Fiel hasta después de la muerte, este 28 de diciembre Covito lloró. Nunca sabremos si por alegría de encontrar alguien que lo aloje del frío invernal o por dejar el hospital de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde esperaba a su dueño quien nunca iba a volver a ver, ya que murió de COVID-19 en noviembre, y sin importar frío o hambre el can día y noche lo esperó en la entrada.
Kendra Hernandez, quien es miembro de un refugio para mascotas en situación de calle al conocer la historia de Covito, se dio a la tarea de darle un techo ante el frío intenso de esta temporada invernal y buscar quien pueda darle una mejor oportunidad de vida.
Aunque esta decisión que tomó Kendra partió el corazón del personal de Salud del Hospital General “Solidaridad”, quien adoptó a Covito, lo alimentaban y procuraban que estuvieran bien, sabían que necesitaba un techo debido a su incierto futuro.
Es por ello que se alegraron de que la organización de ayuda animal Paws On Board Rescue Support, que dirige Angie Ancira y Tony García, se diera a la tarea de ir por Covito para buscarle un hogar en Laredo, Texas, donde fue trasladado después de llevarlo al veterinario y aplicarle sus vacunas correspondientes.
La triste historia ha conmovido a los cibernautas quienes hicieron viral su historia compartiendo las imágenes del noble animal al exterior del recinto médico.
Con el paso de los días los trabajadores del Hospital General “Solidaridad” comenzaron a notar la presencia del noble can, haciéndoles recordar al famoso Hachiko, un perro Akita que esperó a su dueño en una estación del tren de Japón por años pese a que este ya había muerto.
Para identificarlo, los trabajadores comenzaron a llamarlo Covito. Además, también se ha ganado el cariño de quienes frecuentan el nosocomio tamaulipeco.
Covito es dócil con todas las personas que se le acercan, por ello se ha ganado el amor de los pacientes y médicos, quienes brindan un poco de comida y cariño cada que pueden hacerlo
Señalan que siempre que ve a alguien saliendo del hospital corre emocionado a la puerta para ver si se trata de su dueño.
Según los trabajadores, esa reacción del perrito se debe a que espera salir a su humano del nosocomio, sin embargo, eso nunca ocurrirá ya que falleció a causa de la pandemia que trajo el virus SARS-CoV-2.
De tal modo, Covito se ha vuelto en un perro semi callejero; para no apartarse del lugar, duerme ahí mismo sobre un pedazo de cartón y una cobija que le donó el personal médico, elementos que lo protegen del frío.
Aunque la razón por la que Covito se encuentra ahí todos los días y noches al pendiente de los visitantes que salen del hospital es triste, el personal médico se siente alegre cuando recibe las muestras de cariño que este les da cuando los ve pasar.
“A nosotros este perrito nos da mucha felicidad, siempre que nos ve nos acompaña del área Covid al Hospital General y se regresa, siempre nos encamina, y dan las 5 de la mañana y está parado en la Puerta Covid o en la puerta de Urgencia del hospital General”, dijo Dulce, intendente de dicha área para el portal local El Mañana.
Además, señalan están atentos de él, ya que si observan que hay alguien nuevo entre los pasillos o le están tomando fotos, el guardia de Seguridad sale y pide que no llamen a la perrera.
Los trabajadores aseguran que cuando pasan horas de que Covito ve salir a la gente en las diferentes puertas y no encuentra a su dueño de sus ojos resbalan lágrimas.
Cabe recordar que en mayo una historia similar ocurrió en Wuhan, China. Se trató de un perrito que al igual que Covito esperó a su dueño en la entrada de un hospital de Hubei, sin saber que este había muerto por COVID-19 tres meses atrás.
El pequeño perro, de raza mestiza, había llegado al hospital con su dueño en febrero, cuando la pandemia tuvo su pico más alto en el gigante asiático.
El hombre había muerto por COVID-19 después de cinco días de haber ingresado al hospital. El perro de siete años, no obstante, se mantuvo firme en la entrada del nosocomio esperando reencontrarse con su dueño
El portal local citado documentó que Covito es el segundo perro que adopta el personal de salud de esta ONG, antes que él estuvo “Covidia”, una perrita que perdió a su dueño por esta misma situación, pero que desafortunadamente perdió la vida al ser atropellada, por lo que los trabajadores consideran que tendrá una mejor oportunidad para ser feliz este perrito.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: