Los días en que desaparecieron los privilegios

Por Ricardo Ruiz Suárez *

FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO

En diciembre del 2019 el mundo conoció una nueva enfermedad denominada por los expertos como Covid-19. Su alto nivel de contagio provocó que en poco tiempo fuera declarada por la Organización Mundial de la Salud como una pandemia al alcanzar un millón de contagios en los primeros 5 meses de propagación.

Las desventajas de estar frente a esta pandemia han sido varias, como no contar con un tratamiento adecuado, o el tiempo de la búsqueda de la vacuna que ha significado terreno ganado por la enfermedad.

Estas desventajas no han sido exclusivas de nuestro país, sería un error hacer una comparación simple del tratamiento de la pandemia en México y en otros países sobre todo con aquellos que han logrado un control de la enfermedad como Nueva Zelanda. Aquel país de poco más de 5 millones de habitantes, 24 veces menos que nuestra población, ha controlado la pandemia con un confinamiento efectivo y medidas que su Primer Ministra calificó como las más duras de cualquier país. Pero el tamaño de la población no es la única ventaja que le ha permitido un mejor manejo, debemos considerar que previo a la pandemia en aquel país se contaba con una mejor cobertura de atención médica. Desafortunadamente en nuestro país el neoliberalismo implementado por los gobiernos priistas y panistas provocó que la infraestructura hospitalaria previa a esta pandemia, se encontrara en condiciones insuficientes para la atención diaria de sus derechohabientes y a pesar de ello los gobiernos de México y de la Ciudad de México han emprendido acciones para atender la pandemia, mitigar sus efectos y traer las vacunas de manera gratuita y universal.

Una proyección elaborada por The Economist muestra que para finales de 2021 países como estados Unidos, España, Inglaterra, Noruega, Suecia, Francia -entre otros países europeos- y Emiratos árabes Unidos habrán cubierto su vacunación al 100% a finales de 2021. Canadá, México, Brasil, Argentina, Chile, Rusia, Uruguay, o Turquía lo harán hacia mediados de 2022. China, India, Egipto o Pakistán alcanzarán ese objetivo hacia finales de 2022; mientras que el centro de África y algunos países de Medio Oriente lo conseguirán hasta principio de 2023.

En los programas de vacunación de varios países que ya iniciaron su proceso de inoculación existen factores comunes para seleccionar quiénes serán vacunados primero, después del personal médico; dos grupos son los principales, personas adultas mayores y personas en situación de vulnerabilidad por condiciones socioeconómicas. Estos elementos comunes pueden encontrarse en los programas de México, Canadá o España. Un tema que ha sido central en las campañas de vacunación en el mundo es que ésta no puede pasar por una elección individual, sino en el bienestar colectivo, basado en la eficacia y las indicaciones sanitarias para los diferentes grupos poblacionales.

Hoy la oposición ha insistido en permitir que se comercialice la vacuna, quieren volver a esos tiempos en los que el dinero era el que hacía la selección entre los que podrían superar una enfermedad o morir a causa de ella. Quieren ser los primeros en vacunarse, argumentando que los contagios no van a alcanzar a las comunidades más alejadas en donde nunca invirtieron el presupuesto necesario para dar atención médica. La buena noticia es que México vive una nueva era, en la que podemos ver a nuestro Presidente esperando su turno para recibir la vacuna, y con un plan de vacunación universal y gratuita en las que las desigualdades sociales no van a definir el orden en el que la recibamos.

*Ricardo Ruiz Suárez es diputado de la Ciudad de México por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Maestro en Derecho Constitucional y Administrativo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido catedrático e investigador del Departamento de Derecho de la UAM-Azcapotzalco.

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