Edificio La Nacional: el primer rascacielos de México inspirado en el Templo Mayor

En fechas recientes, ha causado gran revuelo y polémica que el gobierno de la Ciudad de México, a cargo de la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, haya decidido colocar una gran maqueta en pleno Zócalo capitalino, sobre el gran Templo Mayor, para conmemorar los 500 años de la caída de la imponente ciudad de México-Tenochtitlán. Sin embargo, en la capital hay otras edificaciones que están inspiradas en el Templo Mayor y que tal vez, los capitalinos no tenían idea.

Uno de estos edificios es el de La Nacional, que se encuentra ubicado en la esquina de Eje Central y avenida Juárez, en el pleno corazón de la Ciudad de México. El edificio La Nacional, además de estar inspirado en el gran Templo Mayor, que como ya se dijo, en fechas recientes ha sido tema de conversación, también fue el primer rascacielos que existió en la Ciudad de México.

A simple vista, el edificio con estilo Art Decó, podría pasar desapercibido, pues a comparación de otros edificios vecinos de este, como la Torre Latinoamericana o el Palacio de Bellas Artes, es más pequeño o no está tan adornado, sin embargo, tiene una gran historia que se remonta a los años treinta del siglo pasado.

Durante el siglo XX, luego de concluida la Revolución Mexicana, empezó a surgir en México la inquietud por reinterpretar las grandes ideas y tecnologías que llegaban de influencias modernistas de otras grandes ciudades del mundo. Dicha reinterpretación de modernidad comienza a reflejarse en sus construcciones verticales con edificios de grandes alturas que comienzan a levantarse en los centros de las grandes ciudades como símbolo de de crecimiento y alta tecnología en una nueva era.

La construcción del edificio se hizo entre 1929 y 1932, y fue diseñado por el famoso arquitecto Manuel Ortiz Monasterio, quien también se vio influenciado por los grandes rascacielos que comenzaban a construirse en las grandes ciudades estadounidenses. Originalmente fue construido para albergar las oficinas de la compañía de seguros La Nacional, y la idea era construir el primer rascacielos mexicano, un edificio que rebasaría los 50 metros de altura, algo que antes no se había hecho en la capital, lo que traería un importante reto como consecuencia.

El reto principal del proyecto era la cimentación sobre el suelo lacustre y de alto riesgo sísmico de la zona centro de la capital mexicana. La solución que encontraron a este problema, para tratar de aminorarlo, fue utilizar al rededor de 100 pilotes de concreto para lograr llegar lo más profundo posible donde hubiera suelo estable, convirtiéndolo en el primer edificio en México que utilizó estructuras de acero con colados en concreto, y por ende, una de las primeras manifestaciones de arquitectura funcionalista en el país en donde la forma se adhiere a la solución estructural.

Además de los materiales de construcción como parte de la influencia modernista, se pueden apreciar en el proyecto algunos detalles de Art Decó como la forma simétrica escalonada, las tonalidades en negro y colores neutros y elementos compositivos como la tipografía utilizada en la fachada. El edificio se levanta sobre un basamento negro en planta baja que resalta con el color neutro del resto del proyecto para dar lugar al acceso principal que se enmarca con un portón en forma de arco.

Aunque fue el edificio más alto durante corto tiempo, este proyecto marcó un importante avance en la construcción en México y el mundo, ya que su estructura se hizo con tal precisión que ha logrado sobrevivir más de 80 años a las condiciones del suelo y desastres sísmicos que han ocurrido en la ciudad, sirviendo como referencia para la construcción de los siguientes rascacielos. Dos de los terremotos que más han golpeado a la capital y a los que ha sobrevivido el edificio son los del 19 de septiembre de 1985 y de 2017.

Actualmente, el emblemático e histórico edificio alberga oficinas de Teléfonos de México (Telmex) y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

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