El inminente deterioro con el paso de los años no ha disminuido el interés por el llamado “Partenón de Durazo”, una mansión en la zona turística de Zihuatanejo, Guerrero, construida en los años ochenta a imagen y semejanza del templo de Atenea, en Grecia.
La mansión fue propiedad de Arturo “El Negro” Durazo Moreno, el ex jefe de la policía del Distrito Federal, ahora Ciudad de México, uno de los funcionarios con más poder en la época del populismo mexicano de los ochenta y quien cobró renovada fama el año pasado, luego de aparecer en la bioserie Luis Miguel, al haber sido uno de los personajes que le abrió a Luisito Rey las puertas con la élite a cambio de supuestos favores sexuales de la madre del cantante, Marcela Basteri.
“El Negro Durazo” es uno de los personajes más famosos en la historia de la política mexicana por sus excesos como jefe de la Dirección General de Policía y Tránsito de la capital del país entre 1976 y 1982, al que llegó gracias a su amistad con el presidente José López Portillo, misma que también le permitió convertirse en general por decreto y no por tener carrera militar.
Al dejar su puesto se convirtió en el enemigo número uno del país por la cadena de abusos que supuestamente cometió: se le acusó de asesinato, tortura, tráfico de drogas acopio de armas y de cobrar mordidas y extorsiones a los policías que trabajaban para él.
Su fama está ligada a casos de corrupción, homicidios y abusos policíacos. Uno de los más recordados es cuando durante su gestión aparecieron 12 cuerpos con huellas de tortura, tirados en un colector.
Durazo Moreno falleció en el año 2000, a los 76 años de edad, pero la polémica por la mansión, que en su tiempo costó 700 millones de pesos mexicanos, resurgió luego que después de 35 años de litigio la controversia por la propiedad llegara a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Francisco Arturo Durazo Garza, hijo del ex jefe policiaco, presentó esta semana ante la SCJN, un recurso de reclamación a nombre de los herederos de su padre, y de su madre, Silvia Garza Sáenz, para que reviertan el fallo de un tribunal colegiado que avaló en 1989 expropiación del Partenón.
Para hacer sus fiestas mandó a construir en Zihuatanejo, Guerrero, una mansión parecida a El Partenón, monumento griego más famoso que adorna la Acrópolis de Atenas.
Aunque el jefe de la policía no era una deidad, tenía su propio templo, el cual mide más de 20,000 metros cuadrados y cuesta más de 700,00,000 de pesos.
Pese a que ha estado abandonada, ninguna de sus estructuras está vandalizada, incluso, algunos de los cuartos aún conservan los espejos en los muros y los techos.
La fiesta para el negro Durazo terminó en 1984, cuando fue detenido, la justicia lo acusó de acopio de armas y de abuso de autoridad por lo que pasó ocho años en la cárcel, una condena que muchos consideraron insuficiente comparada con sus crímenes.
Al salir, Durazo ya no pudo regresar al Partenón ni a otras de sus propiedades que fueron confiscadas por las autoridades. Por eso, desde hace 35 años, los únicos testigos del deterioro fueron las estatuas y los murales de los dioses griegos que adornan el templo mexicano.
Se dice que muchos policías fueron usados como albañiles para construir la oda de su jefe, quien murió en el año 2000. Luego de ganar un litigio con el gobierno mexicano, éste inmueble ahora le pertenece a la administración del estado de Guerrero.
El gobernador de la entidad, Héctor Astudillo Flores, ya tiene planes para esta mansión. El mandatario reconoció que tras haber obtenido en forma definitiva la jurisdicción de El Partenón, este será dispuesto para un centro cultural. “Hay que darle una arreglada, hay que hacerlo para presentar libros, eventos culturales y hacerlo sencillamente para todo lo que sea cultura”, dijo Astudillo Flores.
El 28 agosto de 2019, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio carpetazo a uno de los conflictos que tenía con la familia de Arturo “El Negro” Durazo, que pretendían recuperar la residencia que tenía en Zihuatanejo, Guerrero, como como el “Partenón”.
Francisco Arturo Durazo Garza, hijo del Negro Durazo, ex jefe de la policía del entonces Distrito Federal, promovió la demanda de amparo, pero fue desechada por la SCJN.
Los ministros consideraron infundado el recurso de reclamación que presentó Durazo Garza por lo que el litigio quedó concluido.
La mansión en Zihuatanejo fue construida tomando como referencia el Partenón y el arte griego, contaba con una discoteca similar al estilo del Studio 54 ubicada en Nueva York, en una superficie de más de 19,000 metros cuadrados.
La alberca tiene casi tres metros y está rodeada por una docena de estatuas que adornan los jardines, en sus buenos tiempos había a las orillas faisanes y cisnes, lagartos disecados, venados de bronce y un elefante de marfil, así como un par de perros de cerámica.
Los cuartos están tapizados con espejos y decorados con terciopelo rojo, además de que cuenta con murales estilo romano, esculturas de mármol e inmensos muebles y puertas de madera.
En la entrada se encontraban réplicas de la Venus de Milo, Minerva, Marte que daban paso a la estancia que ocupa toda una planta, el piso es de mármol de Carrara, Italia, en el centro se encuentra un Zeus de dos metros de altura hechos de bronce y la firma de los artistas preferidos de “El Negro” Durazo: los Ponzanelli.
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