Canibalismo y el origen desconocido del tradicional pozole

No sólo se trata del platillo principal en estos días sino también del más sano y nutritivo de la temporada por su alto contenido de proteína, pero pocos conocen su origen

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El platillo es tradicional en estas fechas (Foto: archivo)
El platillo es tradicional en estas fechas (Foto: archivo)

El pozole no sólo es un platillo tradicional en esta temporada sino que también tiene un origen prehispánico que lo conecta con lo ceremonial, pero también con una faceta de los aztecas poco conocida.

Hoy en día está considerado uno de los platillos típicos más sanos por su alto contenido de proteína -por la carne ya sea de pollo o de cerdo y por el maíz-, gracias a que también contiene cebolla, lechuga rábanos, jitomate y chile, también aporta carbohidratos, hierro, potasio, magnesio y fibra.

Pero el origen del pozole está menos conectado con la nutrición, se refiere más bien a un origen ceremonial, como lo señala en el texto “Recuperando significados:el sentido ritual del pozole en la sociedad azteca”, del académico Alfonso de Jesús Jiménez Martínez, profesor de la Universidad del Caribe, publicado en la revista Teoría y Praxis en 2014.

En el pasado era un alimento que únicamente podrían comer los emperadores y los sacerdotes (Imagen: WikiCommons)
En el pasado era un alimento que únicamente podrían comer los emperadores y los sacerdotes (Imagen: WikiCommons)

En la época de los aztecas el platillo sólo podía consumirse por el emperador y los sacerdotes de más alto rango en ocasiones especiales y festejos religiosos, ya que se preparaba con carne humana de los guerreros que eran sacrificados durante los rituales de adoración al sol.

“Fray Bernardino de Sahagún consigna la práctica antropofágica en su Historia general de las cosas de la Nueva España, aunque refiere un significado acorde con su visión y percepción, modelada por los usos y costumbres de su tiempo y de su tierra. El horror que seguramente le produjo y sus propias concepciones religiosas atribuyeron al hecho un significado salvaje y anticristiano”, señaló Jiménez.

Significaban el rito donde se verificaba la dualidad permanente de la visión mística del nahua: origen y fin, cielo y tierra, día y noche, simbolizado de muchas maneras en sus artes, en su filosofía y en sus ritos: Quetzalcóatl que repta- vuela con la serpiente-águila, en su condición terrenal-divina”, añade el texto. Al consumirlo, los aztecas participaban en el rito de la creación.

“Comiendo el alimento sagrado, místico, el sacerdote participa directamente en ese rito. En ese sentido no es muy diferente a la liturgia sagrada de los católicos en la comunión: la hostia y el vino representan, simbólicamente, la sangre y el cuerpo de Cristo”, señala el académico.

El maíz blanco es uno de los ingredientes originales que todavía conserva (Foto: Cuartoscuro)
El maíz blanco es uno de los ingredientes originales que todavía conserva (Foto: Cuartoscuro)

Ante el horror que les causaba el canibalismo de los aztecas, luego de la conquista los españoles decidieron sustuir la carne humana en el platillo por la de cerdo, debido a que su sabor era similar, sin embargo, el consumo se mantuvo sólo entre los indígenas y no se extendió a los conquistadores.

No obstante, en lugar de mantenerse como un manjar de emperadores y sacerdotes, el consumo se generalizó entre el resto de la población.

“La percepción de aberración que la antropofagia causaba entre la cultura española, y la importancia del platillo en los ritos y ceremonias solares, parecen haber hallado en la sustitución de ingredientes el mejor mecanismo de esa adaptación, subyaciendo entre los pobladores, esto es, todos nosotros, la ingestión ceremonial del pozole. Fue así que la carne humana fue sustituida por la de cerdo, animal que, domesticado, fue introducido por los españoles al Nuevo Mundo”, destaca el investigador.

Hoy día el platillo se prepara de distntas formas, dependiente de la región (Foto: Cuartoscuro)
Hoy día el platillo se prepara de distntas formas, dependiente de la región (Foto: Cuartoscuro)

Es decir, al no incluir carne de los guerreros sacrificados, el platillo ya no tenía un significado simbólico ni ceremonial. Uno de los ingredientes originales que conserva es el maíz, que por su color blanco tenía un significado especial para los antiguos mexicanos, que los remontaba a la Blanca Serpiente de Nubes.

“Este anciano personaje se representaba de cabello y barba blanca siendo, al mismo tiempo, el antepasado de las tribus errantes del desierto; simboliza también la Vía Láctea y destaca sobre el fondo del cielo nocturno. El blanco está cargado de significados adicionales, pero es interesante y sugerente el hecho de que para los mexicanos este sea el color de las primeras luces del día, antes de que surja el rojo Sol levante y por lo tanto, sea el primer paso del alma resucitada, el vuelo del guerrero sacrificado hacia las alturas. De esta manera, todas las víctimas de los sacrificios humanos iban adornadas con el plumón blanco, símbolo de su dichoso destino”, señala el texto.

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