Quién es “El Boto”, el capo de los Blancos de Troya que recluta menores para la “narco guerra” en Michoacán

La conquista de Michoacán ha tomado mucho más tiempo del que inicialmente habían contemplado los comandantes del Cártel Jalisco Nueva Generación

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Cuartoscuro
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Un despiadado capo de la droga está reclutando menores para la guerra que actualmente se vive en Michoacán. Según los informes, les está pagando para que se coloquen en las entradas de la ciudad como escudos humanos para evitar sorpresas de los rivales.

Conocido en el hampa criminal como “El Boto”, César Sepúlveda Arellano opera con total impunidad en varias partes de Michoacán. Con el nombre de Blancos de Troya, su célula es parte de la alianza Viagras-Cártel Unidos que está luchando en varias partes de la entidad contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Si bien el liderazgo de Los Viagras es abierto sobre sus actividades delictivas, figuras como “El Boto” y Juan José “El Abuelo” Álvarez Farías intentan hacerse pasar como líderes de autodefensas en lugar de capos de la droga. Se trata de un intento de ganar simpatía.

“El Boto,” Cesar Sepulveda Arellano
“El Boto,” Cesar Sepulveda Arellano

Una serie de fotografías, obtenidas por Breitbart Texas, muestran a mujeres y niños reunidos en las entradas de localidades del municipio de Apatzingan. Todos visten camisetas blancas con la palabra “autodefensas”.

Los lugareños revelaron al medio estadounidense que “El Boto” paga entre 500 pesos (25 USD) y 1,000 pesos (50 USD) a la semana por cada hombre adulto y entre 300 pesos (15 USD) y 500 (25 USD) por cada niño que se une a su grupo. Según los vecinos, los miembros deben presentarse desarmados a las entradas de la ciudad y cada uno recibe un bastón para llevar como rifle y una camiseta que dice Por un Michoacán Libre. Cada uno tiene la orden de permanecer en áreas de posible conflicto mientras los sicarios de “El Boto” deambulan por la región chocando con sus rivales.

Hay un grupo separado que tiene la tarea de robar vehículos y poner barricadas en caso de incursiones militares o policiales. Dado que ese grupo asume un papel más activo, se les paga más por sus roles.

 “El Boto” paga 300 pesos (15 USD) y 500 (25 USD) por cada niño que se une a su grupo
“El Boto” paga 300 pesos (15 USD) y 500 (25 USD) por cada niño que se une a su grupo

Las últimas dos semanas la gente de “El Boto” instaló numerosos retenes en Michoacán para interferir con las operaciones policiales destinadas a capturarlo o incautar el armamento pesado y los vehículos blindados utilizados por los cárteles rivales.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) continúa su avance por diversos territorios de la República Mexicana, especialmente en Michoacán, donde se han encontrado con un muro denominado como autodefensas, quienes día a día repelen las balas enemigas para salvaguardar su territorio.

En lo que va del año 2020 se han contabilizado 2,100 homicidios en Michoacán. En contraste, se registraron 2,046 en 2019, mientras que en el año 2015 fueron 800. Los municipios con el mayor número de asesinatos son Zamora, Morelia, Uruapan, Ario de Rosales, Jiquilpan, Tangancícuaro. Zamora suma, por lo menos, 400 homicidios este año: hace un año sumaba 180.

En las últimas semanas se han reportado narcobloqueos en Apatzingán, donde grupos armados se disputan la zona (Foto: Twitter/UnidadDeInteli1)
En las últimas semanas se han reportado narcobloqueos en Apatzingán, donde grupos armados se disputan la zona (Foto: Twitter/UnidadDeInteli1)

La violencia en Michoacán no es nueva, de hecho, fue de los primeros lugares en exportar marihuana gracias a su fértil tierra. Sin embargo, en 2006 la situación se salió de control y el gobernador del estado lanzó un llamado de auxilio al entonces presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) ante la brutal violencia impuesta por Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. La respuesta del mandatario fue desplegar al Ejército y desde entonces no han vuelto a los cuarteles.

Michoacán es una región estratégica por ser un lugar de paso de la droga y el control del puerto Lázaro Cárdenas en el Pacífico, punto de entrada de los químicos para las drogas sintéticas que han hecho millonario al CJNG.

Hasta ahora, los únicos interesados en frenar al poderoso CJNG en su intento por controlar Michoacán han sido las autodefensas que, según los expertos, se mueven en una línea muy delgada entre quienes defienden legítimamente su pueblo y quienes se vincularon con otros cárteles.

La conquista de Michoacán ha tomado mucho más tiempo del que inicialmente habían contemplado los comandantes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Las mafias locales tienen ventajas innegables. En primer lugar, conocen bien el terreno. Todas las localidades, colonias, escondites, las conocen como la palma de su mano.

En segundo lugar, muchos políticos y mandos policiacos mantienen una relación histórica con las mafias michoacanas. No sólo cobran soborno, sino que varios son integrantes con plenos derecho de los propios cárteles.

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