En 2020 nada impidió que la ola homicida que sufre México siguiera creciendo. Las dinámicas violentas, emanadas de contextos pobres y geografías apetecibles para las organizaciones criminales dejaron 24,807 homicidios el año pasado, según un monitoreo de Lantia Consultores.
La cifra presentada por el especialista y analista, Eduardo Guerrero, está basada en informes forenses de las víctimas y en las carpetas de investigación, y es la más certera de las que se han ofrecido en los últimos meses.
Aunque el país atraviesa una época difícil en materia de salubridad y economía causada por el coronavirus, para los cárteles no hubo grandes modificaciones. De acuerdo con Guerrero, la crisis, hasta el momento, no ha orillado a los líderes criminales del país a ningún tipo de recorte.
Este dicho encuentra su explicación en que los grupos criminales tienen márgenes y reservas tan holgadas que, pueden seguir pagando su nómina y los costos asociados a sus constantes conflictos. Guerrero concluye que, el COVID no significó un golpe a los cárteles, sino por el contrario hasta incrementó el número de asesinatos un 3.5% respecto al 2019.
Las causas de la violencia dependen, en gran medida, del control territorial. En el país existen al menos siete grupos criminales peleando mercados locales de narcóticos, rutas internacionales, campos de cultivo de amapola y marihuana y laboratorios clandestinos.
Diversas investigaciones apuntan que la pobreza de millones de mexicanos, y la frustración por no salir adelante acaban de dibujar el esquema del narcotráfico en México.
El especialista en seguridad también destacó que los cambios de las organizaciones criminales durante la pandemia, estuvieron ligados al perfil de las personas que eran asesinadas.
A lo largo de la última década, advierte Guerrero, la edad promedio de las víctimas de homicidio era considerablemente superior a la de otros países como Brasil y Estados Unidos, donde el grueso de la violencia estaba integrado por jóvenes. Sin embargo, conforme avanzó el 2020, los jóvenes aumentaron como porcentaje del total de personas ejecutadas por los narcos.
Las entidades de Morelos y Tamaulipas fueron una verdadera explosión de chicos asesinados por el crimen organizado.
En tanto, también se observó un aumento en el porcentaje de víctimas mujeres.
Los homicidios según el gobierno
Este miércoles, el subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, informó sobre las cifras de violencia con las que cerró el año 2020.
Con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Ricardo Mejía empezó por informar que, con respecto al 2019, en el año pasado hubo una disminución del 0.4% en el número de homicidios dolosos.
Esto, según enfatizó, es de importancia pues “No había habido en el país, desde el 2015, una disminución en el crecimiento de homicidios”. A partir de ese año, el número de homicidios en el país empezó a crecer de manera pronunciada, hasta que en el 2018 la cifra se estabilizó para registrar su primera disminución en el 2020.
Sobre los feminicidios, Ricardo Mejía informó que todavía se registran aumentos en este tipo de delitos. Con respecto al 2019, durante el año pasado hubo un 0.1% de incremento en la cantidad de feminicidios. Los 6 estados del país donde se concentra el 51% de los feminicidios son el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Ciudad de México, Nuevo León y Puebla.
Acerca de los homicidios dolosos, las entidades en las que se concentra el 51.2% de este delito son: Guanajuato, Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco y Michoacán.
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