la mitad de agua, luego dos costales de soda caustica y al final los pedazos de cuerpos descuartizados. Entonces dejaba hervir la mezcla en el fuego por ocho horas para que se desintegraran casi por completo. Lo poco que no se quemaba, como los dientes, las uñas y pedazos de huesos, los llevaba a un terreno baldío donde los quemaba con gasolina y luego los enterraba.
En sus declaraciones consta que durante nueve años disolvió más de 300 cuerpos. Algunas estimaciones señalan que fueron 650, principalmente por órdenes de Teodoro García Simental, “El Teo”, quien primero trabajó para el Cártel de los Arellano Félix y después se separó.
En 2011 empezaron a salir a la luz narco fosas en el terreno conocido como La Gallera, en el Ejido Maclovio Rojas, donde “El Pozolero” enterraba los restos de cuerpos que se resistían a desaparecer.
El ejido está ubicado en la periferia de la ciudad y durante meses encontraron entre 14.000 y 15.000 restos de cuerpos en distintas fosas.
Ante la imposibilidad de identificar los cuerpos, las fosas fueron selladas. Entonces los vecinos se unieron a padres de desaparecidos que habían estado trabajando en las fosas y diseñaron un proyecto para ayudarlos en su búsqueda.
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