Hasta este jueves, en México se registra un acumulado de 1,886,245 contagios y trágica cifra de 161,240 muertos por COVID-19. Es el tercer país a nivel mundial con más pérdidas de vidas humanas a causa del virus. Y eso es “un daño irreparable” para la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie.
La Doctora en Ciencias Médicas por la Universidad de Harvard es una de las especialistas que, a nivel nacional, ha observado y emitido recomendaciones a la población sobre las medidas esenciales de protección ante el SARS-CoV-2. También, desde hace casi un año del azote de la pandemia en México, ha analizado y señalado la actuación del gobierno ante la crisis, tanto en los pro como en los contras.
Y en su libro Un daño irreparable: La criminal gestión de la pandemia en México –editorial Planeta- la experta en medicina presenta una recopilación de sus impresiones sobre el duro golpe que el virus ha sido para el pueblo mexicano, la actuación del gobierno y sus resultados, lo que –a su parecer– se ha hecho mal, y lo que aún se puede hacer para frenar el acelerado ritmo con el que el coronavirus ha arrasado en ese país.
La principal finalidad del texto, subraya en entrevista con Infobae México, es el empoderamiento de la población con información de validez científica.
“Un daño irreparable’, quise titular así el libro para hacer entender la realidad de lo que para cientos de miles representa esta catástrofe que ha ocurrido con el mal manejo de la pandemia. Para quienes han perdido un ser querido o quienes han quedado con secuelas debilitantes después de haber tenido Covid grave... para ellos venga lo que venga, pase lo que pase, lo que ha sucedido ya es un daño irreparable”, lamenta la investigadora.
La palabra criminal la usa en referencia de uno de sus principales reclamos: la gravedad de la situación en México “no es debido a un mero error o equivocación por falta de información... se tomó una decisión consciente de no optar por la estrategia correcta”.
La doctora Laurie Ann, quien sostiene que la táctica del gobierno federal desde el principio estaba destinada a fracasar, llama “criminal” a un par de acciones: “haber tomado una decisión conscientemente de una estrategia que se sabía de antemano que llevaría a miles de personas a morir y que durante todo este tiempo (lo que lleva la pandemia) nunca ha habido una rectificación”.
Y entonces explicó que el principal error “sin duda, ha sido el no aspirar a una estrategia de contención de contagios”, en referencia al plan de mitigación emprendido por el Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y la rostro del gobierno ante la pandemia. “Él ha estado esperando a administrar en el tiempo los contagios, sin detenerlos”.
A partir de eso se desprenden las fallas consecuentes, explica la jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, como el nulo control en las fronteras o la falta de pruebas para detectar el virus.
Precisamente, relacionado con lo primero, este miércoles la la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó que en México los casos y las muertes por el virus continúan aumentando, especialmente en los estados que atrajeron un turismo significativo durante la temporada navideña, como Guerrero, Quintana Roo, Nayarit y Baja California del Sur. Mientras que sobre lo segundo, la Organización Mundial de la Salud advirtió recientemente que en México “la tasa de positivos es muy alta y si se hicieran más pruebas probablemente sería mayor”.
Los datos y su rezago es uno más de los males que enlista la doctora. Y otro error “muy grave”, agregó, es haber limitado la toma de muestras solo a la población sintomática. “Nos tienen volando a ciegas porque no sabemos en realidad cuál es la extensión de la dispersión de los contagios en la comunidad”, tomando en cuenta que el 70% de los casos son asintomáticos, según reportó en diciembre el Instituto Nacional de Salud Pública.
“El error más grave de todos es no haber rectificado nunca la estrategia”.
Con el contagio del presidente Andrés Manuel López Obrador se presentan dos escenarios ocurridos ya en países que llevaban el mismo comportamiento que México en el momento en que sus gobernantes se enfermaron. Uno tuvo lugar en Reino Unido, con el primer ministro Boris Johnson, quien tras salir del hospital cambió su enfoque y trató la pandemia con mayor urgencia. El otro es el de Trump y Bolsonaro –EEUU y Brasil– que desestimaron (aún más) la gravedad del virus y de sus consecuencias.
“¿Qué va a hacer López Obrador saliendo de la enfermedad?”, se pregunta la Dra. Laurie Ann, “esperemos que sea al estilo Boris Johnson”, se contesta, “si sale a decir ‘ya vieron que me fue súper bien’ y ‘esto no es grave’, el daño será incalculable”.
La académica advierte que la situación todavía puede empeorar mucho más, con la aparición –que ya está ocurriendo– de nuevas variantes del COVID-19 que lo hacen más contagioso, “el segundo capítulo de la pandemia lo van a escribir esas variantes del virus: lo que viene hacia delante es algo mucho peor de lo que hemos visto”.
Entonces señaló que comentarios como el de restar importancia tanto al uso del barbijo y como a controlar el flujo migratorio, hechos por López-Gatell el pasado lunes, son lamentables a estas alturas.
“Lo primero que se necesita hacer es enviar mensajes claros a la población. Se necesita ampliar la capacidad de pruebas de pruebas diagnósticas e implementar una estrategia de rastreo de contactos”, es decir, a partir de un positivo poder ubicar casos asintomáticos para cortar las cadenas de contagio. Ahora es más complicado –ya hay cientos de miles de casos y la carga viral es mucho más alta que al inicio– pero “es lo que se debe de hacer”.
“La vacunación es una oportunidad para redimir todos los errores cometidos antes”
En el diálogo con Infobae, la científica doctorada en Harvard mencionó que, de seguirse la táctica por la que hasta ahora ha apostado el gobierno federal, es vital una estrategia de vacunación eficiente, y que se acelere.
“Pero no parece que eso esté pasando. Se está haciendo con muy poca transparencia. Parece una estrategia improvisada”, lamentó, “se iba a empezar con los profesionales de la salud, pero no los han terminado de vacunar y ya están vacunando a maestros en Campeche, ese estado ya pasó a amarillo, de cualquier manera no van a tener clases, pero los médicos sí están viendo pacientes Covid diario”.
También enfatizó que las cifras del plan de vacunación “no cuadran”, retomando los dichos del canciller Marcelo Ebrard, “para llevar a cabo su plan de vacunación se necesita vacunar a 520,000 personas al día, todos los días, para vacunar al 70% de la población en un año… ¿cómo pretenden hacer eso?... Decir ‘vamos a vacunar a 90 millones de mexicanos en un año’ es fácil, pero cuando uno se pone a hacer números estos no cuadran”.
“Yo no hablo desde una perspectiva política, eso lo sé yo”
Ante los ataques y señalamientos negativos de los que ha sido blanco desde la publicación de su libro, la Dra. Ximénez-Fyvie solamente trata de mantenerse al margen de la intención científica que impulsa el trabajo que ha venido haciendo, dejando bastante claro que está lejos de tener un fin político.
“Es doloroso ver la división tan grave que existe actualmente en nuestro país, en donde cualquier cosa que se haga o que se diga tiene que tener a fuerza una vertiente política… aunque no lo tenga”.
A la doctora le han cuestionado desde su trayectoria y formación profesional hasta la autoría de su libro... pero a ella lo que más le sorprende es que la atención se centre tanto en esos detalles y no en la alarmante cifra de lamentables fallecimientos que solo va acelerada y al alza.
“Da un poco de miedo ver que no son militantes de un partido político o afiliados (quienes la atacan); es como un clan, como un culto, un fanatismo extremo”, cuenta extrañada la Dra. Laurie, “en el grueso de las cosas no importó yo, importa que podamos detener esta catástrofe que está ocurriendo en el país, porque detenerla implica que vamos a salvar miles de vidas”.
¿Y cuál es el panorama que se avista para México en los próximos meses? Un escenario desalentador. La Dra. Laurie Ann señaló con gran pesar que las previsiones apuntan a, en cifras reales, un acumulado de 600,000 muertos para el verano.
“Es que esto no tiene caducidad. No se va a extinguir solo. Necesitamos contener los contagios o vacunar a la población lo más pronto posible”.
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