Noticias falsas contra candidatos, partidos e instituciones circulan en redes sociales enturbiando la campaña electoral en México para los comicios intermedios del 6 de junio, cuando se disputan más de 21,000 cargos, entre ellos los de la cámara de Diputados.
La competencia se reduce en gran medida a una batalla entre bandos polarizados a favor o en contra de la llamada “Cuarta Transformación”, el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El equipo de verificación de la AFP revisó diversos contenidos en redes sociales que resultaron falsos.
Por ejemplo, un meme acusa a la candidata del partido oficialista Morena a la gobernación del estado Nuevo León (norte) de clausurar una tortillería porque se negó a difundir propaganda. La fotografía era de 2020 y correspondía al estado Nayarit (oeste).
Un video muestra a supuestos aspirantes del opositor Partido Acción Nacional (PAN) siendo repudiados con agua en un recorrido por México. La secuencia pertenecía a unas elecciones locales en Ecuador en 2019.
Una tercera pieza afirma que durante las elecciones se votará utilizando “cédulas de identidad” vinculadas a SmartMatic, una empresa de conteo supuestamente fundada por el gobierno venezolano. Pero la firma no tiene contratos en México para los próximos comicios y no se usará una cédula de identidad.
Con pocas propuestas, la desinformación, los ataques e insultos son los mecanismos con que los candidatos contienden y que definen la agenda del debate digital en México, según expertos.
“Notamos una estrategia deliberada de todos los actores políticos, de todas las campañas políticas por exacerbar esta polarización”, dice Abraham Trejo, coordinador del proyecto Odio y Concordia del Colegio de México.
La campaña “se está acompañando de insultos y ataques a las personas” y no de ideas, añade.
En junio se elegirá a 500 diputados federales, 15 gobernadores estatales y miles de legisladores locales y alcaldes, en los comicios “más grandes en la historia del país”, según la autoridad electoral, INE.
El padrón electoral suma casi 94 millones de ciudadanos, de los que 3.5 millones son menores de 20 años que votarán por primera vez.
Hay “mucha pobreza de propuestas y, al revés, un incremento de ataques, manipulación, noticias falsas”, coincide Rossana Reguillo, coordinadora de Signa Lab del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Los grupos de Facebook son “el anzuelo” para ingresar a comunidades de WhatsApp y Telegram donde estos contenidos se diseminan ampliamente pues no hay regulación, explica Trejo.
Reguillo, por su parte, advierte que la idea de que todos los usuarios que publican y replican son bots “es muy errónea”.
“No es suficiente utilizar cuentas automatizadas para estos actores que usan maliciosamente las plataformas”, señala.
Cuatro actores componen las estrategias en redes: los maestros de ceremonia, que introducen la narrativa; las cuentas automatizadas (o bots) que la amplifican; los “troles” que atacan blancos específicos y la refuerzan; y los “fans”, gente común “que se sube a la tendencia” irreflexivamente, dice Reguillo.
Estas narrativas interactúan además con tres grupos de usuarios. El más pequeño, los que verifican la información antes de difundirla.
El segundo y más numeroso son personas con controles cognitivos flojos que, sin ser malintencionadas, caen fácilmente en la propagación de bulos.
Y finalmente, el sector ideologizado, que creerá todo aquello que reafirme sus convicciones y combatirá lo que las desmienta.
Las cuentas falsas son otro fenómeno común.
Un análisis de Twitteraudit, herramienta para detectar cuentas falsas, calcula que López Obrador tiene más de 2 millones (26%) de seguidores apócrifos.
Mientras el expresidente Felipe Calderón (2006-2012), duro opositor del actual mandatario, reúne más de un millón (19%) de seguidores falsos.
Pero la cruenta batalla virtual es ajena a muchos en México, donde solo unos 63 millones de sus 126 millones de habitantes tienen internet en sus hogares, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Es un país con una brecha digital fuerte, mucha gente, sobre todo en sectores rurales, está muy desconectada de estas dinámicas”, destaca Reguillo.
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