El pasado fin de semana alguien importante murió en Sinaloa. Juan José Esparragoza Monzón, el “Negro”, fue alcanzado antes por la enfermedad que por sus enemigos. El narco, quien fuera hijo de Juan José Esparragoza Moreno, alias el “Azul”, uno de los líderes más importantes del Cártel de Sinaloa, murió en la clínica Cemsi, en Culiacán, supuestamente por coronavirus.
El “Negro” era considerado operador financiero de la organización criminal y uno de los capos más cercanos a Rafael Caro Quintero, líder criminal que después de 28 años encarcelado fue liberado en agosto de 2013 y se ha convertido en una sombra incapaz de ser ubicada por el gobierno mexicano y por Estados Unidos, el país que pide por su cabeza USD 20 millones.
Apenas habían pasado unas horas del fallecimiento de Esparragoza Monzón, cuando el “Narco de narcos” y los hermanos René y Alfonso Arzate García — jefes de plaza de el “Mayo” Zambada en Tijuana, buscados por la DEA— se aparecieron como los fantasmas en los que se han convertido.
En una de las sucursales de la funeraria Moreh se encontraba una pesada corona fúnebre adornada con 500 flores. Una cinta atravesaba el arreglo cotizado en miles de pesos: “De tu padrino Rafael C.Q” se leía en letras doradas sobre un listón negro.
Los hermanos Arzate García, conocidos como el “Aquiles” y la “Rana”, enviaron una corona de rosas rojas y blancas con sus sobrenombres.
Aquella se convertiría en la más reciente de las entregas de lo que el gobierno mexicano llama “la florería de Caro Quintero”, un extraño sistema de envío de flores que se realiza a nombre de uno de los narcos más escurridizos de México.
Según relata el periodista y experto en seguridad, Óscar Balderas, desde hace un año, los servicios de espionaje en el gabinete de seguridad han advertido que con una frecuencia inusual aparecen arreglos florales y coronas fúnebres con la despedida del hombre que fundó el Cártel de Guadalajara.
Las autoridades tienen registro de al menos 29 envíos que aparecen en momentos clave de la guerra que se libra por el control del país entre el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
La vida del “Negro”
En 2017, Juan José Esparragoza Monzón, estuvo en manos de las autoridades. El “Negro”, como apodaban al presunto delincuente, se fugó ese año de una prisión de Culiacán, Sinaloa, junto a otros cuatro integrantes del crimen organizado.
El 23 de enero de 2017, el “Negro” Esparragoza fue detenido en el bastión del Cártel de Sinaloa con su guardespaldas. El gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) había puesto al hijo de el “Azul” en la lista de los 122 criminales más buscados de México.
De acuerdo con las autoridades, Esparragoza Monzón coordinaba una red de tráfico de drogas, además de blanquear recursos para la organización criminal a través de diversas propiedades y empresas en Baja California, Baja California Sur, Jalisco, Querétaro y Sinaloa.
La muerte y fuga de el “Negro” se suma a la leyenda de la familia Esparragoza. En 2014, las autoridades mexicanas intentaron confirmar la muerte de su padre, uan José Esparragoza Moreno, alias el “Azul”, uno de los pilares del Cártel de Sinaloa.
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