Los médicos en la sierra de Zacatecas: entre las balas y las carencias

La violencia que se vive en la entidad ha obligado a los profesionales a prestar sus servicios bajo amenazas

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(Foto: Twitter)
(Foto: Twitter)

Una tarde de verano, Luis Fernando recibió un llamado de emergencia en Huequilla, el Alto Jalisco, donde se encontraba un presunto criminal mal herido. El joven, médico pasante, llevaba poco tiempo prestando su servicio en la zona, pero desde siempre conocía las problemáticas de la localidad.

La emergencia lo obligó a subir a su ambulancia y cuando los balazos cesaron llevó al hombre herido a Valparaíso, Zacatecas. Luis y su compañero Octavio Chabelo Romero, le extrajeron la bala, lo limpiaron y lo trasladaron. De regreso a Jalisco, ambos paramédicos fueron asesinados.

El caso es solo uno de los cientos que afrontan los médicos, quienes han tenido que aprender a trabajar bajo condiciones de riesgo desde que se intensificó la guerra entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Este viernes, tras el asesinato del equipo médico el gremio publicó un desplegado para exigir un freno a la violencia en contra de ellos. Los representantes de las asociaciones señalaron que a causa de la ausencia de condiciones de seguridad cada vez eran más los trabajadores de atención a la salud que se habían visto obligados a dejar su profesión por la cruel amenaza de la violencia.

Luis Fernando Montes de Oca
Luis Fernando Montes de Oca y Octavio Chabelo Romero fueron asesinados en Valparaíso, Zacateca

El pasado miércoles, la Secretaría de Seguridad de la zona informó a las 23:30 horas del hallazgo de una ambulancia abandonada e incendiada en la comunidad La Florida, con placas de Jalisco. Dentro de la unidad se encontraban los cuerpos sin vida del equipo médico.

La tarde del jueves, las autoridades de Jalisco aseguraron que se trataba de paramédicos de su estado, quienes regresaban del Hospital de Huejuquilla El Alto, en Fresnillo, Zacatecas, donde dejaron a un paciente.

Luis Fernando Montes de Oca Armas era estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara, y estaba realizando su servicio social en Medicina.

En redes sociales, los estudiantes y médicos del país pidieron justicia por el joven con el hashtag #justiciaparaLuis. En tanto, la Universidad escribió en Facebook: “La Universidad Autónoma de Guadalajara lamenta profundamente la muerte de nuestro alumno Luis Fernando Montes de Oca Armas, estudiante de servicio social de nuestra Facultad de Medicina, ocurrida en el municipio de Valparaíso, Zacatecas. Lamentamos los hechos de violencia que se han suscitado recientemente y esperamos el apoyo de las autoridades para detener este tipo de situaciones”.

La Universidad Autónoma de Guadalajara lamentó lo sucedido (Foto: Facebook/Medicina UAG)

Un usuario en redes escribió: “Cancelen el servicio social en lugares donde no se pueda garantizar la seguridad de los pasantes”.

El pasado 25 de junio, en Valparaíso, Zacatecas, una célula presuntamente del Cártel Jalisco Nueva Generación fue emboscada por sus rivales del Cártel de Sinaloa, lo que resultó en la muerte de al menos 18 personas.

Valparaíso, al oeste de la capital de Zacatecas, está atravesado por la carretera que comunica Fresnillo con pueblos de Jalisco y Tepic, Nayarit. Ha sido escenario de hechos delictivos atribuidos a la narco violencia, pues se ha convertido en punto de disputa de los cárteles.

El primer grupo criminal en asentarse en la entidad fue el cártel de Los Zetas, cuando todavía eran brazo armado del Cártel del Golfo. Tras las captura de sus líderes, los hermanos Miguel Ángel, José, Omar, Alejandro y Ana Isabel Treviño Morales, Los Zetas se fragmentaron en diversas organizaciones: en el Cártel del Noreste — que tiene su base de operaciones en Tamaulipas —y Los Talibanes.

En los últimos cinco años, la lucha que se desató entre estos tres grupos ha mermado en relación al tráfico de drogas, principalmente en el centro de la entidad, lo que ha desatado la violencia e inseguridad. Aunado a esto, el problema se recrudeció con los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación pues ambos buscan controlar la plaza y el tráfico de fentanilo, que tiene un importante auge en los Estados Unidos.

En 2019, el cártel comandado por Ismael el Mayo Zambada se hizo más visible en los municipios de Mazapil, Juan Aldama, Río Grande, Chalchihuites y Sombrerete hasta llegar a Fresnillo. Mientras que el CJNG pactó con el Cártel del Golfo para controlar el territorio en la entidad.

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