Luna Azul: cuándo y cómo ver en México este fenómeno astronómico, que ocurre cada dos años y medio

El satélite terrestre estará en fase llena dos veces en octubre

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A lo largo de la historia, la Luna se ha teñido en distintas ocasiones de azul (Foto: Archivo)
A lo largo de la historia, la Luna se ha teñido en distintas ocasiones de azul (Foto: Archivo)

En la noche de Halloween, el próximo 31 de octubre, una Luna Azul poco frecuente adornará la oscuridad del firmamento. Sin embargo, tal y como explica la NASA, no será tan tenebrosa como muchos esperan.

De acuerdo a la agencia espacial de EEUU, en la actualidad se conoce como “Luna Azul” a la segunda Luna llena que aparece en el plazo de un mes. Este fenómeno se produce aproximadamente cada dos años y medio.

“Usualmente los meses solo tienen una Luna llena, pero a veces una segunda se cuela. Las lunas llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses tiene 30 o 31 días de duración, por lo que es posible que quepan dos lunas llenas en un solo mes. Esto ocurre cada dos años y medio, en promedio", explica la NASA.

La primera luna llena del mes de octubre llegará el día uno, mientras que la segunda será el 31 de octubre, perfecta para ambientar las celebraciones de Halloween. Sin embargo, y para decepción de muchos, lo más probable es que no se vea azul.

La Luna mantendrá su habitual gris perla (Foto: Reuters/Archivo)
La Luna mantendrá su habitual gris perla (Foto: Reuters/Archivo)

Según explica la NASA, la fecha del fenómeno no afecta en absoluto al color, y lo más seguro es que ese día nuestro satélite luzca su gris perla habitual. Sin embargo, esto no significa que las lunas azules jamás hayan existido. A lo largo de la historia, numerosas poblaciones aseguraron haberla visto de ese color, pero la explicación es distinta.

“Hubo un tiempo, no hace mucho, cuando la gente veía lunas azules casi todas las noches. Lunas llenas, medias lunas, lunas crecientes: todas eran azules, excepto algunas noches en las que eran verdes”, explica la NASA en su relato.

Un ejemplo fue en 1883. Ese año, una gran explosión sacudió a la India. El volcán Krakatoa había entrado en erupción. A 600 kilómetros de distancia, los pobladores escucharon el estruendo, que los científicos comparan con la detonación de una bomba nuclear de 100 megatones. Las columnas de ceniza que salieron del cráter se elevaron hacia la parte superior de la atmósfera, y la Luna se tiñó de azul.

El cambio de color del satélite se debió precisamente a la estructura de estas cenizas, compuestas de partículas de aproximadamente un micrón (una millonésima parte de un metro) de ancho. Este tamaño impide filtrar la luz roja, y deja pasar únicamente otros colores.

“La clave para tener un luna azul es tener en el aire muchas partículas un poco más anchas que la longitud de onda de la luz roja (0,7 micrones) y que no haya otros tamaños presentes. Esto es raro, pero los volcanes a veces escupen tales nubes”, explica la NASA.

Las nubes de ceniza que expulsan los volcanes o los incendios forestales pueden teñir la Luna de azul (Foto: Archivo)
Las nubes de ceniza que expulsan los volcanes o los incendios forestales pueden teñir la Luna de azul (Foto: Archivo)

Así, durante años, los rayos blancos del satélite que brillaban a través de las nubes de ceniza “emergían azules y a veces verdes”. El sol en ocasiones parecía lavanda, mientras que por primera vez, se divisaron en el cielo nubes noctilucentes, de un tono azul eléctrico.

Después de aquello, otros volcanes hicieron que la Luna volviera a cambiar su característico gris perla. Es el caso del Chichón, localizado en el estado de Chiapas, México, que explotó en 1983. También del Monte Santa Helena, en el estado de Washington, EEUU, que entró en erupción en 1980, o el Mount Pinatubo, en las Islas Filipinas, que lo hizo en 1991.

Además de la erupción de los volcanes hay otro fenómeno que puede hacer que el satélite se tiña de azul: los incendios forestales.

De acuerdo a Sue Ann Bowling, profesora de física de la Universidad de Alaska, el 23 de septiembre de 1950 varias hectáreas que habían estado ardiendo de forma silenciosa en Alberta, se convirtieron en incendios “importantes y muy humeantes”.

“Los vientos llevaron el humo hacia el este y el sur con una velocidad inusual, y las condiciones del fuego produjeron grandes cantidades de gotitas aceitosas del tamaño justo (aproximadamente 1 micrón de diámetro) para dispersar la luz roja y amarilla. Dondequiera que el humo se despejara lo suficiente, el sol era visible. Era lavanda o azul. Ontario y gran parte de la costa este de EEUU se vieron afectados por el día siguiente, pero el humo continuó. Dos días después, los observadores en Inglaterra informaron un sol índigo en los cielos atenuados por el humo, seguida de una luna igualmente azul esa noche”, recordó la experta, según recoge la agencia espacial.

De esta forma, la Luna el próximo 31 de octubre sólo sería azul si se produce antes alguno de estos siniestros. Y dado el precio que hay que pagar, mejor que permanezca siempre en su precioso gris perla.

Cómo ver la Luna Azul desde México

Octubre es el único mes del 2020 con dos lunas llenas (Foto: REUTERS/Eduardo Muñoz)
Octubre es el único mes del 2020 con dos lunas llenas (Foto: REUTERS/Eduardo Muñoz)

Aunque no cambiará su tonalidad, la Luna Azul es un fenómeno astronómico fascinante, que se produce cada dos años y medio. Además, se estima que no volverá a coincidir con una noche de Halloween hasta el 2039.

Observar el evento es muy sencillo, porque se podrá contemplar a simple vista, sin la ayuda de un telescopio o binoculares, aunque cuando se utilizan estos instrumentos profesionales, se puede disfrutar de la superficie del satélite con detalle.

Si te sientes defraudado porque la Luna realmente no se teñirá de azul, te recomendamos salir a la intemperie este jueves 1 de octubre. Esa noche, estará en fase llena y lucirá un tono naranja mágico, que nos sumergirá de lleno en la estación de otoño.

Para disfrutar del momento, la Red de Planetarios de Quintana Roo y el Comité Nacional Noche de las Estrellas recomiendan dirigirse a un lugar con clima despejado, y sin objetos o estructuras que entorpezcan la vista.

"Para no perderte los tonos naranja rojizos con los que se observa, busca lugares sin muchos obstáculos en el horizonte, pues estos colores son más vivos mientras la Luna se encuentre más cerca del mismo. Octubre es el único mes de este año que iniciará y terminará con una Luna llena. No te pierdas ninguna de ellas”.

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