Caída de Tenochtitlan: cuáles fueron los presagios funestos antes de la llegada de Hernán Cortés

Desde el incendio del templo de Huitzilopochtli hasta escuchar a una mujer lamentarse por la muerte de sus hijos; fueron 8 las señales que los mexicas presenciaron antes del trágico final de su civilización

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El 13 de agosto se cumplen 500 años de la caída de México-Tenochtitlan (Foto: INAH)
El 13 de agosto se cumplen 500 años de la caída de México-Tenochtitlan (Foto: INAH)

Diez años antes de que los españoles viniesen a esta tierra, hubo una señal que se tuvo por mala abusión, agüero y extraño prodigio”, escribió Muñoz Camargo en su testimonio que forma parte de la Historia de Tlaxcala.

A 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, resulta fundamental recordar aquellos indicios que pudieron adelantarles a los mexicas sobre su catastrófico futuro, a los cuales se les ha conocido a lo largo de la historia del país como los “funestos presagios”.

Desde el incendio del templo del Dios Huitzilopochtli hasta escuchar a una mujer lamentarse por la muerte de sus hijos, el historiador Miguel León Portilla, en su texto Visión de los vencidos, recopiló los testimonios sobre aquellas señales que aparecieron en suelo mexica.

De acuerdo a dichos textos, se conoció que fueron ocho los presagios que se les presentaron a los aztecas y, algunos de ellos, aparecieron de forma especial a Moctezuma, quien era el Huey-Tlatoani de la Triple Alianza (México-Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan).

Los aztecas observaron un lluvia de estrellas que iba del oeste al este durante el día (Foto: UNAM)
Los aztecas observaron un lluvia de estrellas que iba del oeste al este durante el día (Foto: UNAM)

Primer presagio

La primera de estas señales apareció en el cielo de Tenochtitlan. De acuerdo a los informantes de Sahagún, los habitantes apreciaron una espiga de fuego se vio por el oriente, “una como llama de fuego, una como aurora: se mostraba como si estuviera goteando, como si estuviera punzando en el cielo”.

Haberla apreciado durante la media noche y hasta el amanecer, fue visto como señal, aunque en ese momento no supieron de qué, especialmente porque apareció al comienzo de año en la Casa 12 del calendario azteca, dicha situación provocó un alboroto general en todos los habitantes del Valle de México.

Segundo presagio

El siguiente indicio fue el incendio en el templo del Dios Huitzilopochtli, un fuego que inició por cuenta propia, de acuerdo a lo relatado por Muñoz Camargo.

Las llamas consumieron todo a su alrededor, pero lo que más llamó la atención fue que entre más se intentó apagar, éste más ardió. El templo, mejor conocido como Tlacateccan (casa de mando), quedó completamente destruido.

Otro de los presagios fue la inundación de Tenochtitlan por una fuerte marejada, aunque no había viento (Foto: Twitter @Cuauhtemoc_1521)
Otro de los presagios fue la inundación de Tenochtitlan por una fuerte marejada, aunque no había viento (Foto: Twitter @Cuauhtemoc_1521)

Tercer presagio

La tercera señal fue un rayo que cayó sobre el templo del Dios Xiuhtecutli en medio de una lluvia, lo más impresionante fue que no se escuchó ningún estruendo, pero destruyó lo que tocó.

De acuerdo a los informantes de Sahagún, ese día no llovía fuerte, apenas y caían unas gotas; sin embargo, “el golpe del sol” sobre la edificación de paja, que era conocida como Tzummulco, bastó para derrumbar el altar sagrado.

Cuarto presagio

El cuarto indicio fue un inesperada lluvia de estrellas del oeste al este cuando aún había sol, de acuerdo a las leyendas que abrazan a este presagio, más que constelaciones, parecían cometas en el aíre.

“En tres partes dividido (el cielo): salió de donde el Sol se mete: iba derecho viendo a donde sale el Sol: como si fuera brasa, iba cayendo en lluvia de chispas”, se refirió en la Historia de Tlaxcala.

Quinto presagio

La quinta señal fue una sorprendente marejada, recordada como atípica, en el lago de Texcoco. Ese día no había viento fuerte que pudiera provocarla, pero inundó parte de la ciudad de Tenochtitlan.

“Llegó a los inicios de las casas y destruidas las casas, se anegaron en agua. Eso fue por la laguna que está junto a nosotros”, relató el fraile Bernardino de Sahagún.

La llegada de una gran ave, parecida a la grulla, apareció en el lago de Texcoco, lo cual tomó como mal presagio Moctezuma (Foto: INAH)
La llegada de una gran ave, parecida a la grulla, apareció en el lago de Texcoco, lo cual tomó como mal presagio Moctezuma (Foto: INAH)

Sexto presagio

La leyenda de la Llorona se remonta a los presagios que anunciaron la llegada de los españoles a Mesoamérica, pues la señal número seis fue la aparición del espíritu de una mujer, a media noche, que se lamentaba “hijitos míos, tenemos que irnos lejos. Hijitos ¿a dónde los llevaré?”.

No obstante, durante la época de los aztecas no se le conocía como la Llorona, el suceso fue nombrado como el llanto de Cihuacoatl.

Séptimo presagio

La séptima señal fue la captura de un extraño pájaro, parecido a la grulla, en el lago de Texcoco. En la Historia de Tlaxcala se refirió que el Huey-Tlatoani, Moctezuma, miró directamente a los ojos a la ave y vio que “jinetes cabalgaban venados sin cuernos y en actitud de combate”.

De acuerdo a los múltiples relatos que hay alrededor de este indicio, éste fue uno de los más importantes debido a que marcó el inicio del fin para el Imperio Azteca.

Octavo presagio

La última de las señales se dio días antes de que Moctezuma conociera a los españoles. Varios habitantes de la ciudad mexica vieron criaturas con 2 cabezas, 4 manos y tres ojos alrededor del lago de Tenochtitlan, éstas fueron capturadas.

Cuando lo monstruos iban a ser presentados a Moctezuma, éste solo tuvo que mirarlos para que desaparecían sin dejar rastro.

Pasados estos ocho eventos que marcaron el día a día de la sociedad prehispánica, Hernán Cortés entró a la capital y el Huey-Tlatoani, temeroso por los acontecimientos, lo confundió con el regreso de Quetzalcóatl...el resto es historia que ya se conoce.

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