La escritora Fernanda Melchor causó tendencia en Twitter luego de criticar que un profesor ofreciera a sus alumnos la versión PDF de su novela “Temporada de Huracanes”. Esto causó que de su comentario se llegara al polémico debate del consumo de obras sin pagar el costo real, cosa que beneficia a estudiantes y a personas de escasos recursos pero que por otro lado afecta a la industria editorial en sus ganancias y por supuesto a los mismos escritores que no reciben los ingresos por su trabajo. Así decía el polémico comentario:
¡Si quieren verse generosos, regalen las nalgas, culeros, no mis libros en PDF!
Ante esto, diferentes escritores y editoriales se sumaron a la discusión derivada de ese comentario en lo que fue una larga exposición de argumentos a favor de las mociones de que los contenidos de lectura. Y es que algunos escritores defendieron el uso de dicha herramienta y dijeron que entre más se lee un libro en formato PDF, más ventas tiene este en su versión física.
Uno de los comentarios que más destacó fue el del escritor Julio Herbert, quien dijo que quien tiene libros en ese formato ni siquiera los lee por lo que únicamente sirve para “farolear”, es decir, para presumir la cantidad de textos de los que se tiene posesión, casi como los que tienen libros sin leer en su biblioteca:
La mayoría de los PDF ni siquiera se lee, las personas los tienen en su compu para farolear y compartir: son el nuevo lomo fake de las bibliotecas digitales. Pero ustedes no están listos para esa conversación
Otro comentario que destacó dentro de la discusión provino del escritor Luigi Amara, quien dijo que el valor de los libros se enfoca en la libre circulación y entraron en debate sobre si esto es lo que le da valor al libro (la cantidad de personas que hayan leído el libro) o si es su valor económico el que le da el portento a la obra, es decir, lo que hace ganar al escritor como obra de su propio trabajo y esfuerzo:
Muchos experimentos (y mi propia experiencia como editor) apuntan hacia algo claro: mientras más circula un libro, por ejemplo en pdf, más termina vendiéndose (...) Jaja, no lincho a nadie, amiga. ¿Quién no ha leído un libro pirateado cuando no ha podido conseguirlo? Sólo estaba muy enojada anoche con la gente que lucra con mi chamba. Soy una persona, con sentimientos, no un nombre en un catálogo
El debate llevó a que la casa editorial Impronta Casa Editora, a citar el 148 del capítulo dos de la ley de derechos patrimoniales, la cual indica que no es ilegal descargar un libro en este tipo de formatos ni escanearlo para digitalizarse, pero sí es un ilícito el adjudicarse el contenido de la obra, además de imprimirlo y venderlo con el fin de sacar ganancias o lucro de dichas obras sin el expreso conocimiento del autor.
La polémica no acabó ahí pues en otro tweet, un usuario recordó que la misma Fernanda Melchor había publicado un tweet en el que admitía que había descargado un PDF de la obra “Cathedral” y lo ofreció buscar otros libros del mismo formato, algo que pareció ser un golpe directo a su argumento original.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: