Cómo la captura del M27, líder de los Metros desató un infierno en las calles de Tamaulipas

La captura de uno de los líderes del grupo criminal incendió (literalmente) la frontera norte del país

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José Alfredo Hernández Campos, líder de Los Metros fue detenido en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter/vigilantehuaste)
José Alfredo Hernández Campos, líder de Los Metros fue detenido en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter/vigilantehuaste)

La detención de José Alfredo Hernández Campos, alias el Calamardo y/o Metro 27, durante la tarde del lunes 12 de julio, desató la violencia en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, donde se registraron narcobloqueos en varias carreteras de la región.

Según los reportes, los habitantes —que no se han desacostumbrado al ruido de la fricción de neumáticos en el asfalto y de las detonaciones pausadas— fueron alertados desde muy temprano de los bloqueos.

José Alfredo Hernández Campos, el Calamardo o Metro 27 era buscado por delitos de narcotráfico, trata de personas, secuestro, bloqueo de vías de tren en Valadeces, Tamaulipas, ataques a las fuerzas del orden y desmontaje de cámaras de vigilancia.

Al presunto criminal se le señala como operador de la célula del Cártel del Golfo llamada Los Metros, y que opera en Díaz Ordaz y Valadeces cerca de la carretera Ribereña, ubicada al sur de las comunidades texanas de Los Ebanos y La Grulla.

Los Metros tienen su base de operaciones en la frontera norte de México en competencia contra otras facciones del Cártel del Golfo como son los Escorpiones y/o Ciclones.

Tamaulipas
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El pasado 19 de junio, el narco en Tamaulipas mostró su rostro más cruel tras la ejecución de 15 civiles y cuatro presuntos sicarios, en la ciudad de Reynosa.

De acuerdo con las autoridades, esta matanza buscaba simple y llanamente “calentar la plaza”.

Reynosa, limítrofe con Texas, EEUU, es un municipio dominado por la facción Los Metros, del Cártel del Golfo.

La ciudad, acostumbrada a vivir entre balaceras, en 2017 padeció una época sangrienta, con la ejecución de Julián Manuel Loisa Salinas, alias el Comandante Toro, líder del Cártel del Golfo, abatido por la Marina.

El Comandante Toro huía por sexta vez de un operativo diseñado para detenerlo. En esa ocasión no logró escapar. La camioneta en que viajaba se impactó contra un árbol: él descendió abriendo fuego contra los marinos. Lo acribillaron en el acto.

Su muerte desató dos días de caos y violencia extrema en Reynosa. Sus hombres quemaron comercios, automóviles, autobuses, camiones de carga. Se registraron 32 bloqueos en la ciudad. El mismo Cártel del Golfo hizo circular audios en los que ordenaba un toque de queda a los habitantes.

Tras la ejecución del cabecilla criminal, el mando fue asumido por Jesús García, el Güero Jessi, lo que provocó un descontento en el cártel de las drogas. Entonces, se recrudecieron los enfrentamientos entre las facciones del Cártel del Golfo: Los Metros, Los Escorpiones y Los Ciclones.

En medio de aquél caos, el Cártel del Noreste, comandado por Juan Gerardo Treviño, el Huevo, aprovechó para infiltrarse en la zona de Reynosa.

Desde entonces ambas agrupaciones han sacudido la zona con enfrentamientos. Los cárteles del Golfo y del Noreste sostienen una violenta guerra por el control del trasiego de drogas por la llamada frontera chica, conocida como una de las cunas del narcotráfico.

Según cifras oficiales, los choques entre las organizaciones criminales — que comenzaron en 2010— han provocado la desaparición de 15,000 personas.

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