En medio del duelo por el asesinato de los hermanos González Moreno en Jalisco, el país se preguntaba las razones que llevaron a integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) a asesinarlos. Si el principal negocio de las organizaciones criminales es el tráfico de drogas ¿por qué asesinar personas que no tienen ninguna relación con ello?
Para entender los motivos represores, el periodista Óscar Balderas explica que el cártel de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, ya no sólo intenta monopolizar la venta de droga, sino que ahora ha pasado a una nueva fase en la que uno de sus grandes objetivos es tener el poder local, y para esta nueva estrategia los jaliscos encontraron un nuevo y valioso botín: la población civil.
Como lo demuestra la terrible experiencia en Jalisco (al oeste de México), donde Ana Karen, de 24 años; José Alberto, de 29 y Luis Ángel González Moreno, de 32, fueron asesinados por las huestes del CJNG o donde fue encontrada sin vida la maestra de secundaria Cristina Sánchez, de 28, y quien fue vista por última vez el 20 de diciembre del año pasado.
La masacre de los hermanos González Moreno fue explicada por las autoridades como un acto de confusión; sin embargo, antes de encontrarlos abandonados en una carretera federal, las tres víctimas fueron llevados a una casa de seguridad. Balderas explica que si la hipótesis de la fiscalía es verdad, y los hermanos fueron levantados porque vivían a unos pasos de un blanco del narco, tenían tiempo de sobra para darse cuenta que no eran las personas que buscaban.
Hace tiempo que Jalisco dejó de ser una entidad normal. Esta semana, en la Zona Metropolitana de Guadalajara fueron encontradas 70 bolsas con restos humanos que, de acuerdo con las autoridades, contenían al menos 11 cadáveres completos.
Los plásticos —cuentan vecinos del sitio— se encontraban a la vista de todos. Esta vez, los criminales no se tomaron la molestia ni de esconderlos. Querían que fueran encontrados.
Para apoderarse de la entidad, el grupo criminal ha empezado por doblegar a la autoridad, ya que necesitan una sociedad desarticulada y aterrorizada, incapaz de cuestionar y desobedecer.
El periodista especializado en temas de seguridad tiene la hipótesis de que los recientes incendios en los parajes de El Colli, Tepopote, El Molino, La Quinteria, Los Bailarines, el Poleo y el Centinela (Jalisco) fueron una acción estratégica y premeditada del Cártel Jalisco Nueva Generación para sembrar el terror y doblegar a los grupos de la sociedad civil. Sería también, según Balderas, una ejecución de los narcos para desviar la atención de las autoridades y dar un gran golpe.
En México los criminales saben que atacar a la ciudadanía son crímenes que no se castigan. Por ejemplo, en 2018, cuando los sicarios de las cuatro letras torturaron, desaparecieron y asesinaron a tres estudiantes de cine en Tonalá, Jalisco, éstos se cobijaron bajo un manto protector de la impunidad.
Los expertos coinciden que un mejor futuro para Jalisco o cualquier otra entidad donde estén presentes los cárteles de la droga, sólo se podrá fincar cuando se le ponga fin a una larga historia de impunidad.
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