Muy pocos capos en México han tenido la audacia de vivir por casi 50 años en medio de la persecución, las muertes, las drogas, los excesos, la soledad que conllevan el poder, la fama y la clandestinidad, pero sobre todo entre las lealtades, las traiciones y las guerras internas. Ismael Zambada García, el “Mayo”, es uno de ellos.
El narco de bajo perfil, quien lleva medio siglo dedicado al tráfico de drogas ilegales sin haber pisado nunca la cárcel, tiene un lugar reservado para sus grandes enemigos. De acuerdo con informes de inteligencia, los hermanos Arzate García entraron a este peligroso círculo.
René y Alfonso Arzate García, según el semanario Zeta Tijuana, fueron desairados por el “Mayo” Zambada, tras generar demasiados enfrentamientos internos entre los diferentes brazos armados del Cártel de Sinaloa.
Los Arzate asientan su poderío criminal en el estado fronterizo de Baja California. Ahí la violencia generada se debe a que la célula de los hermanos entró en pugna con otras de la misma organización sinaloense, pues pretenden conservar el monopolio del liderazgo criminal.
En declaraciones oficiales, ampliaron que los hermanos habían sido alertados sobre la estrategia de Zambada García de tener aliados en otras entidades, más no jefes de plaza, algo que, dicen, Alfonso y René no aceptaron, pues quieren ser los únicos.
El semanario Zeta Tijuana advierte que hasta el momento, los Arzate García no se encuentran fuera del cártel, pero ya no cuentan con la protección total que algún día tuvieron del también llamado “Señor del Sombrero”.
Los hermanos habrían recibido una llamada de atención con advertencia en el pasado mes de marzo, después que el día 18, autoridades de ambos lados de la frontera aseguraron un narcotúnel con entrada en Baja California y salida en San Diego, California (Estados Unidos), en el que decomisaron tres toneladas de marihuana y diversas cantidades de crystal, fentanilo y cocaína. El aseguramiento se calculó en un valor superior a USD 10 millones.
Gente del "Mayo” responsabilizó a los Arzate, a quienes vinculó como originarios del operativo por diversos delitos previos, incluidos secuestros y privaciones ocurridos como parte de la disputa entre los hermanos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Baja California.
Tras los hechos, Alfonso, alias el “Aquiles”, y René, la “Rana” Arzate, huyeron a Mazatlán, Sinaloa, para protegerse de las persecuciones en su contra, descuidando a sus huestes en el territorio baja californiano.
Siete meses después de su escandalosa salida, los hermanos hacen temblar otra vez Baja California. Versiones al interior de las Mesas de Coordinación, citadas por Zeta Tijuana, establecen que los Arzate regresaron a la entidad, específicamente a la ciudad de Tijuana, donde los ubican en complejos de lujo. Esporádicamente visitan el municipio de Ensenada, al que consideran su territorio “más seguro”.
Sus primeros objetivos han sido disputarle el territorio al mismísimo Cártel de Sinaloa y recuperar el liderazgo criminal, a partir del apoyo de autoridades corruptibles y buscando nuevos asociados.
En esta guerra, confusa y sanguinaria, el papel de los Chapitos —hijos de Joaquín Guzmán Loera, el “Chapo”— y sus hombres se presume cada vez más importante.
Autoridades de México y Estados Unidos indicaron que dentro del Cártel de Sinaloa, los Arzate estarían contactando como proveedores y protectores a los Chapitos y/o los Menores, específicamente a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, detenido en 2005 por lavado de dinero y liberado en 2008; así como a sus hermanos Jesús Alfredo y Ovidio.
Además, los Arzate están recurriendo a su viejo conocido, Pablo Edwin Huerta Nuño, alias el "Flaquito”, líder del Cártel de los Arellano Félix, y con quien ya hicieron acuerdos en el pasado.
El 25 de julio de 2014, el Tribunal Federal de Primera Instancia del Distrito Sur de California emitió una orden judicial federal para arrestar a René y Alfonso Arzate García luego que fueran acusados de conspirar para importar marihuana. Un año después, el FBI ofreció una recompensa de hasta USD 20 mil por información que condujera a cada uno de los hermanos.
Los buscaban por narcotráfico, eran ubicados como miembros “de alto rango del Cártel de Sinaloa” y se les consideraba armados, peligrosos y responsables de “coordinar y ejecutar operaciones violentas en nombre del cártel, incluidos múltiples asesinatos y secuestros”.
Alfonso Arzate enfrenta un cargo por secuestro en Baja California.
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