El asesinato de Victoria Esperanza Salazar ha cimbrado a México. Cuatro policías la sometieron en Tulum y murió con la columna rota, luego de permanecer varios minutos con la rodilla de una de ellos en la espalda. Los oficiales argumentaron que la mujer fue detenida por alterar el orden, sin embargo, unas imágenes de poco antes del arresto revelaron que la salvadoreña solo había entrado a una Oxxo con un garrafón y había dado vueltas por la tienda.
Las cámaras de seguridad mostraron que Salazar entró a la tienda con un garrafón vacío en la mano. Se movió por los pasillos, mientras lo balanceaba de un lado a otro y, aunque los presentes la miraban y se alejaban de ella, en las imágenes no hay evidencia de que la mujer alterara el orden público.
De acuerdo con Milenio, las acciones de Salazar con el garrafón habrían hecho que alguien llamara a las autoridades, quienes terminaron con la vida de la salvadoreña.
Un video de ese mismo día, difundido por Ciro Gómez Leyva, muestra la puerta principal del establecimiento pocos momentos antes del arresto. En este la mujer de 36 años entra en el Oxxo, abre y cierra las puertas un par de veces y luego vuelve a dejar el lugar.
En cuanto Victoria deja el establecimiento, un empleado se acerca a ponerle seguro a las puertas y, poco después, es posible apreciar el sometimiento de la salvadoreña desde el interior del local.
Al lugar llegaron cuatro oficiales, tres hombres y una mujer. Esta última fue quien se colocó encima de la salvadoreña para inmovilizarla hasta que murió. La fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo informó que la policía fracturó la columna de la víctima, pues las heridas que generaron su fallecimiento concordaban con la fuerza “desproporcionada, inmoderada y de alto riesgo” que aplicó la agente en las maniobras.
Luego de que las imágenes del asesinato de Victoria Salazar se dieran a conocer en redes sociales, el Ministerio Público local anunció que se había ejercido acción penal en contra de los cuatro policías municipales por su probable participación en el delito de feminicidio.
Victoria Salazar gritó constantemente a los oficiales que le costaba respirar, pero sus advertencias fueron ignoradas hasta que dejó de moverse: ya había fallecido. Su cuerpo quedó inmóvil en el pavimento por varios minutos, mientras los oficiales discutían sobre si la mujer seguía con vida.
Finalmente tomaron la decisión de subirla en la parte de atrás de una camioneta, donde trasladaban conos de tránsito, para llevarla al centro de salud más cercano. Sin embargo, no pudieron ser atendidos y al llegar con Protección Civil, les confirmaron el deceso de su víctima.
Tanto Derechos Humanos de El Salvador, como la organización Amnistía Internacional (AI) señalaron que las autoridades mexicanas tenían la obligación de garantizar la justicia y reparar el daño por la muerte de Victoria Salazar.
“Ellos sometieron demasiado a mi hija, le torturaron en pocas palabras. Ahí se oye cuando ella grita. Yo creo que fueron los últimos gritos cuando le quebraron el cuello y le quebraron muchas costillas. Yo pienso que como seres humanos nadie merece esta muerte”, dijo Rosibel Emérita Arriaza, madre de Victoria, a AI.
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