La amenaza del narco que acecha la legalización del uso lúdico de la marihuana en México: cuál es el peor escenario

Para una analista del narcotráfico como Anabel Hernández, la nueva Ley que pretende regularizar el consumo de la marihuana no generará daños significativos a cárteles de la droga, ni reducirá la ilegalidad y violencia que rodea a los grupos criminales.

Al contrario, en un país con altos índices de corrupción como México, podría incentivar conductas violentas y un problema de salud pública en menores de edad; incluso, al punto de que las organizaciones criminales reactiven su atención en el trasiego de esta droga.

“Desde hace al menos una década, la producción y tráfico de marihuana ha dejado de ser uno de los principales negocios de los carteles de la droga mexicanos”, señaló la periodista, quien ha investigado el mundo del narco en los últimos 16 años.

Tal como ya lo han señalado diversos reportes, producir marihuana a gran escala requiere de grandes extensiones de tierra, tiempo para su crecimiento, además, altos costos para almacenar un producto voluminoso. Según Anabel Hernández, el costo-beneficio del narcótico ha disminuido porque el valor en el mercado de consumo en Estados Unidos y a nivel nacional ya no es el mismo, a diferencia de otras sustancias como los opioides.

En su columna Contracorriente para la Deutsche Welle, la periodista indicó que a diferencia de la marihuana, la producción, tráfico y venta de metanfetaminas, heroína simple y mezclada con fentanilo, han aumentado casi al doble. Aunado a la compra de cocaína proveniente de Colombia, Perú y Bolivia.

“Estas drogas son un negocio más rentable comparando el precio de venta con los costos de producción, almacenamiento y transporte. Y los carteles de la droga, como cualquier otro tipo de negocio mercantil, buscan mayores ganancias”, aseveró la autora de “Los señores del narco” (2010).

Un gramo de marihuana al consumidor final en EEUU, principal mercado de consumidores, es de unos 7.82 dólares. Mientras que la misma cantidad, pero de heroína, puede llegar hasta los 300 dólares, aseguró Anabel Hernández. De ahí que volumen de producción, menos espacio de almacenamiento y transporte, así como la mayor ganancia por gramo, sin duda hacen una venta más redituable de la droga sintética.

De acuerdo con el Instituto RIA, que investiga la política de drogas en México, la producción de marihuana en este país oscila entre las 15 mil y las 27 mil toneladas anuales. La superficie de los cultivos es de unas 114 mil hectáreas, el 72 % de las cuales están ubicadas en la región conocida como el Triángulo Dorado, entre los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, área prácticamente dominada por el Cártel de Sinaloa.

Un estudio del Senado de la República calculó en 2016 que los cárteles mexicanos recibían entre mil y dos mil millones de dólares anuales por la venta de marihuana en Estados Unidos y previó pérdidas de entre el 15 % y el 26 % de sus ingresos totales si se legalizaba el México.

“En México, considerado uno de los 10 países más corruptos del mundo, y donde el promedio de impunidad es del 96 por ciento, existen muchos riesgos de que esta legislación genere mayor corrupción, incremente las conductas violentas y genere un problema de salud pública, no sólo entre la población adulta, sino sobre todo en los menores de edad”, añadió la reportera de investigación.

Julio Salazar, abogado de México Unido Contra la Delincuencia, ha señalado a Infobae México que existe una “sobrerregulación” para las personas que quieren consumir al interior de sus casas con la nueva Ley, ya que deben realizar modificaciones a sus hogares para no molestar a otros vecinos.

“El hecho de que exista la posibilidad de que autoridades hagan visitas a los domicilios para revisar el lugar abre la puerta a la extorsión, a los abusos de la autoridad, aun cuando se trata de una actividad para el desarrollo legítimo de su personalidad”, resaltó el especialista, quien también condenó estas condiciones como excesivas y que privilegian a ciertos sectores de la población.

Al respecto del contexto de adicciones entre la población de 12 a 17 años, Anabel Hernández destacó que las políticas públicas no han tenido éxito en el país. Pues ya existen leyes que prohíben el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.

La periodista respaldó sus afirmaciones en una encuesta sobre el tema realizada por la Secretaría de Salud en 2018, la más reciente. De acuerdo con esos datos, el 27.6% de personas entre 12 y 17 años de ambos sexos consumen alcohol. El 48% de los encuestados, de ambos sexos, comenzaron a fumar tabaco en el mismo periodo de edad. Y sobre la ingesta de marihuana, tranquilizantes e inhalantes, el 8.5% de la población entre 12 y 34 años han consumido una o más drogas.

“Hasta ahora, en México las legislaciones para impedir que menores de edad consuman alcohol, tabaco y drogas ha fracasado en diversas proporciones. Lo que hace prever que también fracasará la prohibición de que los menores de edad tengan acceso a la marihuana con mayor facilidad. Si tomamos en cuenta el porcentaje actual de consumo de alcohol y tabaco en los menores de edad, las previsiones en el consumo de cannabis son alarmantes, y esto no es una especulación”, aseveró la columnista.

Por otra parte, la nueva regulación no eliminó por completo la prohibición del consumo como lo ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo cual obstaculiza también las estrategias de reducción del daño.

Hasta la fecha no existe un subsidio gubernamental para atender la reducción de daños y los centros de adicciones son casi en su totalidad privados, lo que dificulta el acceso generalizado a este tipo de esquemas.

“Quienes se aprovecharán del aumento de esa población consumidora no serán solo los productores legales para autoconsumo y venta, sino, por supuesto, también los ilegales”, agregó la periodista.

A su vez, cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el decomiso de marihuana en México se ha desplomado en los últimos diez años, apuntó Anabel Hernández. En 2010 fueron incautados 2.3 millones de kilos de esta droga, en 2015 esa cantidad se redujo a la mitad con 1.2 millones de kilos. Ya en 2018, el aseguramiento apenas fue de 230 mil kg.

Pero hay datos que muestran el aumento en la producción y tráfico de metanfetaminas y heroína en el país. En 2010 se aseguraron 12 mil kilos de metanfetamina, para 2018 fueron 33 mil kilos, más del doble. De 374 kilos de heroína decomisados en 2010, en 2018 fueron 492. La cantidad de cocaína incautada en 2010 fue de 9 mil 800 kilos y para 2018, 16 mil 400 kg.

“Si bien para los carteles de la droga mexicanos la marihuana había dejado de ser atractiva, si el mercado de consumo aumenta la producción y tráfico, eso puede volver a resultarles atractivo.

“Los carteles de la droga son pragmáticos y anteponen el interés económico. Tendrán la oportunidad de jugar en dos modalidades: por una parte, seguirán produciendo mariguana ilegal, porque debido a su volumen el precio final de venta al consumidor siempre será menor que el de los pequeños productores autorizados por la ley. Y además, los mismos carteles podrían estar interesados en invertir dinero sucio, proveniente de sus negocios ilícitos, al nuevo mercado legal”, proyectó la periodista.

Además de ello se suman áreas de oportunidades para corrupción como el otorgamiento de permisos y licencias, así como en la verificación de que se cumplan procesos de venta o producción. Será a través de los años que se evalúe el impacto y nivel de las nuevas adicciones.

Según la nueva disposición, se creará el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis (IMRCC). También se permitirá a personas mayores de 18 años consumir cannabis psicoactivo si no se realiza frente a un menor de edad o cualquier otra persona imposibilitada de manifestar su consentimiento libre e informado. Tampoco se podrá usar en el espacio público si una persona mayor de edad no haya otorgado su consentimiento.

Será posible la venta del cannabis y sus derivados para uso adulto en México, aunque esta deberá realizarse en establecimientos autorizados por el IMRCC. Respecto a la siembra, cultivo, cosecha, aprovechamiento y preparación de plantas de cannabis, una persona que viva sola puede tener hasta seis, mientras que si hay dos consumidores en un mismo hogar, la cantidad se amplía a ocho.

SEGUIR LEYENDO: