En junio de 1993, autoridades mexicanas celebraban la detención en Guatemala de Joaquín el Chapo Guzmán Loera, entonces un narcotraficante en potencia que era parte de los cabecillas del Cártel de Sinaloa.
Guzmán Loera fue detenido junto con otras cinco personas, entre ellas,a una mujer. Aunque entonces se sabía que su pareja oficial era Estela López García, en Guatemala estaba acompañado por María del Rocío del Villar Becerra, a quien se la identificó como la novia del narcotraficante y fue acusada de probable responsabilidad en la comisión del delito contra la salud, en su modalidad de posesión de cocaína y del psicotrópico denominado Diazepan.
Entonces Guzmán Loera era buscado por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de ese año en el aeropuerto de Guadalajara, quien perdió la vida en un fuego cruzado entre los grupos del crimen organizado de los hermanos Arellano Félix, de Tijuana, y el Cártel de Sinaloa.
La espectacularidad de lo que fue la primera captura del Chapo quitó la atención a sus cómplices, entre ellos la mujer a la que brevemente se aprecia en un video de la época en el que junto con los otros detenidos pasa por detrás de Guzmán Loera mientras es presentado a los medios de comunicación.
En la página 154 de su libro Los señores del narco, la periodista Anabel Hernández le dedica un pequeño espacio a la mujer, quien, asegura, es originaria de Aguamilpa, en el estado de Nayarit, donde el Chapo tenía entonces un centro de operaciones.
De su vida también se sabe poco, solo que en abril de 1994, una misión de representantes de distintas organizaciones de derechos humanos descubrieron que María del Rocío era la única mujer en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, donde estaban presos el Chapo y otros de los delincuentes más peligrosos del país.
Al consignar la visita de esta comisión, la revista Proceso publicó que María del Rocío estaba encerrada en una celda que antes era utilizada para enfermos mentales. Aunque todo el tiempo estaba vigilada por custodias, dijo a los visitantes que casi no hablaba con nadie ni tampoco salía de su celda, donde la mayor parte del tiempo se la pasaba leyendo.
Acababa de terminar la primaria abierta y estaba preparándose para cursar la secundaria. Expresó que estudiar era lo único que la motivaba. "En mi casa mi papá no me permitió estudiar; aquí sí lo puedo hacer y eso me hace sentir un poco mejor”.
Aunque dijo que en la prisión la trataban bien, aseguró que se sentía “muy sola”, porque sus familiares no tenían dinero para ir a visitarla.
Su nombre aparece en el diario de los debates de la Cámara de Diputados del 24 de junio de 1993, cuando se discutió el sistema de cárceles de máxima seguridad en México. Durante la sesión se señaló que Rocío había sido confinada injustamente en una prisión para hombres.
“Constituye una violación a los derechos humanos y a las normas constitucionales contempladas en el artículo 18 de la Carta Magna, que establece: ‘Las mujeres compurgarán las penas en lugares diferentes a los destinados a los hombres’.
“Para tal efecto, como mujer y como diputada, exijo la investigación de esta violación y su inmediata reparación. No es factible combatir el delito con el delito, ni sustituir la racionalidad por un absurdo y arbitrario ejercicio de fuerza pública”, expresó la entonces legisladora Luisa Álvarez Cervantes.
Cuando fue capturado, la idea del Chapo era seguir a El Salvador, donde tendría que despachar un cargamento de cocaína a Estados Unidos y comprar fusiles de asalto, según un reporte de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), sin embargo, fue detenido y entregado a México.
Posteriormente, de Almoloya, el Chapo fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, donde conoció a Zulema Hernández, otra mujer que pasó a formar parte de su lista de amantes. María del Rocío ya había quedado atrás.
Con Zulema tuvo una larga relación que duró mientras ambos estuvieron presos en Puente Grande, incluso concibieron un hijo, pero la Zule tuvo un aborto involuntario.
Al igual que a María del Rocío, el narcotraficante dejó atrás a Zulema cuando se escapó de la cárcel en 2001. Sin embargo, cuando ella salió libre, se aseguró de que seguirían en contacto, e incluso esa relación le costó la vida, ya que apareció muerta con huellas de tortura y con la letra z marcada en distintas partes de su cuerpo, un mensaje del Cártel de los Zetas, rivales del de Sinaloa.
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