Durante su estancia en la Prisión Federal de Almoloya de Juárez en el Estado de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera reconoció ante la criminóloga Mónica Ramírez la paternidad de 23 hijos, pero de ellos, hay uno por el que siente una especial debilidad.
De acuerdo con Mike Vigil, ex director de Operaciones Internacionales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) el que está más cerca del corazón del fundador del Cártel de Sinaloa (CDS) es Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el “Rey de la Cocaína”.
Vigil señala que de los cuatro hijos del Chapo identificados como integrantes del CDS (Joaquín, Iván, Alfredo y Ovidio) es a Iván a quien enseñó todos los trucos que lo ayudaron a convertirse en el narcotraficante más buscado de México y Estados Unidos.
En diálogo con Infobae México, el ex agente de la DEA aseguró que Iván fue preparado para ser el sucesor del Chapo, su padre consideró más inteligente que sus otros tres hermanos.
Iván fue detenido en 2005 tras un accidente de tráfico al salir de una fiesta en Zapopan, Jalisco. Lo condenaron a cinco años de cárcel por lavado de dinero y absuelto en 2008 por falta de pruebas.
El llamado “Chapito”, como también se le llama a sus otros hermanos, es heredero de un imperio que incluye bienes inmobiliarios y hoteles, entre otros negocios, es objetivo de las fuerzas de seguridad y contaba, parece, con enemigos fuera y dentro de su organización.
A pesar de que su hermano Ovidio ha estado en los titulares desde octubre pasado por su desafío al estado mexicano que después de retenerlo en una casa lo tuvo que liberar tras una orden presidencial luego que el cártel tomara la ciudad de Culiacán, a Iván se le empieza a llamar “El Rey de la Cocaína”, dijo Vigil, ya que es quien controla el tráfico de la droga y precursores desde Sudamérica.
Se le señala por haber encabezado la ofensiva en octubre de 2019 en Culiacán para liberar a su hermano, lo que es un ejemplo del poder que ha llegado a adquirir, al grado de doblegar a la administración del presidente López Obrador.
Nació en octubre de 1983, hijo de Joaquín Guzmán y María Alejandrina Salazar Hernández. Es el hermano mayor de Alfredo Guzmán Salazar.
Aunque junto con Ovidio es propietario de la mayor parte de laboratorios de fentanilo en Culiacán, las autoridades han identificado a la cocaína como su principal negocio.
Iván está en la mira del gobierno estadounidense por introducir grandes cantidades de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos a través de vehículos, camiones, embarcaciones y túneles. Buena parte de la materia prima utilizada por el cártel era importada de Asia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala.
Se le conoce por los alias de “Alejandro Cárdenas Salazar”, “El Chapito”, “César”, “Jorge” o “Luis”, también está acusado por EEUU de haber lavado el dinero obtenido en el trasiego de la droga.
En la Corte federal del Distrito Sur de California, enfrenta cargos, entre ellos tráfico de cocaína, junto con Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
En una entrevista realizada por el periodista ecuatoriano Ernesto Rodríguez Amari en marzo de 2018, en el semanario belga Knack, la única que se conoce hasta ahora, fue cuestionado sobre su influencia en el mundo de las drogas, como respuesta, estalló en risas y respondió que no se consideraba un personaje y que tampoco era su aspiración. “Si lo fuera y tuviera mucho poder, ¿no tendría que esconderme constantemente? Deberías preguntarle a mi novia cómo vivo”, apuntó.
“Hablamos de los vecinos del norte. El presidente Donald Trump tiene una retórica dura, quiere intensificar la lucha contra los cárteles”, comentó el periodista.
“Él nunca ganará la batalla contra nosotros. Somos mucho más fuertes que él. Los estadounidenses podrían comenzar por atacar a los cárteles en su propio país, pero evidentemente hacen todo lo posible para no atacarse a sí mismos. Se enfocan en América latina para distraer la atención de su gente. Los estadounidenses nunca asumirán responsabilidad por la violencia y la miseria que ves aquí”, sentenció Guzmán.
“¿Puedo hablar sobre tu vida privada? Te busca la CIA, el FBI, la DEA, la Interpol y los servicios militares policiales y de inteligencia de México. ¿Esa es una vida?”, le preguntó el periodista.
“Es su trabajo buscarme y es mi trabajo esconderme. Soy consciente de que éste será el patrón por el resto de mi vida”, reconoció el hijo del Chapo.
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