La mujer que murió consecuencia del uso de la fuerza excesiva por policías municipales de Tulum, Quintana Roo fue identificada como Victoria Esperanza Salazar, de 37 años, originaria de Sonsonate, El Salvador, de acuerdo con la información que dio a conocer el ayuntamiento.
La tarde del sábado 27 de marzo, cuatro policías municipales detuvieron a Victoria en Tulum, Quintana Roo, por alterar el orden público, de acuerdo con lo reportado por medios locales.
A ella la sometieron contra el suelo, por lo que comenzó a pedir auxilio, mientras uno de los policías mantenía su rodilla sobre su cuello.
Dicha acción ocasionó la muerte a la mujer salvadoreña y al percatarse que ya no tenía signos vitales, no llamaron a una ambulancia, se limitaron a subirla a otra unidad.
El periodista Ricardo Raphael describió en su columna de opinión para Milenio que Victoria corría como si huyera de alguien y pedía a gritos un taxi, como no pasaba ninguno quiso detener un vehículo particular.
Refirió que el también “periodista Pedro Canché recibió un mensaje de la hija de la víctima y aseguró que Victoria había salido a la tienda a comprar agua. ‘Padecía ansiedad, y tenía problemas del corazón’”.
Y se cuestionó sobre por qué y de quién huía Victoria y por qué los policías, en vez de ayudarla la mataron.
Cabe señalar que los cuatro policías ya fueron separados de sus cargos y son investigados por la Fiscalía General del Estado. Se informó que se inició una carpeta de investigación “relacionada al homicidio en agravio de una víctima de identidad reservada ocurrida la tarde del sábado en Tulum”.
Carlos Joaquín González, gobernador de Quintana Roo, dijo que se “actuará con agilidad, imparcialidad y total apego a la ley. Quien resulte responsable pagará las consecuencias de sus actos, no habrá impunidad”.
Y añadió que la familia de víctima contará con todo el apoyo del estado para garantizar el acceso de la justicia. “Lo acontecido en las últimas horas nos confirma la imperiosa necesidad de acelerar el paso para lograr un vida libre de violencia para todas las mujeres”.
El uso de la fuerza excesiva recordó otros casos que han ocurrido en México durante el año pasado.
Alejandro Hope, analista de seguridad, mencionó su columna de opinión para El Universal que las muestras de brutalidad ocurrida no son poco frecuentes y enlista una serie de abusos cometidas por personal policial, militar y ministerial en el país.
“La tortura es un fenómeno sistémico en muchas instituciones de seguridad y justicia. La desaparición forzada sucede con relativa frecuencia. Y las ejecuciones a manos de policías o militares son mucho más comunes de lo que suponemos”, añadió.
Posteriormente, enlista una serie de factores por las que considera persisten este tipo de prácticas en el país.
La primera de ellas hace referencia a la falta de capacitación y formación del personal en la mayoría de las corporaciones, “particularmente en lo referente al uso de la fuerza y el respeto de los derechos humanos”.
Lo segundo tiene relación con las condiciones laborales, refirió, son un detonante de violencia e indisciplina. “Un policía que tiene turnos de 24 horas, recibe un sueldo mensual de menos 10,000 pesos al mes y es objeto de maltrato continuo dentro de la institución no está en las mejores condiciones para tomar decisiones apegadas a protocolo”, mencionó Hope.
Y el tercer punto está vinculado al hecho de que son inoperantes las unidades de asuntos internos y las comisiones de honor y justicia, mientras que los mecanismos de supervisión externa no existen, además de que son muy pocos los que cuentan con la figura de un auditor o comisión de quejas.
“Tenemos en las policías y las fiscalías un cóctel explosivo de pobre formación, maltrato continuo e impunidad sistemática. Eso lleva casi inevitablemente a tragedias como la de Tulum”, concluye el analista en seguridad.
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