La inequidad educativa: una brecha sistemática que se ahondará debido a la pandemia

De acuerdo con la doctora Giovanna Valenti, hay que seguir el ejemplo de los docentes que han logrado llevar el aprendizaje a comunidades marginadas

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La inequidad educativa es algo que parte desde los niveles más altos (Foto: AP/Isabel Mateos)
La inequidad educativa es algo que parte desde los niveles más altos (Foto: AP/Isabel Mateos)

En México existe un problema sistemático llamado inequidad educativa, y se basa en que los niños y adolescentes que viven en zonas marginadas, no pueden tener el mismo acceso al conocimiento que sus contrapartes que habitan en zonas privilegiadas. Esto crea una brecha que raramente se puede cerrar.

De acuerdo con lo que la doctora Giovanna Valenti dijo en entrevista con Infobae México, la inequidad se ve reflejada en muchos campos a nivel de educación básica. Desde que se toma la decisión de mandar recursos a ciertos estados, mientras que a otros se les deja a un lado.

“La distribución de recursos, condiciones, materiales y de facilidades para las escuelas pueden ser mucho más positivas o amplias para determinar las regiones en una entidad federativa, mientras que en otras están mucho más limitadas. Eso quiere decir que hay inequidad dependiendo de lo que se está distribuyendo”, comenzó la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La investigadora explicó que son los estados con los mayores índices de pobreza (Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo), los cuales tienen a las escuelas con más necesidades. Estas al no tener elementos básicos como techos, no pueden enfocarse en dar a sus estudiantes elementos para el conocimiento como bibliotecas bien equipadas.

Estados con mayor índice de pobreza son los que más afectados están por la inequidad (Foto: Cuartoscuro)
Estados con mayor índice de pobreza son los que más afectados están por la inequidad (Foto: Cuartoscuro)

“Algunos niños no alcanzan a tener sillas, se sientan en cubetas de pintura, había una escuela que visitamos que no tenía techo. Hay muchos aspectos en los cuales los niños no tienen las mismas oportunidades como tener un techo [...] o bien de tener libros o una biblioteca bastante armada”, explicó.

Estas necesidades que han sido obvias con el paso del tiempo, tan solo empeorarán debido a la pandemia. Esto debido a que el acceso al conocimiento se ha visto coartado para los niños de educación básica que no solamente no pueden atender a clases, sino que dentro de sus hogares no tienen las posibilidades para seguir con su educación.

“[El COVID-19] va a abrir más las brechas porque los niños de hogares más desfavorecidos no tienen internet ni computadora. Apenas se está logrando que haya internet en algunas escuelas, y muchas veces es a través de las cooperativas que hacen las asociaciones de padres de familia. Pero no todos tienen la oportunidad de tener internet en su casa”, agregó la investigadora.

Además, esto también afectará la vida personal de los niños, ya que los niveles culturales y de intereses van creciendo gracias a la educación en la escuela, en comparación de niños que tienen un nivel cultural más desarrollado dentro del hogar.

La pandemia solo ahondará esta problemática (Foto: EFE/José Pazos)
La pandemia solo ahondará esta problemática (Foto: EFE/José Pazos)

La escuela hace una diferencia importante en términos de los aprendizajes sobre todo en aquellos niños que provienen de hogares más desfavorecidos. Es decir: en la medida que el origen sociofamiliar y cultural más alto la escuela aporta menos en los aprendizajes. Pero en la medida que el origen sociofamiliar y cultural es más desfavorecido de los niños  la escuela les aporta más”, ahondó Valenti.

Esta brecha cultural, también fomenta un ciclo sin fin, en el que la sociedad no puede abrirse más y los niños solamente conviven con gente de su mismo estatus social. Y, aunque dentro de las mismas escuelas casi no se discrimina, la sociedad no permite que las comunidades puedan permanecer fuera de sus nichos.

“Los niños se concentran en escuelas con niños de su mismos estatus y no hay posibilidades de una permeabilidad social mayor, ya que en general además están en escuelas pobres y en zonas más marginales. En realidad hay poca discriminación porque a esas escuelas van niños del mismo estatus social. Pero aquí de todas maneras la discriminación existe porque no hay una inclusión”, señaló la doctora.

Una luz en un oscuro túnel

Pero, a pesar de esta desventaja social importante, dentro de las comunidades marginadas existen ejemplos de cómo acercarse a los niños, y cómo crear un ambiente en donde haya sed de conocimiento. Todo esto gracias a los docentes, quienes construyen las denominadas “escuelas eficaces” o de equidad.

Pero existen algunas escuelas dentro de los lugares más marginados que han luchado por mantener el aprendizaje (Foto: AP/Marco Ugarte)
Pero existen algunas escuelas dentro de los lugares más marginados que han luchado por mantener el aprendizaje (Foto: AP/Marco Ugarte)

“Hay escuelas que sobresalen, y esto quiere decir que hay que fijarse qué está pasando en estas escuelas y qué factores están asociados a esta mayor efectividad de los aprendizajes de los niños, que además se asocia a su bienestar”, aseveró Valenti.

La investigadora también explicó que en estos centros donde el aprendizaje es mayor, es importante apoyar a los docentes y poner atención a elementos que puedan afectar para poder eliminarlos.

“La dedicación de los docentes es fundamental, es muy importante que se cuiden las condiciones en las cuales están trabajando, que se les den las facilidades que se necesitan y que haya una forma de gestión y de dirección de la escuela que evite los contratiempos favorezca las condiciones óptimas”, añadió.

Pero esto también significa que dentro de estos lugares, se debe favorecer el clima escolar a través de la comunicación tanto con padres, como con el resto del equipo de docentes y directivos.

“Ese buen clima escolar hace que se establezcan relaciones múltiples entre los niños y sus docentes, además de los docentes entre ellos, los directores y con los padres de familia. Esto hará que todos vayan encaminados hacia objetivos comunes que se vayan construyendo colectivamente”, expuso.

De acuerdo con la investigadora, hay que reconocer el trabajo de los docentes sobresalientes y tomarlos como ejemplo (Foto: AP/Isabel Mateos)
De acuerdo con la investigadora, hay que reconocer el trabajo de los docentes sobresalientes y tomarlos como ejemplo (Foto: AP/Isabel Mateos)

Esto también significa que el gobierno no dicte cómo enseñar, sino que simplemente se enfoque en dar las condiciones apropiadas para que los maestros tengan los materiales para enseñar. “No hay que provocar una homogeneización de algo que es muy heterogéneo”.

Lo que la investigadora sugiere, es que haya una motivación para que los docentes no se vean frustrados al momento de hacer su trabajo y que tampoco existan impedimentos dentro de sus comunidades. También debe existir una comunicación directa entre el personal de una escuela, con el gobierno, y de esta forma saber cuáles son las carencias de cada zona, y solucionarlo.

“Ver cuáles son algunos de los elementos en donde puede intervenir el gobierno estatal o federal y crear las condiciones hacia los directores. Que sean ellos los que planteen cuáles son las necesidades y que se atiendan para generar un ambiente más agradable. Hay muchas cosas por las que trabajar, y hay que crear condiciones para los docentes, y también hay que reconocerles cuando están comprometidos, porque hacen esfuerzos realmente importantes”, finalizó.

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