Agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Tabasco capturaron el pasado martes a Uriel “N”, jefe de la policía ministerial y presuntamente responsable del homicidio de la periodista Norma Sarabia Garduza.
La comunicadora fue asesinada en el municipio de Huimanguillo en junio de 2019.
El comandante de la policía se encontraba activo en la cabecera municipal de Centla, en la localidad Frontera. El arresto fue aplicado por el área de homicidios dolosos e investigaciones de feminicidios.
Indagatorias señalaron, de acuerdo con La Jornada, que el comandante Uriel “N” es el presunto autor intelectual de la muerte de la periodista: el día que fue asesinada realizaba un reportaje sobre una extorsión, y tuvo una “acalorada discusión” con el jefe de la policía.
Sicarios no identificados atacaron con armas de fuego a Norma Sarabia Garduza durante la noche del martes 11 de junio del año 2019. La reportera era corresponsal del diario local Tabasco Hoy en el municipio Huimanguillo.
El cadáver de la víctima, quien escribía notas informativas de la fuente policiaca, quedó yacente en la puerta de su domicilio.
De acuerdo con testigos, relató el medio, Sarabia Garduza platicaba con un familiar cuando sujetos encapuchados a bordo de una motocicleta la acribillaron con balazos y escaparon del lugar.
En las últimas semanas, tres periodistas fueron asesinados en México: dos de ellos en el municipio fronterizo de Ciudad Juárez, Chihuahua, al norte del país. La cuenta, con corte al 9 de noviembre, es de siete homicidios.
México es uno de los peores países del mundo para ser periodista en la actualidad. Al menos 135 comunicadores han sido ultimados en este país desde el 2000, según Artículo 19, una organización que promueve y defiende la libertad de prensa. El año pasado 10 periodistas fueron asesinados.
Noviembre fue, hasta ahora, el peor mes registrado para México. Al menos dos periodistas fueron baleados afuera de sus puertas o informando una historia. Las razones de las ejecuciones a menudo son variadas: asesinos de cárteles molestos por la cobertura agresiva, funcionarios públicos corruptos apostando silenciarlos, violencia aleatoria e incluso reporteros que se cruzan en los mundos criminales que cubren.
En México, aproximadamente el 98% de las ejecuciones cometidas en el país quedan sin resolver.
Israel Vázquez es el último nombre de la larga lista de periodistas asesinados en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. La muerte del periodista del diario digital El Salmantino, a manos de un grupo armado, elevó a siete el número de periodistas asesinados en relación con su labor este año.
Vázquez fue acribillado a balazos mientras cubría uno de los sórdidos crímenes con los que se despiertan a menudo los habitantes de Guanajuato. Era un joven reportero de 34 años, con dos hijos pequeños.
De acuerdo con el analista y experto en seguridad David Saucedo, este asesinato se trata de un fenómeno inédito en Guanajuato, pero que lamentablemente ha ocurrido desde hace muchos años en varias partes del país. “En entidades como Veracruz, Jalisco, Tamaulipas, Sinaloa, las agresiones de los grupos criminales en contra de periodistas y medios de comunicación son muy frecuentes y forman parte del paisaje de la narcoviolencia cotidiana”, refiere en su columna de opinión en el medio digital SoyBarrio.com.
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