La madrugada de este domingo la UNAM se abre un nuevo capítulo en su historia con el lanzamiento del microsatélite NanoConnect-2, desarrollado por expertos del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), el cual será colocado a 504 kilómetros de la superficie terrestre por la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO).
Gustavo Adolfo Medina Tanco, líder del proyecto y director del Laboratorio de Instrumentación Espacial LINX, del ICN, explicó que este equipo, que mide 20x10x10 centímetros, es parte de una serie de nanosatélites en los cuales trabajan desde 2017.
“El satélite es 100 por ciento mexicano en su tecnología, diseños, concepción; ha sido hecho por iniciativa nuestra, con nuestros estudiantes”, enfatizó el investigador.
El equipo, que viaja a bordo del Polar Satellite Launch Vehicle (PSLV)-C51, partirá a las 22:54 horas de este sábado 27 de febrero, tiempo de la Ciudad de México, de la base del Satish Dhawan Space Center, SHAR, Sriharikota.
La separación del nanosatélite se realizará en la primera hora del domingo 28, para iniciar su viaje alrededor del planeta en una órbita circular polar.
“Es una demostración muy práctica y efectiva de la capacidad de la UNAM de generar sinergia con actores externos, podemos decir, de triple hélice: la UNAM con su experiencia y conocimiento; el gobierno de Hidalgo con su capacidad logística y también hay empresarios”, destacó.
El aparato es parte de una serie de satélites llamada NanoConnect los cuales ofrecen herramientas de tecnología que permitirán posicionar a México como un actor en el sector espacial en el desarrollo de instrumentos y aplicaciones para órbitas bajas.
Los equipos fueron diseñados y fabricados por LINX, en coordinación con el gobierno de Hidalgo. El primero de esta serie fue NanoConnet-1, el cual realizó en noviembre de 2017 un vuelo suborbital utilizando la plataforma estratosférica ATON de LINX, operada desde Pachuca; validó que las tecnologías desarrolladas en la UNAM son funcionales y sirvieron de base para la construcción del nanosatélite que será lanzado.
El objetivo de NanoConnect-2 es probar que cada instrumento que conforma el equipo funciona correctamente en el espacio; es decir, las computadoras de vuelo; los sistemas de monitoreo, potencia, telecomunicaciones y los que están en tierra; así como las estructuras mecánicas.
Los datos que permitirán a los expertos universitarios saber si los sistemas funcionan correctamente llegarán a la Estación Terrena, ubicada en las instalaciones del ICN en Ciudad Universitaria.
“También pretendemos probar la capacidad de ese satélite para prestar servicios para una carga útil y, para ello, contamos con una empresa americana que produce antenas de altísima tecnología, un ancho de banda muy, muy grande. El equipo trabajará con nuestros sistemas de comunicación, pero en algunos momentos pasará a usar este sistema externo, de manera de comparar la eficiencia de esa nueva antena”, precisó el científico.
De cumplirse con lo planeado durante el lanzamiento, el NanoConnect-2 podría comenzar a trabajar inmediatamente y en tres o seis meses completar la misión de validación de equipos y la prueba de la referida antena, por lo que se espera continúe su labor algunos años hasta que sea atraído a la superficie terrestre.
Medina Tanco enfatizó que, como toda misión espacial, NanoConnect-2 tiene un grado de riesgo de fracaso; sin embargo, superó las pruebas de calificación necesarias, además se desarrollaron tecnologías y recursos humanos indispensables para los planes de largo plazo de la UNAM y LINX.
El universitario informó que también se avanza en la fabricación de NanoConnect-3, el diseño de NanoConnect-4 y, posteriormente, se trabajará en una nueva serie de nanosatélites.
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