El General Salvador Cienfuegos Zepeda voló libre de cargos de narcotráfico en un viaje cuyo costo supera el millón de pesos. Exento de acusaciones en Estados Unidos, regresó a México con máximo confort en un jet privado y lujoso, tras despegar del aeropuerto de Teterboro, New Jersey, hacia la estación aérea Adolfo López Mateos en Toluca, Estado de México.
Abordo de un Gulfstream IV, matrícula N40VC, el pasado 18 de noviembre, el extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) partió de suelo estadounidense a las 13:45 horas, tiempo del centro de México y navegó entre los países vecinos durante cuatro horas con 47 minutos.
De acuerdo con una cotización solicitada por Infobae México, el vuelo de Cienfuegos tiene un precio de USD 62 mil 790, es decir, de un millón 255 mil 800 pesos con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar.
El militar descendió del jet a las 18:48 horas del pasado miércoles vestido de ropa formal y corbata, tal como acudió ese día a su audiencia en la Corte del Distrito Este de Nueva York, donde aceptó deportación voluntaria y le fueron desestimados tres cargos de conspiración para manufacturar, importar y distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana, además de un cargo por lavado de dinero.
De esa manera, luego de ser el centro de las tensiones diplomáticas entre dos naciones durante un mes, Cienfuegos Zepeda volvió a casa luego de 34 días prisionero. La molestia del encierro ya quedaba atrás y, tras ser liberado, le correspondió viajar con todas las comodidades de un personaje de primer nivel.
La deportación fue rápida y en total confort, a diferencia de cualquier otro ciudadano que bien podría adquirir un pasaje comercial en los aeropuertos internacionales de Nueva York, hacer una, dos escalas o partir directamente a la capital de México, con todas las previsiones que esos viajes requieren: reservar, estar un par de horas antes en la terminal, formarse como todos los demás y pagar entre 3 mil y 16 mil pesos, dependiendo de la aerolínea, horario y asiento. Pero no, el General no era un simple turista, debía ser trasladado como lo hacen personajes con poder e influencias.
Según datos de la Administración Federal de Aviación de EEUU el dueño del Gulfstream IV matrícula NV40C es la empresa SK Aviation LLC, cuya dirección de propiedad está en Santa Helena, California. Tiene un certificado emitido el 29 de septiembre del 2016 con caducidad al 30 de septiembre del 2022. A su vez, el jet está asociado a la red de taxis aéreos Prime Jet LLC.
La aeronave está vinculada con el servicio de transporte en territorio estadounidense y fuera de él. Cuenta con internet inalámbrico, teléfono satelital, espacios de cama para dormir donde pueden descansar cinco adultos, además de un menor, así como capacidad de entre 10 y 13 pasajeros.
Tiene seis sillones individuales, dos dobles y uno más largo equivalente a tres espacios. A su vez, está equipado con baño y lavabo, así como cuatro pantallas pequeñas y otra más de un tamaño mayor.
Cuando la jueza Carol Bagley Amon, aceptó la solicitud de la Fiscalía estadounidense para desestimar los cuatro cargos relacionados con narcotráfico que eran imputados a Cienfuegos, ordenó que el Servicio de Alguaciles se encargara de la escolta del ciudadano que entonces quedaba libre para ser deportado a México, donde se espera, sea procesado por la Fiscalía General de la República (FGR).
Según el portal del Servicio de Alguaciles estadounidense, la dependencia cuenta con el Sistema de Transporte Judicial para Prisioneros y Extranjeros (JPATS, por sus siglas en inglés).
“En promedio, JPATS completa más de 260,000 movimientos de prisioneros/extranjeros por año. Una red de aviones, automóviles, camionetas y autobuses logra estos movimientos coordinados. JPATS opera una flota de aviones que traslada a los prisioneros a largas distancias de manera más económica y con mayor seguridad que las aerolíneas comerciales. Casi todos los movimientos aéreos se realizan a bordo de aviones grandes y pequeños que JPATS posee o alquila”, señala el U.S. Marshals Service.
Es decir que el viaje del general pudo haber sido costeado por el gobierno norteamericano con su red de aviones que opera, o mediante el servicio de taxi aéreo por alquiler. Pero datos actualizados a febrero del 2020 del portal Planes Potters indican que el JPATS solo cuenta con dos Boeing 737, uno de matrícula N640CS y otro registrado con el N639CS.
Sin embargo, existe la opción de que el propio general haya pagado su transporte de regreso a casa e, incluso, aún con mayor suspicacia, haya sido el propio gobierno mexicano quien liquidó el vuelo. Aunque esto ha sido descartado por la FGR y el Secretario de Raciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien reiteró que el avión era del U.S. Marshals Service.
Infobae México cotizó un viaje desde Teterboro a Toluca. Prime Jet respondió que el vuelo de un avión ligero (con capacidad de hasta 5 pasajeros) costaría USD 25 mil. La aeronave requeriría una parada para cargar combustible, pues el tiempo de navegación aproximado sería de 04:35 horas, una diferencia de apenas 12 minutos con el margen de lo que tardó Cienfuegos en su traslado aéreo.
En cambio, un avión de tamaño mediano, con capacidad de unos 10 pasajeros, tendría un precio de 32 mil 500 dólares; es decir, más de medio millón de pesos al tipo de cambio de este 20 de noviembre, con 653 mil 250 pesos.
Para un jet con mayor capacidad como el que transportó al general Cienfuegos, el precio es de 62 mil 790 dólares, poco más de un millón de pesos. Dinero que pudo salir de los contribuyentes norteamericanos y saldado por el gobierno de EEUU mediante el US Marshals Service; o, en dado caso, pagado por el mismo ex funcionario mexicano, pues la suma está dentro de sus posibilidades. En su audiencia del 20 de octubre, ofreció una fianza de 750 mil dólares (unos 15.7 millones de pesos), los ahorros de toda su vida, según dijo su abogado de entonces, Duane Lyons.
De acuerdo con registros de la plataforma Flight Aware, el Gulfstream IV matrícula N40VC ingresó al aeropuerto de Toluca el pasado miércoles 18 de noviembre a las 18:35 horas (tiempo del Estado de México), procedente de Teterboro, New Jersey. Recorrió una distancia de 3 mil 623 kilómetros a una velocidad de 863 km por hora.
La base de Teterboro, se encuentra a alrededor de una hora en auto del Metropolitan Detention Center de Brooklyn, donde el ex titular de la Sedena se encontraba recluido desde inicios de noviembre, luego de ser trasladado de Los Ángeles, California, donde fue arrestado el 15 de octubre, en el aeropuerto internacional de aquella ciudad.
Nueva York, donde radicaba el caso de Cienfuegos, cuenta con los aeropuertos internacionales: John F. Kennedy y La Guardia. El primero a poco más de una hora en auto desde la prisión del general y el otro, a unos 30 minutos. Ambas estaciones son más grandes que Teterboro, aeropuerto popular para aeronaves privadas y corporativas.
Luego de su arribo, al general le fue practicado un examen médico pericial y su estado de salud resultó favorable. Le fue notificado de una carpeta de investigación en que está involucrado, dio su dirección y teléfono celular, dispuesto a atender cualquier diligencia ministerial. A las 19:12 horas, el ex titular de la Sedena se retiró de las oficinas de la FGR en el hangar de Toluca. Fuera de cualquier custodia para acudir con su familia.
Ahora se encuentra en casa, lleva tres días libre, en tanto la FGR integre una carpeta con evidencia propia y la aportada por el Departamento de Justicia de EEUU. No se sabe cuánto tiempo pasará para que el expediente sea judicializado, presentado ante un juez y éste otorgue una orden de aprehensión para ir por el general y que responda por sus presuntos vínculos con capos de la droga. Pero las diligencias ministeriales podrían tardar semanas, meses, o más tiempo.
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