Durante la madrugada de este lunes 26 de julio, en Tamaulipas, aparecieron narcomantas anunciando una supuesta tregua: en ellas se afirma que las peleas internas en las organizaciones criminales terminaron después de concretar un pacto de paz.
Ocurrió después de más de un mes de la masacre registrada en la ciudad, donde un presunto grupo del Cártel del Golfo asesinó a 15 personas. Los mensajes fueron colocados y distribuidos en mantas en distintas urbes de Tamaulipas.
Algunas de las narcomantas fueron situadas principalmente en Reynosa, en zonas conurbadas de Tampico, en el municipio de Padilla, en Matamoros, y cerca de la frontera con Estados Unidos en Río Bravo.
Cabe destacar que el municipio de Reynosa es peleado entre los grupos Escorpiones de Matamoros y Metros de Reynosa.
“A toda la ciudadanía del estado por medio del presente les hacemos de su conocimiento que hoy día 19 de julio pactamos la tregua de la tranquilidad y nos solidarizamos con el pueblo y con principios e ideologías coherentes a generar la paz”, dice una de las mantas, de acuerdo con las fotografías difundidas.
El mensaje es firmado por “jefes del Cártel del Golfo” y bandas identificadas como SC-XIX Grupo Scorpion, Primito Grupo Metros y Tampico Grupo Rojo.
“Nosotros tenemos familia y nos dedicamos a lo que realmente nos compete en nuestra empresa. Lo primordial es que los pueblos que cuentan con nuestra presencia se sientan seguros con ella sin preocupación alguna (…)
“Firmando entre nosotros la paz y fortaleciendo la unión de nuestras plazas demostrando ante todo que el Cártel del Golfo tiene principios y su mayor prioridad es la tranquilidad de estado y el bienestar de los pueblos, en honor a los compañeros caídos en la guerra y en muestra de respeto y solidaridad que le tenemos a todo el pueblo en general. Viva la paz en Tamaulipas”, se lee en la carta.
La detención de los supuestos responsables que perpetraron la masacre de 15 civiles inocentes en Reynosa, Tamaulipas, lejos de haber cerrado uno de los capítulos más negros en la historia de la entidad, parece que solo avivó más las especulaciones y las interrogantes.
A casi dos semanas del atentado contra la sociedad civil, que expertos y autoridades calificaron como un hecho “insólito sin precedentes”, las interpretaciones que han tratado de explicar los motivos han sido insuficientes, incluida la propia versión de las autoridades.
El único consenso al que han parecido llegar analistas de seguridad, periodistas y activistas en Derechos Humanos, es que lo sucedido en la ciudad fronteriza el pasado 19 de junio no tiene punto de comparación. El tipo de violencia que se había venido observando en los últimos años en Tamaulipas obedecía a enfrentamientos entre grupos criminales que se disputaban la plaza, considerada el corazón neurálgico de la entidad por el tamaño de su población y su importancia económica.
“Todo lo que se está diciendo es mera especulación. Las autoridades no nos han dado ninguna evidencia de que lo que están diciendo sea correcto. Están repitiendo una y otra vez que fue un calentamiento de la plaza”, dijo a Infobae México Guadalupe Correa Cabrera, experta en temas de narcotráfico.
La versión oficial, respaldada por el gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca, detalló que gracias a la coordinación de uno de los mayores “despliegues operativos” se había logrado la oportuna detención de los primeros responsables que supuestamente estuvieron involucrados en la matanza donde fueron asesinados ciudadanos sin ningún vínculo aparente con la delincuencia organizada, y entre los que se encontraban albañiles, enfermeras, taxistas, comerciantes y estudiantes.
Entre los detenidos —hasta ahora van 25— se encontraba Jorge Iván Cárdenas Martínez, alias La Vaca, a quien se identificó como “jefe de plaza” del cártel en la ciudad de Río Bravo, y como presunto ejecutor de la masacre.
Uno de los detenidos, identificado Jonathan Balderas Rodríguez, que además fue el primero en ser vinculado a proceso, aseguró desde la cama de un hospital que la embestida contra la población buscaba simple y llanamente “calentar la plaza”, y que tanto él como el resto de los sicarios habían seguido las órdenes de un individuo identificado como El Maestrín, presunto líder de una célula del Cártel del Golfo.
En el mundo del narcotráfico, cuando se dice “calentar la plaza”, lo que se quiere decir es que por motivos estratégicos un grupo criminal comete delitos de acto impacto en una determinada región para desviar la atención de autoridades estatales y federales.
SEGUIR LEYENDO: